En la actualidad, en una ciudad donde todos viven apurados encontraremos a una chica promedio. Su deseo es ser actriz de películas, y su sueño es ser famosa. Estudió teatro, actuación, acrobacias e incluso se especializó en artes marciales para poder estar lista para cualquier papel que se le pudiera presentar.
Finalmente, después de tanta espera consiguió un papel en una película que pretendía retratar la vida de una mujer muy importante en la historia. No había podido conseguir el papel protagónico, pero como era su primera puesta en escena, estaba bien. Se había preparado para ese momento toda su vida.
Katherine llegó al set de filmación donde tenía que hacer su primera grabación que consistía en una escena de pelea entre concubinas. Pero tal fue su suerte que cayó desde el balcón de los camerinos, y murió.
Gracias a esa caida ahora estaba ahí, en una habitación lujosa y ella sin saber lo que había pasado, o siquiera dónde se encontraba en estos momentos...
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Cap #24
Sansa se había quedado profundamente dormida en los brazos de su príncipe. En sus sueños se encontró en un lugar extraño, similar a la que estuvo en aquella ocasión que vio al Dios Thot.
- ¿qué estoy haciendo aquí? ¿Por qué regresé?-, se preguntó mientras miraba alrededor.
- bienvenida querida Sansa-, dijo una voz femenina que poco a poco empezó a revelar su apariencia.
- hermosa-, dijo Sansa sin pensarlo, a lo que la mujer frente a ella sonrió complacida.
Sansa recobró la compostura, y saludó;
- es un honor para mí estar en presencia de la diosa Hathor-,
- no hagas eso, no es necesario. Solo vine a verte, quería saber cómo te está yendo en esta segunda oportunidad-, dijo la diosa mirándola con interés.
- nada comparado con lo que fue la primera vez. A veces me pregunto si todo esto es verdad. Aunque, sé que es algo pasajero. ¿Hay alguna posibilidad de cambiar el futuro?-, preguntó Sansa.
La diosa se acercó a ella y le acarició el cabello. Sansa elevó la mirada al rostro de la Diosa que le doblaba en altura y vio una ligera sonrisa antes de que Hathor volviera a hablar.
- mi querida princesa. El destino es caprichoso, incluso las segundas oportunidades tienen un precio-, declaró.
- ¿cuál es el precio de una vida al lado de la persona que amo?-, preguntó sin titubeos Sansa.
Hathor se alejó un poco y la miró nuevamente con los ojos un poco tristes.
- una vida con otra vida se compensa. Caprichosa es el destino, que incluso cuando te regala tiempo, es el tiempo quien reclama el destino final. Lo siento mi querida princesa. Prometo compensar este destino algún día-, declaró la diosa mientras desaparecía poco a poco. Sansa solo sintió una última caricia en su rostro antes de que Hathor se fuera.
Sansa se despertó repentinamente, y miró a su lado, dónde Senebkay se encontraba durmiendo profundamente.
- es así-, murmuró Sansa mientras pasaba su pequeña mano al rostro de esa persona que tanto amaba.
Senebkay al sentir las caricias de Sansa despertó agarrando la mano de esta y dándole una sonrisa la acercó a él para darle un beso tierno, para luego separarse mientras le decía;
- Mi bella esposa me despertó, ahora debe hacerse cargo, ¿no lo crees?-
- si mi esposo pide que me haga cargo, no puedo negarme. Debo complacerlo-, respondió ella mientras se subía sobre él iniciando un beso tierno que se fue profundizando a medida que Senebkay iba acariciando el cuerpo de Sansa y quitándole la ropa que tenía puesta.
- espero que la diosa no se moleste por hacer esto dentro de su templo- murmuró Sansa mientras se separaba un poco de Senebkay.
- ella entenderá-, dijo él dándose la vuelta para dejar a Sansa debajo de él.
Ambos volvieron a besarse, recorrían el cuerpo del uno del otro con caricias y besos. Senebkay quería aprovechar cada momento con ella al igual que Sansa. Y así, aquella noche estuvieron juntos tantas veces como les fue posible. Nunca supieron que esa noche mientras se entregaban uno al otro, la diosa Hathor los había bendecido.
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-¿qué estás haciendo?-, preguntó alguien que se había acercado desde detrás de la diosa Hathor quién se encontraba observando algo.
- Rogando por una esperanza, pidiendo al destino que no sea tan caprichoso-, respondió ella dándose la vuelta para abrazar a su esposo.
- hay una historia que captó tu atención y quieres ayudar, ¿no es así?
- el corazón de ambas personas laten con intensidad el uno por el otro. Puedo sentir que cada uno nació para el otro. Y puedo ver que tanto uno como el otro, morirían si no están juntos. Pero el destino ha jugado con ellos y no pudieron estar juntos. Les di una segunda oportunidad, pero el destino parece acercarse rápidamente otra vez. Ahora solo me queda dar esperanzas y mirar. Es un poco triste-, mencionó.
- fe y esperanzas... Ambas pueden hacer milagros si son reales. No pienses en eso por ahora, necesito que le des atención a tu esposo-, dijo aquel Dios besando a su esposa.
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Pasaron dos días desde que llegaron al templo. Debían marcharse para solucionar varias cosas, una de ellas era Akmman. El visir y Senebkay querían encargarse de ella rápidamente. Necesitaban obtener el documento donde se declaraba a Senebkay como el legítimo heredero del imperio.
El príncipe quería llevar a Sansa de vuelta a la villa para su seguridad, Nailah se quedaría por un tiempo más en el templo para tratar sus heridas ya que algunas aún eran graves. Una vez que pudiera movilizarse, iría a la villa de Senebkay para estar con su hija hasta que la situación con Akmman y el rey estuviera finalmente resuelta.
- planeas obtener el documento, y ¿después?-, preguntó Sansa aunque ella ya sabía la respuesta, lo había visto.
- tomaré el palacio, y demostraré que el faraón actual no es más que un usurpador-, respondió Senebkay.
- ¿qué pasará con los hijos del faraón?- preguntó Sansa mirándolo fijamente.
- ninguno de los hijos de mi hermano es simple, y menos inocente. Debería capturar a todos o simplemente dejar que se maten unos a otros-, respondió él, bastante indiferente.
- puedes matarlos, mata a todos antes de que sean un peligro-, sugirió Sansa.
