Zoe es una joven brillante y apasionada por los videojuegos. Después de años estudiando y perfeccionando sus habilidades en el extranjero, regresa con un sueño claro: Trabajar en Titan Games, la empresa líder en el desarrollo de videojuegos.
Pero hay un problema...
El CEO de la empresa, Leonardo Montenegro, tiene una regla estricta: NO MUJERES en el equipo de desarrollo. Su amarga experiencia con su exnovia, quien lo dejo plantado en el altar, lo convenció de que las mujeres solo traen drama y complicaciones innecesarias.
Zoe, indignada Pero determinada no está dispuesta a dejar que el machismo arruine su carrera. Con la ayuda de su mejor amiga Liliana, una maquilladora profesional, se transforma en Zack: Un chico reservado y serio con un talento excepcional para él código y el diseño de videojuegos.
Logra entrar en la empresa, pero pronto se da cuenta de que mantener su identidad oculta no sera nada fácil.
NovelToon tiene autorización de Alvarez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 24 – El Juego de los Celos
Zoe salió de la oficina con el corazón latiéndole a mil por hora. Leonardo tenía esa maldita habilidad de desarmarla con una mirada, con un par de palabras dichas en el tono justo. Pero ella no podía permitirse caer otra vez. No después de lo que había pasado.
—¡Zoe! —La voz de Andrés la sacó de sus pensamientos.
Él se acercó con su sonrisa encantadora y le extendió una taza de café.
—Imaginé que lo necesitarías después de tu primer día aquí.
Zoe sonrió y tomó la taza, agradecida.
—No sabes cuánto.
Andrés la miró con ternura.
—¿Todo bien?
Ella asintió, pero su expresión la delató. Andrés entrecerró los ojos.
—Déjame adivinar… ¿Leonardo y tu tuvieron un desacuerdo?
Zoe dejó escapar una risa nerviosa.
—Algo así.
—No dejes que te intimide. Eres brillante, y lo sabes.
Zoe bajó la mirada con una leve sonrisa, sintiéndose cómoda con la atención de Andrés. Él siempre estaba ahí, con su trato amable, sin presionarla, sin hacerla sentir que tenía que justificar lo que sentía.
Pero lo que ninguno de los dos notó era que, desde la puerta de su oficina, Leonardo observaba la escena con la mandíbula apretada y los puños cerrados.
Su paciencia estaba llegando al límite.
Más tarde, en la sala de juntas, el equipo se reunió para discutir detalles del videojuego. Zoe estaba concentrada en su computadora, explicando algunas ideas, mientras Andrés asentía con atención, sin perder oportunidad de alabar su trabajo.
—Eso es brillante, Zoe —dijo él, inclinándose un poco hacia ella para ver su pantalla—. Realmente tienes una mente increíble.
Leonardo chasqueó la lengua y se aclaró la garganta con impaciencia.
—Sí, sí, todos sabemos que Zoe es una genio —interrumpió con un tono seco—. Pero sigamos con lo importante.
Zoe lo miró con una ceja arqueada.
—Eso es lo importante.
Leonardo se cruzó de brazos, su molestia evidente.
Andrés se reclinó en su asiento y sonrió, disfrutando el enfado de su rival.
—Leo tiene razón. Sigamos con lo importante —dijo con tono ligero—. Como definir bien los equipos. Creo que Zoe y yo podemos trabajar juntos en la parte creativa.
Leonardo sintió que algo dentro de él se incendiaba.
—No. Zoe trabajará directamente conmigo.
El silencio en la sala fue palpable.
Zoe frunció el ceño.
—Perdón, ¿qué?
Leonardo se giró hacia ella, con una mirada intensa.
—Eres la mejor en esto. Y yo necesito a la mejor a mi lado.
Andrés rió entre dientes, cruzando los brazos.
—Qué conveniente.
Leonardo le lanzó una mirada de advertencia.
—Es una decisión profesional.
Zoe soltó una carcajada sarcástica.
—Claro, porque tú nunca mezclas lo personal con el trabajo, ¿verdad?
Leonardo sostuvo su mirada, pero no dijo nada.
Andrés, divertido, se giró hacia Zoe.
—Si en algún momento necesitas un descanso de tanto estrés, yo invito la cena.
Leonardo apretó la mandíbula.
Zoe lo miró, notando cómo su paciencia pendía de un hilo.
Y por primera vez en mucho tiempo, sintió que tenía el control.
—Me parece una buena idea, Andrés. Acepto.
Leonardo la miró con ojos oscuros, pero Zoe simplemente sonrió.
Si él quería jugar, ella también sabía hacerlo.
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Una novela que te atrapa y no logras parar de leer hasta el punto final. Es la primer novela que leo de su autoría y me ha dejado enganchada.
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Una trama buena y dinámica, con una narrativa hermosa y coherente y unos personajes muy bien diseñados.
🌟✍💖✍🌟
Ortografía y redacción... ¡De lujo! (Algo que siempre agradecemos los lectores más exigentes.)
💖✍🌟✍💖
¡Felicitaciones inmensas a la estimada escritora!
😆😆😆