"Tres chicas que se convertirán en lo peor de si para defender a los suyos"
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¡ERES IGUAL A TU PADRE!
Cari salió apresurada a ver lo que estaba pasando. Al salir se encontró con la aterradora escena donde Ana, ensangrentada y con la pierna apuñalada y con mucha sangre, era sostenida por Esteban que con su rostro lleno de furia sostenía a Ana del brazo
Cari quedo horrorizada al ver a su amiga en esa situación.
Cari: que haces con ella ¡suéltala!
Esteban: la dejo ir si tú vienes conmigo
Cari: ¡no iré contigo a ninguna parte!
Esteban: entonces no la dejaré ir a ella (señaló con su navaja a Ana)
Cari: le haces algo y te mato (advirtió acercándose) no te tengo miedo imbécil
Esteban: eso me encanta de ti, me vuelves aún más loco
José que ya llevaba unos segundos observando la situación hablo y dijo
José: ¡aléjate de mi hija y suelta a la chica!
Cari se sorprendió al ver a su padre allí.
Cari: ¿papá?
José: que está pasando
Esteban: aquí no está pasando nada que usted le importe
José: suelte a la chica
Esteban: la soltaré, solo si Carolain viene conmigo
José: Carolain es mi hija y no irá a ninguna parte con usted ¿entiende? Así que lárguese y suelte a la chica
Esteban: no me importa si es su hija o no, Carolain tiene cuentas conmigo y si no viene conmigo, la mato a ella (apuntó con la navaja a Ana)
José en un ágil movimiento se abalanzó contra Esteban quitándole la navaja y a la chica, cuando yo lo tuvo a su merced, lo tomo por el cuello contra el piso y le dijo.
José: que cuentas tiene mi hija contigo, ¿eres un enfermo o que? Mi hija no se junta con ratas como tú y tu padre
Esteban se sorprendió al escuchar que menciono a su padre
Esteban: tt uu no conoces a mi padre, (dijo quedandose casi sin aire) gente como usted no tiene el privilegio de conocerlo, además llevo acosando y amenazando a tu hija por meses, porque la quiero para mí, apuesto a que no lo sabía, pero hasta aquí llegó mi paciencia es mía porque es mía (dijo con su cara tornándose morada)
José se sorprendió por lo que dijo Esteban, aunque decidió no matarlo y lo soltó, miro a Cari con decepción y ella sabía que no la perdonaría.
José: para ser un obsesionado con mi hija te falta la altura, no debiste venir aquí solo (dijo y entro a la casa a buscar las llaves de su auto)
Esteban estaba tosiendo por la presión que había hecho José en su cuello. A las personas que venían con él las había bajado cuadras antes así que no tenía como defenderse
Cari, preocupada por la ira de su padre hablo
Cari: papá ¿a dónde vas? Yo te lo iba a decir
José: no me vengas con excusas, niña, no estoy dispuesto a escucharte
José metió sus llaves en su bolsillo y tomó al idiota de Esteban y empezó a golpearlo, el intento defenderse, pero los golpes que recibía no lo dejaban actuar. Cuando ya lo tuvo como quería lo golpeó por la nuca con su codo y lo llevo arrastrando al auto y lo metió en la parte delantera del carro, esto para tenerlo asegurado y que no saliera con ninguna tontería
Cari se acercó a Ana que estaba siendo atendida en la sala por su madre y Manuela
Ana: lo siento cari, yo no quería darle tu dirección
Cari: no te preocupes Ana, le hubieras dado la dirección mucho antes de que te hiciera esto, pero lo pagará lo prometo
Antonia: hija, quédate aquí, tu padre está enojado
Cari: no me importa, sé que mi padre está enojado, pero ese infeliz lastimo a mi amiga y eso no quedara ileso
Cari fue corriendo hacia el auto de su padre, afortunadamente no había arrancado, así que fue y se montó en la parte trasera del auto
José: que haces, ¡largo de aquí!
Cari: no me iré, sé que estás enojado, pero voy a ir contigo
José: ya hiciste suficiente ¿y quieres hacer más?
Cari: ¡yo no sabía que llegaría a tanto!
José: Caroline ¡bájate!
Cari: no lo are, ese imbécil me las va a pagar, aquí nos quedaremos los dos, porque este no cuenta (señaló a Esteban inconsciente
José a pesar de la tristeza que sentía porque su hija no le contó lo que el imbécil hacía, sonrió y dijo dentro de sí: «Esa es mi hija»
Arrancó el auto y fue directo a la casa del padre de Esteban que él sabía conocía muy bien
Al llegar bajo del auto y tras del cari
Llegó y le dijo a la seguridad de la casa:
José: dígale a Mauricio que lo busca José Méndez Aragoth
– ya le digo. El guardia informó por una radio.
– pasé
José entró con su auto a la mansión, nadie se fijó en que Esteban estaba inconsciente en el auto, entro a la casa con Esteban que ya estaba tomando conciencia.
Salió Mauricio bajando por las escaleras de la gran mansión
Mauricio: valla, José Méndez, es una dicha tenerte en mi casa, jamás pensé que después de... Pero que mierda ¿por qué tienes a mi hijo? ¿Qué le hiciste?
José: a mí no me da mucho gusto estar aquí. Tu hijo quiso meterse con mi hija, y eso no lo perdono (le tiró a Esteban a sus pies)
Mauricio: hijo, ¿hijo estás bien?
Esteban: si papá ya estoy bien, ese hijo de puta me golpeó (dijo con voz pesada)
Cari solo observaba con sorpresa sus preguntas eran: ¿qué está pasando? ¿Por qué mi padre conoce a este hombre? ¿Acaso fueron amigos? ¿Qué tipo de trato podría tener mi padre con un mafioso?
José: dile a tu hijo que cuide sus palabras al referirse a mi
Mauricio: eso es imposible, mi hijo no conoce a tu hija idiota
José: ¿a no? Y por qué llegó a mi casa amenazando a mi hija de matar a su amiga a cambio de ir con él
Mauricio levantó a su hijo y le pregunto
Mauricio: ¿eso es cierto?
Esteban: sí, pero ya tú lo sabías, te dije que Carolain seria mía, ellos son unos simples miserables porque le das respeto
Mauricio no dijo nada y solo se puso de pie mirando fijamente a José que estaba muy enojado
José: con que tú lo sabías ¿verdad idiota?
José se abalanzó sobre Mauricio y empezó a golpearlo
La seguridad de la casa y los guardaespaldas sacaron sus armas a punto de disparar, pero como pudo Mauricio grito: ¡no disparen! Los guardias bajaron sus armas de inmediato
José: ¡estabas de acuerdo con tu hijo para avisar a mi hija ¿no es así? (lo golpeó)
Mauricio: ¡mi hijo no sabía que ella era tu hija! (también lo golpeó)
José: siempre has sido una rata traicionera que solo se oculta bajo tu pésimo cargo en la mafia, por eso nunca te tomaron en cuenta para un rango más alto (lo golpeó mucho más fuerte)
Mauricio: ja, ja, ja es bueno que me conozcas bien, pero pronto me verás mucho más en la cima y are olvidar a toda la organización de todas las mafias lo que alguna vez fuiste tú, aunque quieras olvidarlo, tu fuiste parte de ésto (lo sigue golpeando también)
José: cállate imbécil, ¡no volveré! (lo arrinconó a la pared) no te metas conmigo, porque aunque me halla salido de esa mierda, una parte de mí sigue ahí, sigo siendo el mismo
Mauricio: claro que sigues siendo el mismo, ¡ERES IGUAL A TU PADRE! No puedes escapar de tu pasado, aunque tú padre ya no esté, ese puesto sigue siendo guardado para quien lleve la sangre de un Méndez, no puedes escapar
Cari estaba más atrás sin entender lo que hablaba ese hombre. Miles de preguntas le invadían la cabeza y una de ellas: ¿mi padre pertenece a esa mafia?
José: no hables de eso, tú no sabes nada (lo empezó a golpear contra la pared, pero luego Mauricio golpeó a José muy fuerte haciéndole perder el agarre a su cuello y entonces aprovecho la oportunidad para golpearlo él)
Cari seguí observando, pero cuando vio que Mauricio intentaba tomar su arma de la parte trasera de su espalda, corrió inmediatamente y le quitó el arma. Con lágrimas en los ojos y las miles preguntas en su cabeza, empujó a Mauricio y a su padre logrando separarlos.
Le quitó el seguro al arma y apuntó a Mauricio y le dijo
Cari: ¿de qué pasado hablas? (le dijo con lágrimas en los ojos)
José: cari suelta eso (intento quitarle el arma)
Cari: ¡suéltame!! HABLA! (Le pregunto otra vez a Mauricio)
Mauricio que estaba guardado en el suelo con las manos en alto dijo: parece que tu padre no te ha contado nada
José: ¡cierra la boca imbécil!
Mauricio: jajaja ¿no quieres que se lo diga?
Cari: cállense los dos
Mauricio: tu padre es un imbécil de mierda, que te ha estado mintiendo todo este tiempo
Cari le disparó en la pierna
Mauricio: ¡AHH! MALDITA MOCOSA
Cari: cuidado de la manera en que te refieres a mi padre, no me temblará la mano para dispararte en la otra pierna
Mauricio: jaja eres digna hija de tu padre, llevas la misma maldad que el tenía a los...
José: hija, no tiene caso (dijo interfiriendo)
Cari: ¡NO! ¡Si tiene! (dijo aún con lágrimas y con la mirada fija a Mauricio)
José: ¡YA DAME ESA ARMA Y SUBE AL AUTO! os vamos
Cari le dio el arma con mala gana y fue hacia el auto
José miró a Mauricio con la pierna sangrando y él quejándose aún fuertemente por el dolor
José: ya lo tienes claro, con mi hija no te metas ni nadie de mi familia
Mauricio: ¡eres un idiota!
José: nos volveré a ver
José se fue y Mauricio sé por fin dio la orden que la seguridad y los guardaespaldas estaban esperando para ayudarlo. Esteban ya hace mucho rato lo habían llevado a una de las habitaciones para atenderle las heridas y a Mauricio lo llevaron a una habitación para revisarle la herida y curar su cara toda golpeada
José se subió en el auto sin decir nada, no tenía palabras para explicarle a su hija lo que pasaba. Y Cari simplemente miraba por la ventana tratando de organizar sus pensamientos.
En cuanto llegaron Cari bajo inmediatamente del auto junto a su padre.
Cari: explícame ¿qué está pasando? Cuál es tu dichoso pasado ¿qué es lo que me ocultas?. Sus lágrimas empezaron a salir. No era tristeza, era decepción, furia, frustración
Antonia se acercó a fuera junto con Manuela.
José: ahora mismo no te puedo explicar, pero te prometo que lo are.
Antonia: ¿hija que pasa? ¿José porque estás así?
Cari miro a su madre.
Cari: solo esperó que tú no tengas nada que ocultar me mama
Antonia: ¿de qué hablas hija?
Cari: dile a papá que te lo explique
Manuela: ¿qué pasa mi niña?
Cari se acercó a abrazar a Manuela, abrazo que ella recibió con gusto
Cari: ¿dónde está Ana?
Manuela: está en tu habitación, ¿te acompaño?
Cari: no gracias, yo voy
Cari fue hasta su habitación y Ana estaba despierta mirando al techo, cuando ella se asomó ensanchó una sonrisa y me dijo: Cari, ¿cómo estás? ¿Qué pasó?
Cari: nada, solo que me enteré de algo de mi familia y estoy un poco triste porque no me lo hallan contando, pero nada que ni se pueda solucionar, más bien dime tú, ¿cómo estás?
Ana: yo estoy muy bien, solo son unos cuantos golpes y la herida en mi pierna nada más
Cari: entiendo, ¿no te duele nada?
Ana: un poco la cara, bueno un poco bastante, aunque ahora menos tu madre y la otra señora me dieron un analgésico y me curaron un poco con agua tibia,
Cari: y tus padres, deben estar preocupados
Ana: ya los llamé hace rato, mes dije que me encargaron algo a última hora en el liceo y que tuve que venir a tu casa, y también les dije que me quedaría porque teníamos mucho trabajo. No te preocupes mis padres confían mucho en mí y como se la pasan trabajando, seguro no notarán mi ausencia
Cari: está bien, me alegras de que estés bien.
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Después de unas horas, Esteban bajo las escaleras hacia la sala y se sentó en el sofá.
Al poco tiempo vio a su padre en una silla de ruedas bajando las escaleras con un bastón
Esteban: ¿papá que te pasó? (se levantó)
Mauricio: ¡todo esto es tu culpa idiota! No te metiste con una simple chica, sino con la nieta de Luciano Méndez
Esteban: ¿y quién mierda es ese?
Mauricio: ese es el líder de toda la organización de la mafia en este país y en Rusia
Esteban: ¿¡que!? ¿¡Pero cómo!? Según tengo entendido ellos solo son unos pinches campesinos
Mauricio: ¡cállate! Eso es para que investigues antes de hacer cualquier cosa ¡imbécil!
Esteban: yo no lo sabía
Mauricio le dio un golpe que lo tumbó al piso
Mauricio: mira en lo que me has metido. Algún día el miserable de José o su hija o cualquiera que tenga la sangre de un Méndez, regresará a ser el líder de la organización y es hay donde yo tendré problemas, y todo por tu culpa
Esteban se levantó del suelo con sangre en sus labios
Esteban: lo siento papá
Mauricio: ¡que lo sientas no me sirve de nada! No quiero que vuelvas a buscar a Carolain, ahora para ti ella es la nieta del líder de la mafia, no quiero que la sigas, ni siquiera que la mires. ¿¡Entendido!?
Esteban: si papá, prometo no volver a hacercarme a ella