Huir no es una opción y ella lo sabia.
No sabía si era la suerte o una mera coincidencia que el destino le preparo, lo que si sabía era que su vida daría un giro inesperado luego de conocer a este apuesto hombre.
Tras una propuesta beneficiosa para ambas partes, ella encontraría la salida de su infiernos sin saber aun.. que se arrepentiría de ello tarde o temprano.
Sahun Wesley
Alaia Montero.
esta es su historia.
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>>24<<
Sahun
Trataba de dormir pero los movimientos de Alaia no me estaban dejando conseguir un buen descanso.
Luego de tomar mi móvil y ver que eran aproximadamente las 2 de la mañana, enciendo la lampara que estaba en mi mesita de noche y volteo a mi esposa quien veía el techo con un puchero en sus labios.
- ¿Que sucede ,amor? - pregunté acercándome más a ella para luego acariciar su rostro consiguiendo su mirada.
- Hace demasiado frío. - respondió y asentí, era obvio que hiciera frío pues estábamos en invierno.
- ¿Quieres que encienda la calefacción?- pregunté y ella asintió por lo que me levante para enchufar el aparato y encenderlo volviendo luego a la cama notando como observaba sus manos. - ¿Que sucede?
- No es nada. - respondió envolviendo sus manos con la manta.
- ¿Te duelen? - pregunté tomando sus manos y sintiendo lo heladas que estaban.
- Cada vez que hace frío comienzan a doler. - respondió para luego suspirar. - Jamás he visitado a un medico para saber como se encontraban mis manos luego de lo sucedido y.. Tal vez la fractura hace que el frío me cause dolor.
- ¿Porque no visitaste jamás un medico? - pregunté mientras tomaba sus manos entre las mías para darle más calor.
- Robert no me lo permitió, sabia que si iba tendría que responder a el como fue que me cause estas lesiones y.. No quería ir a la cárcel. - respondió y frunci mi ceño para luego atraer sus manos a mis labios y las bese a ambas una y otra vez.
- Juro que voy a hacerle pagar por esto y por todo lo que te ha hecho. - respondí para luego besar sus labios también.
- Dejalo, no vale la pena ensuciarse las manos con basura. - respondió y la vi con tristeza imaginando todo el sufrimiento que tuvo que soportar en manos de esa maldita escoria. - Esposito.. - dijo una vez más y saliendo de mis pensamientos preste atención a sus palabras. - Yo.. Tengo ganas de comer un poco de pastel de chocolate.
- ¿El primer antojo? - pregunté con una sonrisa y la vi levantar sus hombros. - ¡Es el primer antojo de nuestro bebé! - Añadí más feliz para luego tomar mi abrigo y colocárselo a ella para luego tomarla en mis brazos y salir juntos de la habitación rumbo a la cocina. - No te preocupes por el frío, la abuela siempre enciende la calefacción temprano y la apaga cuando el sol esta arriba. - añadí y ella asintió con una sonrisa.
Busqué en el refrigerador, en el horno he incluso en la alacena pero no encontraba ni una rodaja de el pastel que la abuela prepara.
Sin otra alternativa deje a Alaia esperar para luego poner manos a la obra.
Luego de suspirar profundamente, di dos golpes en la puerta de la habitación que mis abuelos comparten.
- ¿¡Quien demonios molesta a esta hora!? - el fuerte grito del abuelo me hizo temblar y hasta dudar en contestar, sabía que no era bueno venir pero ya estaba aquí y no hay forma de retroceder.
- Abuelo, soy Sahun. - dije esperando a que me insultara una vez más pero para mi sorpresa la puerta se abrió rápidamente frente a mis ojos y tanto el abuelo como la abuela me veía con preocupación.
- Hijo, ¿Paso algo con Alaia? - preguntó ansioso por lo que asentí para luego ver a la abuela.
- Ella.. Ha despertado con antojos y la verdad es que no tengo idea de como preparar el pastel que la abuela sabe hacer. - respondí rascando mi cabeza sintiéndome avergonzado y esperando a que me dijera que no podría molestar por una tontería como esa pero nuevamente me sorprendieron.
- ¡Ho Dios! - dijo el abuelo y vi a la abuela correr dentro de la habitación colocarse un abrigo y tomar mi mano.
- Vamos vamos vamos, no hagamos esperar a mi bis nieto. - Dijo y voltee mi mirada atrás notando que el abuelo también nos seguía.
Al entrar a la cocina la abuela besa la cabeza de Alaia y luego pone manos a la obra con el pastel.
- No te preocupes cielo, la abuela enseguida te hará el pastel, solo aguanta un poquito. - dijo el abuelo mientras daba palmaditas en la mano de Alaia. *No puedo creerlo, un simple antojo parece una emergencia para mis abuelos. *
- Esposito, no tenías que despertar a la abuela por mi antojo. - me reprendió Alaia y la vi con tristeza.
- No quiero que te quedes con un antojo, perdón. - dije bajando la cabeza y la escuché reír.
- ¿vez abuelo? Mi esposito nos consiente. - respondió y los vi sonreír a ambos.
- Todo lo que un esposo debe hacer, consentir a su esposa he hijo. - añadió el abuelo y sonreí.
Media hora después el pastel estaba listo pero por recomendación de la abuela decidimos esperar a que este se enfriará.
Volví mi mirada a mi reloj y noté que ya eran casi las tres y cuarto, aun faltaban diez minutos más para que mi esposa pudiera comer el pastel.
Mientras esperábamos la abuela preparo 4 tazas de chocolates y nos las dio para luego cortar el pastel y darle a Alaia.
- ¡Gracias abuela! - dijo felizmente mi esposa y sonreí satisfecho.
- ¿Quieres un trozo, hijo? - me preguntó y asentí, por una extraña razón también quería comer pastel.
Luego de servirme un trozo le dio de este al abuelo y luego se sentó con nosotros a prácticamente desayunar muchas horas antes del desayuno.
- Este sabor me lleva a la infancia. - comenté mientras veía mi taza de chocolate caliente. - recuerdo que cuando era niño solías prepararme muy seguido chocolate con pastel.
- Eres mi primer nieto, por supuesto que tenía que consentirte, incluso ahora de grande quiero hacerlo pero eres muy quisquilloso. - respondió la abuela y sonreí.
- Si me decías que ibas a darme todos los vicios hubiese venido más seguido. - respondí sintiendo luego una dulce caricia de su parte en mi mejilla.
- Sahun, eres mi nieto mas valioso, el que cuidé cuando era pequeño y al que amé mucho antes de que nacieran sus primos. - comentó para luego tomar mi mano. - Cada día que pasaba y veía que no asistias a las reuniones de la familia sentía que una parte de mi vida faltaba. - beso sus manos sintiendo la culpa en mi corazón.
- Lo siento abuela yo.. - suspiro. - No me sentía parte de la familia, siempre creí que era la oveja negra, aquella a la cual ningun miembro de la familia quería acercarse y pues.. Preferí mantener distancia.
- Incluso si ninguno de los otros miembros de la familia quería acercarse a ti, no debiste alejarte, tu abuela y tu abuelo siempre te brindaron de su amor y eso es mas que suficiente. - comentó él abuelo y asentí bajando mi mirada. * Después de todo.. Ellos jamás me despreciaron y cada vez que los visitaba siempre me atendían de la mejor manera, lo que ahora me hace preguntarme el porque es que no me di cuenta de ello antes. Si Alaia no me decía sobre lo que el abuelo le dijo.. Dudo mucho que lo hubiera descubierto por mi mismo. *
- Prometo que no volveré a alejarme de ustedes y los visitaré incluso en la semana. - respondí viendo la sonrisa en el rostro de ambos. Al voltear mi mirada a Alaia la veo dormir sobre la mesa y sonrió para luego ponerme de pie he ir en su direccion para luego tomarla en mis brazos. - Abuelo..
- Dime.
- Yo.. Quizás este fuera de conversación esto pero.. - bajo mi mirada a el rostro dormido de mi esposa. - Ella estuvo quejándose de el dolor en sus manos, dijo que cada vez que hacia frío el dolor en sus manos es insoportable y.. - levanto mi mirada a él. - Quiero que el maldito de Wiscond pague por ello, que sufra de la misma forma he incluso más de lo que ella lo hace.
- No te preocupes hijo, yo mismo me encargaré de que reciba el doble de dolor que le ha dado a nuestra pequeña. - Respondió y asentí.
- Iré a recostarla ahora. - ambos asintieron con una sonrisa. - Yo.. Gracias por estar al pendiente de nosotros y por preocuparse por Alaia, pese a que ahora me tiene a mi, se que su corazón requiere de mucho más amor.
- Lo sabemos hijo y nos aseguraremos de darle todo el amor posible para que se sienta cada día más feliz. - respondió la abuela y con una sonrisa asentí para luego abandonar la cocina y llevar a mi esposa a nuestra habitación.
..
...
Dos meses más pasaron y cada día estaba más y más feliz, pues mi hermosa esposa estaba con una excelente salud y nuestro bebé crecía de igual manera.
Ya estaba entrando en sus 4 meses y no podía contener mi ansiedad, en solo unos 5 meses más conoceremos a la pequeña personita que despertó sentimientos nuevos en mi corazón.
- ¡Mamá por favor! ¡Eso no esta bien ubicado allí! - me queje mientras veía a mi madre acomodar los arreglos como ella quería.
- Aquí queda perfecto, no puedes estar quejandote a cada rato, sino dile a tu amigo que venga a ayudarte. - respondió molesta y la vi con una sonrisa para luego llamar a Fran.
- ¿En que te ayudo? - preguntó al estar a mi lado.
- Hay que ubicar bien los arreglos, quiero que todo este perfecto.
- ¿Y porque no contrataste a los especialista? ¿Me viste cara de organizador de fiestas? - preguntó y lo vi con mi ceño fruncido. - Por eso digo que mejor lo hago.
Veía a todos colaborar con la perfecta decoración que decidí hacer en el jardín de la casa de campo y suspire satisfecho, todo va de acorde a lo planeado.
Nelie llevó a Alaia por unas compras en las cuales le encargué usar un bonito vestido para la ocasión mientras que los demás colaboraban en la decoración y preparación de los bocadillos y demás.
- Y pensar que jamás espere vivir para un momento como este. - comentó mi padre y voltee a verlo. - Siempre creí que terminarías solo pero me he equivocado, solo tenías que conocer a tu alma gemela.
-Creo que todos esperamos por la persona indicada, papá. - respondí con una sonrisa mientras observaba todo el lugar, estaba quedando perfecto y se que a mi esposa le encantará.
- Si, supongo que si. - añadió para luego suspirar. - Se que sabes la verdad sobre Alaia. - continuó y voltee a verlo. - Y realmente espero que no se lo digas ya que será un golpe fuerte para ella conocer sus verdaderos orígenes.
- ¿Porque crees que será un golpe fuerte para ella el saber que sus padres son mi tío y su madre? Ambos estaban muertos ya y creo que desearían mucho que su hija conozca sobre sus orígenes.
- Hijo, quiero encontrar a el culpable de la muerte de mi hermano primero. - respondió para luego voltear a verme. - Cuando mis dudas sean aclaradas le contaremos a Alaia todo y.. Le haré pagar a ese cretino por todo el daño que le hizo tanto a ella como a la mujer que mi hermano escogió para vivir feliz.
- ¿Crees que Wiscond fue el asesino de mi tío? - pregunté y sin dudarlo él asintió. - También lo creo, por ello es que quiero que obtenga su merecido. - coloco una mano en su hombro. - se hará justicia papá, Fran también esta investigando por mi parte y se que muy pronto tendremos noticias de ello.
- Lo se, mis hombres se encontraron con Fran. - respondió y asentí.
Seguí observando todo el lugar mientras mi mente se perdía en las posibilidades sobre nuestra conversación.
No creo estar equivocándome después de saber sobre todo el maltrato que Wiscond le dio a mi esposa, lo que aún me cuesta entender es ¿Porque tanta desesperación para que Alaia se casara conmigo? ¿Es tan imbécil como para devolver a Alaia a la familia Wesley o simplemente esta esperando conseguir algo de todo esto?
Sea lo que sea se que lo descubriré antes de que el pueda dar con su cometido, descubriré sus intenciones y le haré pagar por todo, incluyendo la muerte de mi tío.