⚠️LEER BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD ⚠️
Crecer con la idea de ser como tú padre, no siempre es la mejor opción.
Sasha trabajo duro para ser el orgullo de su familia, sin embargo cuando creció tuvo que enfrentar la cruda verdad.
Para una mujer jamás habría posibilidad de liderar ningún tipo de fuerza militar, por eso fue mejor eliminarla de raíz.
Mataron a cada integrante de su familia y al final se llevó a cabo su ejecución. En su último segundo de vida, Sasha pidió a los espíritus con todo su corazón, que le dieran la oportunidad de salvar a su familia, la gente que más había amado.
Fue escuchada y volvió en el tiempo, cuando aún era una niña. Regreso con toda la intención de cambiar las cosas en aquel lugar, para eso se ganará la confianza de las personas más poderosas del imperio, destronando a quien antes le quitó la vida y peor aún, los hará pagar por haberla hecho sufrir la perdida de su familia.
O al menos esos eran sus planes, ¿podrá una persona cambiar su futuro?
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Paseo incómodo
Ya estando fuera del carruaje, Sasha y Archer caminaron juntos, por la orilla de aquel hermoso campo de flores.
—¿Tanto le gustan las flores, Lady Sasha?— preguntó el príncipe
—Por supuesto que no; quiero decir, si me gustan, pero no tanto, dije eso porque parecía que estaba incómodo con la plática con el emperador— respondió Sasha, mientras caminaba recorriendo el campo de flores.
—Gracias nuevamente. La verdad no entiendo el cambio de actitud de su majestad, pero no creo ninguna de sus intenciones, me ha lastimado tanto durante este tiempo, que no creo que pueda cambiar justo ahora— triste, menciona Archer, que camina junto a Sasha.
Sasha está feliz que piense de esa manera el príncipe, pues el emperador ya sabe cierta verdad, pero de otro modo, jamás hubiera cambiado su actitud con él, además eso no cambia los planes de ella, al final, tendrá que deshacerse del emperador, así como de todos sus posibles y futuros enemigos.
—No debe preocuparse, nosotros nos iremos pronto— tomando del brazo a Archer, Sasha camino así, junto a él.
El emperador solo podía ver a los niños.
—«Veo que hice muy bien en mandarlo a ese lugar, ahora todo el poder de la familia Brucks, será mío»— mostrando una sonrisa de satisfacción, el emperador pensaba.
—Majestad, veo que está muy feliz con el regreso del príncipe, ¿acaso piensa ponerlo como heredero ahora que sabe quién es en realidad?— preguntó, el secretario y mano derecha del emperador.
—Mi heredero será nombrado el día que yo muera, además solo uno de ellos podrá ser quien gobierne, el más apto sobrevivirá, pero a mí me conviene tenerlos felices a los dos— con una sonrisa maliciosa, el emperador respondió.
—Pero si tuviera que elegir a alguno de sus hijos, ¿podría hacerlo fácilmente?— volvió a cuestionar el secretario, pero esta vez alejándose un poco del emperador.
—Ja, no puedo elegir a ninguno. Los dos son herramientas que necesito para obtener más poder, simplemente los necesito de mi lado, no los quiero y tampoco me importará lo que hagan después de que yo muera— con desagrado, respondió el emperador.
Mientras los dos hombres adultos estaban platicando, los dos niños se habían detenido a cortar un ramo pequeño de flores.
—¿Qué sucede Lady Sasha?, veo que se quedó pensando en algo— tocando el hombro de Sasha, el príncipe preguntó
—Todo está bien, es solo que me imaginaba como sería si plantamos tantas flores como estas en donde vivamos cuando seamos esposos— volteando a ver al príncipe, Sasha dijo lo primero que se le vino a la mente, lo que provocó el nerviosismo del príncipe.
La realidad era que, gracias al don de la pequeña, con ayuda del viento, pudo escuchar lo que el emperador decía. No le gustó para nada la forma en como el emperador se expresó de Archer, a ella le daba igual lo que sucediera con el príncipe heredero, lo que quería, era proteger a su futuro esposo.
—Recordaré esto para cuando el momento llegue— muy nervioso, comentó Archer.
—Me gustan las rosas blancas, siento paz al estar rodeada de ellas— sin quitar la sonrisa de su rostro, la pequeña complementó.
Pasado un tiempo, los niños fueron llamados, para seguir con el recorrido, ya que solo tenían ese día para hacerlo, ellos debían regresar al norte, pues toda la celebración y ceremonia se había cancelado.
—Disculpe majestad, ¿aún tardaremos mucho?, la verdad me gustaría regresar lo más pronto al palacio para poder llevar a Lady Sasha junto a su familia— cuestionó el príncipe, ya estando en el carruaje. La verdad se sentía muy incómodo estando con su padre, cuando jamás lo había tomado en cuenta.
—No se preocupen, después de pasar al templo, iremos directo al palacio, también tengo que ponerme al día con todo el trabajo acumulado. Solo quería pasar tiempo con mi salvadora y mi hijo— responde el emperador, mostrando una sonrisa y con mucha dificultad dando un abrazo a Archer.
Así paso una hora hasta que llegaron al templo, donde el gran sacerdote ya los esperaba.
—Majestad, es un honor que usted nos visite, me alegro mucho que se haya recuperado de su malestar— haciendo una reverencia y colocando las manos frente suyo, el sacerdote se dirigió al emperador.
—Ustedes no hicieron nada para que yo me recuperara, debería destruir el templo por completo, nuestros ancestros eran espíritus— enfadado gritaba el emperador.
Poniendo nerviosos a todos los que por allí pasaban y también a los que estaban presentes.
—Por favor majestad, perdone a este tonto súbdito suyo, no podía hacer nada, su enfermedad estaba fuera de mi alcance. Los espíritus eran los únicos que podrían haberlo ayudado— poniéndose de rodillas, el sacerdote suplicaba al emperador
—Nada es imposible, ahora estoy curado y pagarán por su ineptitud, lo mismo pasará con los médicos del palacio. ¡Llévenselo!— ordenó el emperador a los guardias que lo acompañaban.
Así, detuvieron al sacerdote y claramente lo encerrarían por no ayudar cuando más se le necesitaba. Eso sorprendió mucho a Sasha, pues si al emperador se le ocurría, podría dar la orden de ejecutarlo y a ella no le favorecía esa situación, pero no podía hacer nada en ese momento.
Decidieron regresar al palacio y dar por terminado su paseo, que realmente terminó mal para la pequeña. Aunque ella se encargaría de hacer algo al respecto.
—Majestad, ha sido un verdadero placer poder pasar tiempo con usted— comentaba Sasha, después de bajar del carruaje, pues por fin habían llegado al palacio.
—Ahora sí ya se pueden ir en cuanto quieran, solo estaré esperando noticias de mi hijo, cada semana— esas fueron las últimas palabras del emperador antes de retirarse de la entrada del palacio.
Archer solo pudo tomar la mano de Sasha y llevársela a un lugar diferente, claramente pidió que no los siguieran.
—Alteza , ¿podría decirme a dónde vamos?— intrigada, cuestionó Sasha
—Usted tenía planeado ver al sacerdote, ¿cierto?— deteniéndose, Archer respondió, mirando fijamente a Sasha.
—Era solo algo que pensé, ¿cómo se dio cuenta?— sorprendida, volvió a preguntar.
—Lo vi en sus ojos, Lady Sasha, usted ya es trasparente para mí— sonriendo de manera burlesca, el príncipe respondió
Entonces continuaron caminando, hasta que llegaron a dónde estaban las celdas, pidieron entrar y de inmediato les dieron el paso.