Michael es un exitoso empresario que por un accidente pierde la memoria y termina trabajando como repartidor de comida de un importante restaurante, la que es su esposa lo engaña con un hombre rico deseando tener más dinero estatus y poder sin imaginar que el hombre con el que lleva 2 anos de matrimonio y al cual ha humillado incontablemente es inmensamente rico. Muchos secretos se ocultan tras el accidente que sufrió Michael y pronto tomara venganza y conocerá el verdadero amor.
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cap 24: Amor
Michael regreso a casa de Felipe y fue a descansar, antes de a costarse reviso su celular vio un mensaje de Elena y sonrió.
Mi amor disculpa apenas y veo tu mensaje, feliz noche descansa mi hermoso rayo de luz, por la hora sabia que ya Elena dormía.
Marcela durmió con don Martin quien la contemplaba dormir, la emoción de saber que Michael estaba con vida le dificulto dormir.
En medio de la noche Elena soñó algo muy raro, ella estaba en una casa que no conocía, era grande, oscura y con un aspecto misterio, caminaba buscando una salida, pero cada puerta a la que entraba la llevaba al mismo pasillo, desesperada corría, hasta tropezar con un hombre que al girarse no era otro que el detective que la interrogo, solo que este tenía una mirada aterradora y sus ojos estaban rojos cuál llamas de fuego.
Con miedo retrocedió hasta quedar contra una pared, el hombre se acercó con una daga listo para atacarla, Marcela se despertó gritando.
Don Martin se asustó y varios custodios entraron corriendo a la habitación.
Estás bien mi princesa, soy yo es solo una pesadilla.
Los hombres revisaron cada rincón de la casa y todo estaba en orden.
Julián sonreía internamente al menos podrían declararla inestable emocionalmente y dejarla fuera de la presidencia de la empresa, eso debía decírselo a Octavio.
En el momento de desesperación Marcela se lastimó la herida y volvió a sangrar.
Llamaré al médico dijo una empleada, ya que sabía lo nerviosa que era Marcela y el terror que le tenía a las agujas.
Padre llama a Fabián no confió en nadie más dijo llorando del dolor.
Cual Fabian no conozco a ese medico, pregunto angustiado.
Es el hijo de Felipe dijo intentando calmarse.
Arthur llama a Felipe dile que necesito a su hijo aquí.
Arthur hacía poco había regresado sabía que Felipe estaría dormido, pero esto era una emergencia.
Marco el número y daba directo a buzón, así que llamo directamente al teléfono de la casa.
El teléfono sonó varías veces, hasta que una voz cansada de mujer dijo: bueno y un bostezo a continuación.
Disculpe la hora señora se encuentra el doctor Fabián.
Si esta dormido, ya vio la hora son las 2 de la mañana dijo Fernanda molesta.
Lo lamento es una emergencia.
Fabián, hermano, Fabián. Fernanda lo movía con insistencia.
Si, si, si despertó sobresaltado que hora es, me agarro el día.
No alguien llama dice que es una emergencia le entrego el teléfono dando una mirada de pena sabia el cansancio que su hermano tenía.
Señor lamento despertarlo, soy Arthur el jefe de seguridad de la mansión Scott la señorita Marcela está sangrando.
Voy para allá, colgó y corrió a ponerse un hobby, una camiseta y sus zapatos, tomo el maletín.
Fer búscame anestesia local, gasas, suturas y todo para limpiar una herida algo le paso a Marcela, al oír esto Fernando corrió y buscó todo, se calzó.
Voy contigo y no me digas que no dijo firme.
Vamos rápido espero no sea grave.
Debimos informarle a papa dijo Fernanda preocupada.
De ninguna manera si no es algo grave se preocupara en balde.
Fabián condujo lo más rápido que pudo a la mansión, de una le permitieron la entrada.
Donde está dijo preocupado ingresando a la casa.
Por aquí joven le dijo una empleada mirándolo coqueta.
Fernanda frunció el ceño por el descaro de la chica.
Ambos siguieron a la empleada al dormitorio de don Martin donde encontraron a Marcela llorando y no permitía que nadie la tocara.
Fabián me duele le dijo en lágrimas.
Tranquila ya esto aqui, déjame revisarte su voz suave y pausada le transmitían tranquilidad.
Fernanda ayúdame por favor, alcánzame una tijera y guantes.
Yo puedo asistirlo doc. sé algo de enfermería dijo coqueta la empleada.
No gracias mi hermana sabe bien lo que debe hacer, le respondió frío e inexpresivo.
Marcela miró aterrada las tijeras y recordó la daga de la pesadilla, comenzó a entrar en pánico.
Fabián noto lo que le ocurría.
Mira hermosa, concéntrate en mi voz, no voy a hacerte daño, nunca lo haría, solo voy a cortar la venda.
Marcela asintió.
Don Martin miraba la dulzura con que Fabián trataba a su hija y sonrió recordando la vez que escucho a Michael reclamarle porque miraba embobado a su pequeña hermanita, fue la última vez que asistió a la mansión y Marcela se mostraba triste y le pedía a Felipe traer a su hijo.
Fabián corto la venda con sumo cuidado un punto se había dañado, sería doloroso volver a coser por lo que desinfecto la herida y la unió con adhesivo, simulando una saturación.
Don Martin y Arthur miraba atónitos, ningún médico había podido hacer algo así con ella.
Te voy a colocar un antibiótico endovenoso o se infectará, nuevamente Marcela entro en pánico, esta vez comenzó a hiperventilar al ver la aguja.
Mírame Marcela, Fabián le hablaba, pero no lograba hacerla calmar, así que no lo pensó y la beso.
El beso relajó a Marcela, aunque al principio entro en shock luego correspondió.
Todos estaban sorprendidos y más porque parecían que hasta olvidaron que no estaban solos.
Se devoraban los labios como si no existiera un mañana.
Vaya beso hermanito no eres un robot dijo riendo pícara.
Ambos se avergonzaron.
Voy a inyectarte ahora que estás calmada.
Puedo fingir otro ataque de pánico dijo con picardía mordiéndose el labio inferior.
Fabián sacudió la cabeza ante el comentario, miro a don Martin avergonzado.
Lo lamento señor Scott dijo apenado.
No veo el porqué son jóvenes, están solteros y son mayores de edad, si mi hija es feliz soy feliz.
Me da permiso de pretenderla dijo sorprendido pasando el tratamiento.
Claro mejor hombre no podría haber para mi princesa, eres el hijo de mi amigo y sé que eres un gran hombre y un excelente médico tu padre no hace más que hablar maravillas de ti.
Gracias por la confianza don Martin, listo hermosa y no sufriste otro ataque de pánico.
Eres perfecto mi guapo doctor le dio un casto beso en los labios.
Hum estos jóvenes de hoy día, vamos dejemos a este par de tortolos un rato solos, dijo don Martin.
Fernanda salió y antes de atravesar la puerta le hizo un pulgar arriba a su hermano.
Esta loca dijo riendo.
Me gustas Fabián, siempre me gustaste y ahora que nos volvemos a encontrar no pienso dejar pasar una oportunidad.
Siempre eres así dé.
Linda, maravillosa y decidida completo ella sonriendo.
Y humilde también dijo Fabián riendo.
Si soy una Scott y siempre consigo lo que quiero.
Ah si y que quiere la princesa Scott arqueo una ceja.
A ti se acercó y lo beso.
El beso era suave y tierno.
Siempre fuiste tu princesa, nunca tuve nada serio porque una princesa de ojos celeste se robo mi corazon.
almenos tu tienes por quien suspirar yo que ni eso tengo