Sofía Alcántara, una chica llena de traumas por su infancia difícil trata de lidiar con su vida diaria, sin embargo, por parte del trabajo tiene que viajar a un nuevo país, lugar donde conoce a un chico en un bar y terminan pasando la noche juntos, sin saber que se lo encontraría al día siguiente... ¡en su trabajo!
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El abuelo Collins
Continuación...
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-Yo... - tocaron la puerta y nos separamos
-Adelante-dijo Sofía
-Perdón que los interrumpa, pero tienes una junta Cedric, te he mandado decenas de mensajes antes de venir hasta aquí
-Lo siento, Charles, no me fijé, en un momento voy
-De acuerdo, permiso-salió y cerró la puerta
-Mira, te prometo que te contaré todo en la cena, ¿de acuerdo?-miré suplicante
-Bien-apartó su mirada de mí y se sentó
-Bien-suspiré y salí de la oficina fastidiado
El mal humor se estaba apoderado de mí cada vez más y no sabía como calmarme, se supone que para eso había ido con Sofía y salí peor que como entré.
Las dos horas que pasé en la junta, las sentí como si me hubieran mandado al infierno a sufrir penitencia, solo quería salir corriendo de ahí.
Al terminar, regresé a mi oficina y traté de concentrarme en el trabajo, pero me era imposible después de los sucesos de esta tarde.
"¿Puedes venir?". Lo borré instantáneamente y cerré los ojos brevemente, pero en eso sonó la notificación de mensaje.
"¿Sigues en junta?"
Se me escapó una sonrisa y tecleé la respuesta.
"Ven a mi oficina"
"Corriendo"
No pasaron ni cinco minutos cuando se abrió la puerta de mi oficina y apareció la mujer que empezaba a meterse en mi corazón.
-Charles comienza mirarme con complicidad ahora, me gusta-rió y se acercó al escritorio-Antes de entrar, me dijo que estabas de mal humor, ¿hay algo que pueda hacer para hacer que se vaya? - ladeó la cabeza con fingida inocencia
-Se me vienen un par de cosas a la mente, pero no son muy éticas la verdad-sonreí
-Afortunadamente, eres el jefe-me devolvió la sonrisa
Dio la vuelta al escritorio y se sentó sobre mí, apoyó su frente contra la mía y luego me miró a los ojos.
-No quise reaccionar así hace rato, lo siento, es que yo... -hizo silencio y una lágrima recorrió su mejilla
-Cariño, no llores-tomé su rostro entre mis manos y limpié las lágrimas que empezaron a desbordarse con rapidez
-Yo... No quiero perderte-dijo con dificultad y entonces me besó
Fue un beso lento, suave, como si tratara de transmitir sus sentimientos en él. Terminó el beso y me miró.
-También hay cosas de mí que debo contarte esta noche, si después de eso aún quieres seguir con esto, no habrá nada que te aleje de mí, ¿entiendes? - sorbió su nariz y pasó la mano por su rostro para limpiar las lágrimas
Solté una risa al verla así, se veía tan adorable con la nariz y los pómulos rojos. Tomé su rostro y la besé una vez más de la misma forma que ella me besó anteriormente.
-Justamente eso es lo que deseo, bonita, que no te alejes de mí
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POV's Sofía
La tarde se me fue volando después del momento con Cedric en su oficina. Debo de admitir que desde ahí, se me han alborotado las mariposas en el estómago y estoy empezando a sentir miedo. Miedo a no saber qué ocurrirá más adelante entre nosotros, básicamente, esta noche puede definir, o el comienzo, o el final de nuestra relación.
Llegué a mi departamento después de que Emilio se ofreció a traerme, aunque ha estado actuando algo raro desde la tarde, no sé si se dio cuenta de que algo está pasando entre el jefe y yo, pero descarté esa idea de inmediato, no quiero pensar en nada de eso ahora.
Aún tenía tiempo antes de que Cedric pasara por mí, así que le llamé a mi abuela para saludarla y contarle sobre mis planes de esta noche. Ella, como siempre, con las palabras más dulces, me dio ánimos y me alentó a contarle mi pasado, me dijo que, al final, la persona que te ama, ama tus demonios también y te ayuda a sanar, así es como sabes que es amor verdadero.
Finalicé la llamada con lágrimas y mocos, y me metí a bañar después de revisar la hora.
Fueron aproximadamente diez minutos de ducha, salí y me puse crema en todo el cuerpo, me puse la ropa interior y me cepillé el cabello después de echarme crema igualmente.
"Empaca ropa, bonita, no llegarás a casa esta noche". Llegó a mi celular y sonreí.
"¿Ahora que planea, señor Collins?"
"Es una sorpresa, te veo en un rato. Besos"
Este hombre me iba a matar de lo lindo que me trata.
Busqué en el armario qué ponerme, y me decidí por un vestido azul rey con tela satinada; con corte corazón y tirantes, la parte de arriba era un corsé con partes transparentes y la falda que me llegaba hasta los pies era amplia con una abertura del lado derecho. Era simple pero hermoso. Vaya que Cedric tenía bien gusto.
Decidí combinarlo con unos tacones de correa color negros y una cartera del mismo color.
Me maquillé un poco, estilicé mi cabello y me puse algunos accesorios para después echarme perfume.
Saqué una maleta pequeña y guardé un conjunto para dormir y otro para ir al trabajo mañana, también ropa interior extra por cualquier cosa. Fui a la cocina con la maleta y mi bolso y me serví un poco de agua, cuando en eso sonó el timbre, dejé el vaso y corrí a abrir.
-Por todos los dioses-me miró de arriba a abajo muy lentamente-estás preciosa, cariño
-Gracias, tú te ves muy guapo
Nos sonrojamos y reímos, parecíamos adolescentes en nuestra primera cita, pero supongo que así es el amor, te vuelve un adolescente inexperto.
Nos dimos un beso corto y salimos del edificio con dirección al restaurante.
Al final le dejé escoger a él, ya que era el experto aquí, y le pedí que me sorprendiera con algo delicioso. Por supuesto que no podía esperar menos de un CEO de una empresa de alimentos, puesto que llegamos a un restaurante de comida italiana, y, por lo que me contó, este tenía tres estrellas Michelín.
Entramos y Cedric dio su nombre en la recepción y en seguida un camarero nos guió hasta nuestra mesa, que tenía un sillón largo alrededor de esta y levantaba una pared acojinada que nos daba un poco de privacidad, dejó nuestros menús y se retiró.
En mi vida había pisado un lugar como este, se veía caro y estaba repleto de comensales y camareros que iban de un lugar a otro con charolas llenas y vacías, al fondo del salón, había un grupo de música clásica, un señor algo regordete guiaba a los músicos que tocaban violín, piano y el chelo y maravillaban a todos con el hermoso sonido que producían.
-Cedric, sé que tú estás acostumbrado a estos lugares, pero yo no, ¿no es demasiado? ¿Me veo bien? - susurré con tono de desesperación
Cedric se rió y me tomó la mano para acariciarla, depositó un suave beso y volvió a mirarme.
-Tranquila, cielo, estás realmente preciosa, de hecho, debo de admitir que cuando elegí este vestido, lo imaginé en ti, pero se te ve aún mejor que en mi imaginación-se acercó a mí y depositó un beso en mi mejilla
-Eres todo un don Juan, señor Collins-sonreí y le devolví el beso en la mejilla
Miramos el menú y solo noté los precios elevados de cada platillo, creo que debí poner cara de espanto porque Cedric se rió por lo bajo y me dijo que eligiera lo que quisiera. Estuvimos varios minutos viendo la carta y de vez en cuando Cedric me sugería algún platillo.
Cuando nos decidimos, llamamos al camarero y este tomó nuestra orden.
La cena estuvo de maravilla entre la plática, miradas cómplices y besos. Estábamos teniendo un momento lindo, hasta que alguien se acercó a nuestra mesa.
-¿Este era el plan que no podías cancelar?
Cedric se separó de mí en seguida y se paró rápidamente.
-Abuelo, no sabía que vendrías a este restaurante-habló algo nervioso
¿Abuelo? Wow, no creí que lo conocería tan pronto, pensé
-¿Por qué? ¿Hubieras ido a otro? - el señor alzó una ceja y luego me miró
-¿No vas a presentarme, Cedric? - lo miró
-Eh, claro-Cedric me miró e hizo un ademán-ella es Sofía Alcántara
Me paré en seguida y le extendí la mano en forma de saludo, y este me lo devolvió con una sonrisa.
-Mucho gusto, señor Collins-le sonreí
-El gusto es mío, querida, por favor llámame Clifford, por favor discúlpame por interrumpirlos, pero debes entender que me tomo en serio las amistades de mi nieto y quise venir a conocerte
-No se preocupe, Clifford, lo entiendo perfectamente, mi abuela habría hecho lo mismo-reí
-Entonces tu abuela debe de ser muy sabia-rió-ya sabes lo que dicen, más sabe el diablo por viejo...
-Que por diablo-terminé la oración y reí-conozco el dicho
-Es bueno que lo sepas, querida, entonces, los dejo para que continúen, y espero que mañana desayunemos juntos, quiero conocerte mejor, Sofía, ¿verdad? - me miró
-Así es, pero, mañana tengo que trabajar-miré a Cedric
-Eso no es problema, hablaré con tu jefe, dime cómo se llama
-Pues, la cosa es...
-Sofía trabaja conmigo, abuelo-interrumpió Cedric y Clifford lo miró
-¿Trabaja contigo o para ti?-frunció el ceño
-¿Qué diferencia hay?
-Una bastante grande, nos vemos mañana en el desayuno-se giró hacia mí-espero verte también a ti, Sofía, permiso
Le dio un apretón en el hombro a su nieto y se alejó de nosotros hasta su mesa, donde un hombre un poco menor que Clifford nos miraba con mucha atención.
Cedric soltó un suspiro y se sentó nuevamente, así que lo imité.
-¿Estás bien? Te ves algo tenso
-Yo... Sí, estoy bien, discúlpame, es que no esperaba ver al abuelo esta noche-me miró-¿Tú estás bien?
-¿Por qué no habría de estarlo? - sonreí
-Es cierto, ¿quieres algo más del menú?
-No, me siento más que llena, gracias-sonreí
-Bien, entonces vamos, aún no termina la noche-se paró y me tendió la mano
-¿Qué tienes en mente? - sonreí
-Tengo muchas cosas en mente, bonita, pero primero pasaremos a un lugar que quiero que veas
Caminamos hasta la salida y nos despedimos de Clifford al pasar por su mesa. En el camino, Cedric estuvo algo distante, así que no hice ningún comentario. Después de casi 40 minutos, noté que estábamos a las afueras de la ciudad.
-¿Planeas matarme o algo?
-Tal vez-se rió-ya casi llegamos, tranquila
Y, en efecto, 5 minutos después, pude divisar una gran cabaña que estaba delimitada por una cerca que extendía varios metros hasta que se perdía entre algunos árboles. Cedric aparcó en la entrada y bajamos del vehículo con nuestro pequeño equipaje.
Entramos y todo estaba muy bien ordenado y limpio, muebles de color negro, piso y paredes de madera. Cedric me tomó de la mano y me llevó hasta el patio, donde había una terraza con sillones y una mesita de centro, unos metros más adelante había un pequeño estanque artificial rodeado de árboles y un camino que terminaba en unas escaleras para descender al agua; el resto estaba lleno de pasto y varias flores que se extendían hacia el fondo del patio y llegaba hasta más árboles. Bastante grande el terreno la verdad.
Lo mejor de todo esto, era cuando alzabas la vista y veías el cielo, este estaba despejado y se podían ver las miles de estrellas en el cielo. Era un paisaje hermoso y digno de admirar.
-¿Te gusta? - preguntó Cedric abrazándome por detrás
-Me encanta-respondí con una sonrisa y le tomé las manos
-Me alegra, supuse que así sería
Hizo a un lado mi cabello y comenzó a besar el lóbulo de mi oreja hasta descender al cuello para pasar a mi hombro; acarició mi brazo muy lentamente y mi corazón empezó a latir con fuerza.
-Tenemos una...conversación pendiente, Cedric-dije con la voz entrecortada
-Puede esperar, tenemos toda la noche-y siguió trazando besos
Solté un suspiro y con mucho pesar lo detuve.
-No, Cedric, es algo que necesitamos-me di la vuelta y quedé frente a su mirada-por favor
Cedric me miró fijamente y suavizó la mirada, me tomó de las mejillas y me dio un beso corto.
-De acuerdo, ¿quieres algo de tomar?-sonrió
-Me vendría bien una taza de café-le devolví la sonrisa
-Bien, vamos a la cocina
Entramos nuevamente a la casa y nos dirigimos a la cocina, Cedric encendió la cafetera y cinco minutos después, el café estaba listo. Lo sirvió en dos tazas y añadió un poco de azúcar.
Llevamos las tazas afuera, y nos sentamos en uno de los sillones. Estábamos listos para iniciar la conversación que tanto habíamos postergado.