Seré La Protagonista Para El Villano

Leonard no aguantó más y descendió a los labios de ella, dulcemente la besaba, ambos juntaban sus manos y en esa unión ambos van a la cama.

En un momento de separación, Margareth le dice con fervor.

— por favor... No hagamos más la espera, no es necesario esperar hasta casarnos para hacerlo... Leonard, quiero que mi sentimiento sean tuyos... Eres el único hombre que lo merece.

— no te defraudaré, Margareth... Tomaré tus sentimientos como mío y te haré feliz como ningún hombre lo ha hecho...— nuevamente él la beso con gran pasión.

Ambos sabían que no podría separarse una vez que se besaran de esa forma, y que seguirían aún más con las caricias de una forma más atrevida. Mientras que ella besaba y era acariciada por Leonard, piensa.

“jamas pensé que llegaría a sentir esto, su cariño y su ternura hacia mi lo hace único... Nunca espere enamorarme de un hombre como él..."

Sin importar esas cicatrices tan visible, Margareth acariciaba la piel de aquel hombre. El deseo que se tenía fue desde esa vez que se dieron su primer beso en el banquete y desde ahí la atracción fue creciendo hasta este grado de quererse en uno solo.

Margareth era quien llevaba el mando estando encima de él. Con cariño, ella besaba su rostro, demostrándole que no debe tener más inseguridad en sí mismo de esta forma. las manos de Leonard recorrían el cuerpo de ella erizandole la piel de una forma muy especia. Ambos se encontraba sin ropa completamente. Por un momento, Margareth se quedó en los pectorales de él, ya que era demasiado grande que hacía feliz a la dama, estrujaba su rostro en ellos ya que siempre había querido hacer eso con un hombre como él. Leonard estaba un poco apenado, pero se deja ser acariciado por Margareth encima de él.

Aún así, ella no se queda ahí, su mano desciende todo su abdomen hasta su virilidad. Margareth se sorprende, sabía que podría ser grande pero no tanto. Sin embargo, le toma de sorpresa que Leonard la voltea en la cama, ahora él estaba encima de ella cómo un león.

— no es justo... Déjame también complacerte. Un buen hombre debe dejar a la dama completamente complacida antes que él.

Margareth se estremece al sentir los labios húmedos sobre uno de sus pechos, realmente el hombre sabía hacer sus movimientos con delicadeza. Aún así, muerde su piel y sube a su cuello mientras que sus manos seguían dándole placer, nuevamente se besan labios con labios, y era tan intenso que se abrazaban con fuerza. Ya ambos se sentía listo para unirse en un apasionante movimiento y gozo que será por un buen rato.

Esos momentos pasaban, el vaivén que Leonard le daba a Margareth le causaba un placer total, ya que el dolor fue al principio, pero todo fue cuestión de movimiento. Y ahora, ella lo abrazaba arañandolo, las manos de ella suben hasta la cabeza de Leonard y sus dedos sujetan un poco el cabello de él mientras que era sacudida de arriba hacia abajo. Los gemidos eran tan exorbitantes que se podría oír en cualquier parte de la mansión pero no le importaba hacer tanto ruido, ninguno de los dos habían vivido un momento tan divino como esté.

La cama por lo menos era de madera resistente, de lo contrario, ya estuviera partida por los fuertes movimientos que ambos se daban.

______________ al día siguiente.

Margareth recién se levantaba. Ella veía como los rayos del sol entraban por las ventanas y los pájaros cantaban. La mujer deja caer la sábana mostrando su piel blanca, pero en algunas partes específicas estaba algo rojas y llenas de mordisco, únicamente tomó la bata que estaba encima de la cama, ya que no se podía levantar.

— Margareth...— susurró él, que apenas se levanta.

— mi Lord... Buenos días...— sonrió ella que se voltea un poco adolorida.

Aún así, ella se acerca a él y lo abraza, Leonard le corresponde el abrazo tomando su mano y dándole un dulce beso.

— ¿Dormiste bien?... Dime, ¿Que quieres comer?... Necesitas reponer fuerzas.

— me gustaría seguir así contigo...— aprovecha el abrazo para acariciarle los pectorales y el abdomen.

Leonard aunque tuvo intimidad con ella, se siente un poco ruborizado cada vez que ella acariciaba su cuerpo, se dejaba porque no podía decirle que no a Margareth, jamás había sentido algún cariño de ese modo, ni siquiera cuando estuvo comprometido hace tiempo.

Más tarde en el desayuno. Leonard comía agusto con Margareth. Y no era por menos, anoche puede decir que fue la mejor que ha tenido por mucho tiempo.

Así que piensa decirle un poco más de él.

— supongo que has escuchado entre en el banquete que una vez estuve comprometido...

— si... Aunque no quise mencionarlo, tambie oí que esa mujer fue la quien canceló todo... Puedes decirmelo— ella tomó la mano de él con cariño.

— no siempre fuí así... Mi apariencia era tan digna como el nombre de los Aram, aunque obviamente era temido por mis ojos.

Llamado también el demonio de Aram... Leonard Alphonso de Aram. Era hijo del anterior archiduque, quién era familiar lejana del rey, pero el archiduque falleció por una enfermedad y su madre lo abandonó cuando era un niño. Así que desde una edad temprana ha estado solo, únicamente soportando el repudio por el color de sus ojos, sin embargo, decidió hacerse cargo de todo a pesar de no tener apoyo suficiente. Algunas personas le prestaron el apoyo como para saber dirigir el ducado de su padre, por suerte, esas personas le ayudaron mucho y Leonard pudo aprender gracias a ellos, esas fueron las primeras personas que vieron que Leonard no era alguien de temer por sus ojos. Los años iban trascurriendo y el joven ya era mayor de edad, pudo heredera las propiedades de su padre y sus tierras. Como ya sabia manejar los dominios de su ducado, recompensó a las personas que le brindaron ayuda sin juzgarlo. No había que negar que Leonard poseía un rostro pulcro con esos ojos carmesí que le hacía ver temible.

Pero aún le faltaba más, si quería que las personas no lo vieran como un monstruo por sus ojos, decidió irse al ejército para dar con el siguiente paso.

Antes de eso, el estaba comprometido con lady Camila, una doncella muy hermosa e hija de los condes Boeing. Camila en ese tiempo “amaba" a Leonard, tanto, que hizo que él también la quisiera como a nadie. Ella quería casarse con él antes de que se fuera a ser un caballero de la realeza, pero Leonard le prometió volver pronto para por fin estar juntos sin algún problema.

Tan solo en varios años, Leonard logró lo que no mucho pudieron, el joven archiduque sabía el manejo de espada a la perfección y en cada batalla salía victorioso pero con una herida de más, eso no le importaba, porque en cada batalla era para proteger las fronteras de su reino y con eso poco a poco el pueblo lo reconocía como un protector.

Era el momento de volver, lady Camila vivía muy cómoda en el ducado de Leonard y no era de menos, él mismo dio la orden de que ella sea tratada de la mejor forma.

La mujer estaba feliz, por fin se iría a casar con el hombre que le podría dar lo que mas quisiera, además que era muy guapo... Hasta que ambos se reencontraron y Camila vio el gran cambio que tenía su prometido. Ella con total descaro se enfado al ver el rostro lleno de cicatrices y sin mencionar la de su cuerpo.

— pareces un monstruo, si hubiera sabido que volverías así jamás pensaría en tu regreso, Leonard. Ya no quiero estar contigo... Nuestro compromiso se acabó... ¿Quién se casaría con una bestia como tú?... No, no tolero verte.

Leonard estaba desconcertado, se suponía que ella lo amaba, ¿Por qué le decía esa cosas crueles luego de haber pasado por mucho?

Las palabras hirientes de Camila dejaron afectado a Leonard, él no puedo volver a ser el mismo que de antes, en volver a confiar en una mujer. Camila solo le demostró que jamás lo amó y solo quiso su fortunas aprovechándose de él. Así que únicamente, con todo su dolor, siguió su vida para luego convertirse en un gran general sin importarle el gran daño que Camila le hizo aunque no fue nada fácil.

Realmente Leonard nunca pudo cerrar esa herida. Simplemente ya no quería a lady Camila ni la odiaba, pues ella no se merece algún sentimiento de él pero... Sentia que jamás iba a ser amado nuevamente... Hasta que; años después, en unos de los viajes para acompañar al príncipe, conoció a una hermosa dama que era molestada por su ex-esposo...

Volviendo al presente. Margareth oyó toda la historia de él y sobre su relación que tenía con Camila para que no hubiera alguna problema en el futuro por ello.

— Leonard... Para mí conocerte fue un gran cambio en mi vida. Aunque pensé que me quedaría sola después de mi divorcio... Llégate a mi vida y no pienso abandonarte como lo hizo esa mujer— Margareth se acercó a él y lo abrazó. Leonard hace lo mismo desde la cintura de ella.

— cuando estuve comprometido con Camila, pensé que la amaba... Pero no fue hasta hace poco, cuando nos entregamos, comprendí que eres la primera mujer a la que amo... Contigo, ahora se lo que se siente el amor verdadero sin algún interés de por medio...

Margareth solamente sonrió y besó los labios de Leonard sentada sobre él.

Muchos de los sirvientes veían a escondidas a la pareja darse afecto, y más que todo el mayordomo, que era un señor mayor que cuidó bien al general, éste sirviente lloraba a moco suelto, pues al fin podía ver que su señor podría ser feliz con una mujer que si lo ama...