PROTEGERÉ AL VILLANO

De camino Gale veía emocionado por la ventana cada rincón de la hermosa ciudad, de vez en cuando hablaba a su madre para que también observara algo que llamaba su atención, solo entonces el humor del omega mejoraba.

En el palacio fueron recibidos por el mayordomo principal y todos los sirvientes a la disposición del castillo, la fila de personas era enorme, todos inclinándose y dándoles la bienvenida.

En la entrada se encontraba el rey, vestido de forma elegante, pero causal, les sonrió y saludó cortés, obtuvo un respetuoso aunque no muy emotivo saludo del omega, contrario del niño que corrió para abrazarlo.

—señor Mat, hola —los sirvientes presentes casi perdieron la cara por la impresión tan grande, en especial porque su monarca sonrió y saludó cariñoso al niño.

—hola pequeño Gale, ¿cómo has estado?

—muy bien ¿y usted señor Mat?

—(que lindo es) muy bien, gracias por preguntar.

—señor Mat, su casa es enorme, es más grande que la nuestra.

—¿te gustaría conocerla?

—¿puedo? —miró emocionado a su madre, el omega no se sintió capaz de darle una negativa al niño, así que accedió.

—señor Mat, muchas gracias por mi regalo, me gustó mucho.

—me alegra que te guste. Dicen que aquel puñal, fue hecho con los colmillos de un demonio poderoso, y que es capaz de cortar y sellar lo que sea, aunque no todos pueden usarlo.

—yo lo haré. —el rey despeinó al niño con una sonrisa, aunque este fue alejado de su lado por el omega.

—le agradezco por devolver el objeto de mi familia, pero ¿cómo se le ocurrió regalarle un arma a un niño? —el rey no había pensado en ese detalle, él recibía armas como regalo, desde los 3 años y también le ha regalado a su hermano, pero quizás Zade quiera otro tipo de educación para su hijo, estaba por disculparse, cuando...

—pero mami a mí me gusta mucho, ¿me lo puedo quedar? por favor, seré cuidadoso —De todas formas él quería aquel objeto para dárselo a su hijo, lo que le molestaba es que fuera iniciativa de ese alfa, además de que todavía no se le iba el enojo por lo que esa mujer le hizo a su hijo.

—(hizo algo bueno, por lo menos merece que le dé las gracias) en ese caso, si puedes quedártelo, su alteza muchas gracias por el regalo de Gale.

—no tiene que agradecer, la próxima vez, le preguntaré antes.

—espero que no haya una próxima vez, de hecho, quiero devolverle...

—hermano!! —la atención de ambos fue robada por el pequeño que había llegado en un momento y que había abrazado al rey, Zade reconocía a aquel niño.

El hermano menor del protagonista, el príncipe Alen y la obsesión de Gale en unos años, al menos así fue en la novela. Miró a su hijo, su impulso era salir de ahí, pero no podía dejar que su pánico le ganara; los dos eran unos niños buenos, y él iba a lograr que Gale no se convirtiera en ese dañado personaje.

—Alen, llegas justo a tiempo, ellos son El duque Zade Villanueva y su hijo Gale, tiene tu misma edad, espero puedan ser amigos.

—mucho gusto príncipe Alen, soy Gale, también espero seamos amigos —el niño estaba feliz, si Alen aceptaba sería su primer amigo de su edad, la emoción saltaba en sus ojos, Alen le sonrió de vuelta y lo tomó de la mano,

—encantado de conocerte Gale, ¿quieres jugar? —Zade sonrió con ternura por la interacción de los niños, no podía creer que dos almas tan puras y angelicales tuvieron que cargar con un destino tan horrible. Esa autora estaba demente.

—Alen, ¿que son esos modales?, todavía no saludas al duque. —las mejillas del niño se tiñeron de rosa y se disculpó. Zade se agachó hasta él.

—descuide su alteza, no pasa nada, está feliz por hacer un nuevo amigo ¿verdad? —el pequeño afirmó con la cabeza.

—entonces que se diviertan mucho, Gale, cuida de su alteza.

—si mami —los vio marcharse delante de ellos, ahora era Alen quien guiaba el recorrido por el castillo. Era educación básica que conociera la historia de su familia, así que el niño conocía un poco de cada objeto o propósito de cada sala del palacio, aunque a veces el rey era quien salvaba su exposición.

Después de más de 2 horas habían terminado, era sorprendete qué esos niños pudieran estar tan activos y centrados en esa actividad, aunque fue un recorrido bastante divertido gracias a las ocurrencias de los dos pequeños ángeles.

Estaban frente al jardín, Alen jaló a Gael de la mano, para que fueran a jugar, corrían aprisa rebosando de felicidad. Zade los observaba con felicidad y ternura.

—son tan bonitos...

—(él es bastante diferente cuando se trata de niños, a mi me trata como si fuera el diablo) Duque Zade, lo invito a comer un bocadillo, podemos vigilar a los niños desde ahí. —y la sonrisa del omega se borró, el alfa suspiró internamente y guió con su mano para que el omega avanzara al destino.

Ya en el lugar y estando sentados el par de niños se unieron, aunque comieron muy rápido su refresco y unos pocos bocadillos para volver a jugar.

—¿hay algo que quiera decirme, duque Zade? —había notado que en algunas ocasiones interrumpian al omega antes de hablar.

—si.

—lo escucho. (seguro es referente a lo que pasó con la sirvienta)

—¿acostumbran las sirvientas a su servicio intimidar a niños inocentes? —aunque el alfa ya sabía de lo que hablaba fingió no saber, después de todo él "nunca estuvo ahí"

—no entiendo su pregunta duque, ¿paso algo malo con alguna de las sirvientas?

—se atrevió a agradir a mi hijo, eso pasó, su alteza puedo tolerar muchas cosas, pero que se metan con Gale jamás.

—eso me quedó muy claro, cuando casi fui asesinado hace unos pocos días. —el omega no dijo nada, aunque tampoco se disculpó en aquel entonces, ahora menos lo haría. El rey tampoco esperaba que lo hiciera, no parecía el estilo del omega, y más que enojarse por sus actos le tenía más admiración.

—volviendo a lo de la sirvienta, puede elegir el castigo qué mejor le parezca para ella es toda suya. también obtendrá disculpa por parte de la persona que le designó a esa sirvienta.

—fue su madre. —fue muy evidente que quería saber si el rey todavía mantendría su palabra, él solo había pensado en avergonzar a la mujer, pero con esto sin duda ella se enfureceria.

—entonces la reina madre se disculpará.

—¿y que hay de usted?, ¿también se disculpará?

—¿soy culpable de algo?, si es así, me gustaría oírlo, me disculparé de inmediato. —lo cierto es que no tenía nada de que culparlo, y las dos cosas que dijo lo pusieron de mejor humor, ya no dejaría marchar tan fácil a esa mujer ni a la reina madre, ella empezó cuando lo obligó a quedarse ahí. Pero entonces recordó algo más, algo de lo que el rey si era culpable.

—lo otro que vine a decirle, es que no acepto su regalo; asi que lo devuelvo. —pidió el regalo de manos de Nevae y lo dejó sobre la mesa.

—(imaginé que algo así pasaría) me temo que no puedo aceptarlo de vuelta, es suyo ahora. —el omega bebió de su vaso.

—así que como es mio, ¿puedo usarlo como desee?

—así es, usted decida. —Zade había pensado en una forma en que el alfa si o si lo pidiera de vuelta.

—siendo así, ya sé en qué lo usaré: desde que lo vi no he dejado de pensar en que sería perfecto para hacerle un moño a mi mascota. ¿No importa verdad? —el rey no respondió, en parte pensaba si Zade podría ser capaz de usar algo tan valioso e importante de esa forma, pero aunque no estaba aseguro de eso, si sabía que su intención era molestarlo.

—¿no puedo?, si no puedo lléveselo de vuelta, no me sirve para nada más.

—duque Zade, ¿por qué le desagrada mi regalo? —no creía haber hecho realmente malo, pero el omega seguía actuando así, y todo lo que hacía lo odiaba por el simple hecho de venir de él.

—por que no sé cuáles son sus intenciones al darme algo así, (tampoco es que me interese, y también, porque se supone que se lo das a tu gran amor, que alfa tan desesperante) —miró con molestia al alfa.