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El Viaje De Los Perdedores: Aetheria

El Viaje De Los Perdedores: Aetheria

Status: En proceso
Genre:Acción / Romance / Mundo de fantasía / Superhombre / Espadas y magia
Popularitas:250
Nilai: 5
nombre de autor: Hector Vazquez

La humanidad siempre ha creído que su mayor amenaza vendría de la guerra, la enfermedad o la escasez. Nunca imaginaron que el verdadero peligro se gestaba en un reino que pocos pueden ver: el Mundo Astral. Un plano donde los sueños y la conciencia convergen, donde los pensamientos tienen peso y las emociones dan forma a la realidad misma. Para la mayoría, es un espacio inaccesible, un misterio olvidado por la civilización moderna. Pero para unos pocos, es un campo de batalla.

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Resonancia pt. 6

Estaba exhausta, rota tanto física como emocionalmente. Aunque había liberado ese último ataque, sabía que sus fuerzas estaban al límite. Por primera vez en la pelea, parecía estar dudando de sí misma, preguntándose si realmente podía salir victoriosa de este enfrentamiento.

—Supongo que hablé muy pronto —dijo Issac mientras su cuerpo se regeneraba junto a Pax, la energía oscura envolviendo sus heridas y restaurando su forma.

—Pero ya está derrotada —murmuró Pax, más para sí misma que para Issac, intentando convencerse de que la batalla estaba ganada.

Ambos, jadeantes y agotados, reunieron sus fuerzas para un nuevo asalto. Sin embargo, antes de que pudieran lanzar sus ataques, una conmoción los sacudió hasta los huesos. La barrera de Issac, que había sido una fortaleza impenetrable; había evitado que Meave saliera del astral, durante toda la batalla, se desintegró en mil fragmentos luminosos que desaparecieron en el aire. El estallido resonó como un trueno, enviando ondas de energía que derribaron tanto a Pax como a Issac, haciéndolos rodar por el suelo.

Ambos combatientes jadeaban, intentando recuperar el aliento. Pax se levantó lentamente, sus piernas temblaban, mientras su mirada buscaba el origen de la explosión. Issac, regenerándose con rapidez, ya estaba de pie, su rostro lleno de alarma. La transformación bestial de su cuerpo, que antes parecía tan imponente, ahora parecía insignificante frente a lo que acababan de presenciar.

—¡Tenemos que irnos, Pax! —exclamó, extendiendo una mano para ayudarla a ponerse en pie. La urgencia en su voz era palpable, un eco de la amenaza inminente que sentía en el aire.

Pero antes de que pudieran moverse, una voz profunda y amenazadora resonó en el aire, envolviendo el campo de batalla con su gravedad. —No podrán romper la barrera que he creado.

La voz parecía venir de todas partes y de ninguna, reverberando en sus mentes como un trueno distante. Pax e Issac se detuvieron, sus cuerpos tensos y sus mentes trabajando frenéticamente para entender la nueva amenaza. La presencia que acompañaba a la voz era abrumadora

Pax reconoció al instante aquella voz, y su corazón se aceleró con una mezcla de miedo y adrenalina. Aprovechando la confusión, se lanzó hacia adelante, envuelta en un aura de energía, con la intención de sorprender a su enemigo con su movimiento más veloz. Sin embargo, antes de que pudiera alcanzarlo, sintió un golpe demoledor que la lanzó por los aires. Leon, con una expresión fría y calculadora, había anticipado su movimiento y la había golpeado con el revés de su mano, impactando certeramente en su rostro.

—Vete a la mierda —dijo Leon con brusquedad al golpearla, su voz cargada de desdén—. Espera un momento, acabaré con esto.

El impacto del ataque de León resonó como un trueno, sacudiendo el bosque entero. Pax, aún aturdida, se incorporó con dificultad, limpiándose la sangre de la boca tras el golpe devastador. Su mirada estaba fija en León, su expresión oscilando entre el miedo y la furia.

El corazón de Issac palpitaba como un tambor de guerra al ver el aura monstruosa de Leon. Con un grito gutural, invocó una técnica poderosa: ‘estilo vacío, rey dragón hueco’.

Un portal se abrió en el cielo, vomitando a una criatura colosal, un dragón podrido cuya carne colgaba en jirones, exudando un hedor a muerte y descomposición. Con un rugido ensordecedor, el dragón lanzó un ataque que sacudió la tierra, levantando una nube de polvo y escombros.

Pero Leon, inmune a la ferocidad del ataque, apenas se inmutó. Con un salto felino, se aferró al dragón, escalando su cuerpo como si fuera una montaña. Cada movimiento era preciso, cada agarre seguro, hasta que se posicionó en línea con el dragón y Issac. Con su mano imbuida en su magia, hundió la mano en la carne podrida del dragón e invocó su poder con un feroz grito: —Estilo del alma, río Eridanus.

Un río de luz se desató, un torrente brillante que arrastró al dragón y amenazó con engullir a Issac en su camino. El resplandor cegador obligó a Pax a desviar la mirada, pero en cuanto vio que la magia alcanzaba a Issac, atacó de inmediato. Sin embargo, debido a la naturaleza del ataque, el río de luz prevaleció, incluso cuando el usuario ya no estaba allí, permitiendo a Leon atacar desde dos flancos o evadir los ataques con libertad.

El campo de batalla se transformó en un espectáculo de luz y sombra, con el río de luz iluminando el cielo y el dragón desintegrándose en su resplandor. Leon, con su aura imponente, se movía con la gracia de un depredador, listo para acabar con sus enemigos. Pax e Issac, conscientes de la magnitud del poder que enfrentaban, sabían que debían actuar con rapidez si querían tener alguna oportunidad de sobrevivir.

—¿Es esto todo lo que tienes? —murmuró León, su voz fría y despectiva.

Pax aprovechó el momento, disparando un proyectil de energía directamente hacia él pero ni siquiera se giró. Simplemente levantó una mano y desvió el ataque con un gesto casual, como si estuviera espantando un insecto.

—Constelación Phoenix —las palabras de Leon resonaron en el aire, cargadas de un poder ancestral que parecía vibrar en cada molécula a su alrededor. Al instante, su aura se transformó, y de su espalda brotaron un par de alas luminosas, gigantescas y etéreas. Cada pluma, translúcida pero llena de una luz blanquecina, vibraba con una energía pulsante, creando un aura de poder que iluminó el campo de batalla.

Pax quedó embelesada por la visión, sus ojos fijos en Leon, incapaz de apartar la mirada. Nunca había visto a Leon tan poderoso, tan radiante. Su maestro, siempre una figura imponente, ahora parecía un ser de otro mundo, una encarnación de poder y majestad. La visión la conmovió hasta lo más profundo, despertando en ella una mezcla de admiración y temor. Por un instante, olvidó la batalla, perdida en la contemplación de esa belleza sobrenatural.

Leon, con sus alas extendidas, parecía flotar en el aire, su figura imponente proyectada contra el cielo. La luz que emanaba de él era cálida y envolvente, como el abrazo de un sol naciente. Cada movimiento suyo era elegante y seguro, como si el poder del universo fluyera a través de él.

—Ese truco... bastante inteligente —dijo Leon, su voz profunda y resonante, mientras se acercaba a Pax. Sus palabras eran un eco de autoridad y sabiduría, y su presencia llenaba el espacio con una intensidad que era casi palpable, esto hizo que Pax reviviera una memoria.

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Hector Evans
Pensaba extender los capítulos de "Lo que hay detrás" pero pensé que se podría ser más confuso, pero si quieren saber más sobre ello, podría integrarlo capítulos adelante, solo díganme que les parece mejor!
babyzizie
No puedo esperar a leer la siguiente parte, necesito saber qué pasará con los personajes, gracias por compartir tu talento.
Hector Evans: ¡Gracias!! ¡Mañana seguramente publique un par más!
Espero que igual te gusten
total 1 replies
paulina
Me enamoré de la trama y de tus palabras. ¡Qué hermosa lectura! 😍❤️
Hector Evans: ¡¡Gracias!! Espero que las siguientes partes te gusten mucho más.
total 1 replies
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