Violeta, una famosa diseñadora, lo tenía todo... Incluyendo una mala reputación. Santiago, era todo lo contrario.
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# 23
VIOLETA
Aún no asimilaba del todo lo que Santiago dijo ayer. El también fue traicionado por alguien a quien amaba.
Por la mañana, nos arreglamos y salimos de la habitación, teníamos que separarnos, el tenía algunas conferencias y yo tenía que preparar el desfile. Estaba tan concentrada que no me di cuenta que Corina, se acercó a mí.
-Hola, ¿Me recuerdas?-.
- Claro que sí, ¿Cómo estás?-. Algo me decía que debía ser muy cuidadosa con lo que hablaba con ella.
- Muy bien, gracias. Sabes, me da mucho gusto que Santiago haya vuelto a rehacer su vida. Aunque, ya sabes... El primer amor jamás se olvida.- Dijo fingiendo inocencia.
- Tienes toda la razón. Yo aún recuerdo a mi primer amor, aunque no por buenas razones.- Le contesté en el mismo tono.
- Supongo que le gusta que seas tan independiente, ya sabes... No tener que mantenerte, aunque a él no le molestaba estar a cargo de mi.-
Otra vez, ese maldito tonito.
- De eso estoy segura, aunque también estoy segura que le gusta llegar a mi casa, con alguien para tener una buena charla, alguien que sepa de lo que el esta hablando e incluso le de un par de opiniones, ya sabes... Cómo iguales.- Este jueguito me estaba hartando. Se me quedó viendo y supe que estaba molesta, aunque quiso disimular.
- Claro, claro, eso es muy bueno para el. Y dime ¿ ya han pensado en matrimonio?-
Pensé en el bebé que venía en camino y como desde que llegamos usaba vestidos holgados, nadie se había dado cuenta y por supuesto que no se lo iba a decir.
- Aún no, estamos disfrutando nuestro tiempo juntos. Si ha de suceder, solo sucederá.-
- Oh, eso es bueno. Una pregunta más. ¿Ya tienes a todas tus modelos? Se que no parezco una, pero me encantaría dar a conocer tus diseños.- Dijo mientras se señalaba a si misma.
Estoy segura que sabe que tiene un cuerpo perfecto y que ese bronceado, junto con esa sonrisa inocente, harían caer a cualquier hombre.
- Mmm, creo que ya están todas, pero hagamos una cosa. Deja tus datos con el, es mi asistente en el evento y si necesito alguien, te llamo. ¿ Que te parece?.-
- Que lástima, me hubiera encantado trabajar contigo, pero está bien, le dejo mi número y estaremos en contacto. Gracias, querida. Hasta luego.-
Solo pude hacer un gesto de despedida con la mano, entre más rápido se fuera, mejor. Era una descarada, venir a insinuar que Santiago aún pueda sentir algo por ella.
Y ese pensamiento me entristeció, en realidad el y yo, jamás hemos hablado de sentimiento. Tenemos una relación, si, pero no puedo asegurar que el sienta lo mismo que yo.
Debo concentrarme en mi trabajo, ya casi es la hora.
Cuando casi tenía todo listo, salí rápidamente a buscar a Santiago, el tenía que estar ahí conmigo, aún tenía poco más de media hora, así que fui a buscarlo al salón donde fue su última conferencia.
Cuando casi llegaba al salón, escuché una risa familiar, era de Corina. Apresure mis pasos, solo para ver lo que ya me imaginaba. Estaban demasiado juntos, ella tenía una mano en su hombro y me decía algo muy cerca de su oído, estoy segura que ella me vio, por qué le pasó los brazos por el cuello y lo besó.
Esa estúpida beso a mi hombre, estaba caminando en su dirección, por qué ella lo hizo por qué yo estaba ahí.
Pero lo que no me esperaba, fue la reacción de Santiago, la abrazo por la cintura y la beso con pasión. Antes de llegar, sentí como si chocará con una pared invisible, me di la vuelta y salí de ahí. Necesitaba aire, sentía que me ahogaba, cuando encontré a mi antiguo novio con otra, no tenía está sensación de asfixia.
Regrese a mi evento y no me di cuenta que estaba llorando, hasta que uno de los asistentes, me ofreció un pañuelo desechable. Di la orden de que si aparecía Santiago, no le dejarán pasar, le hable a mi querido amigo Benji y le pedí me consiguiera un boleto de avión para esa misma noche. No iba a permitir que jugarán conmigo de esa manera. Me limpie las lágrimas y comencé el desfile, todo salió perfecto y a pesar de eso sentía que estaba vacía, ahora ni siquiera el éxito obtenido, sirvió para curar mi alma desecha. Mi único consuelo, era esa personita que crecía dentro de mí, pero aún no era suficiente.
Cuando termine y salí para agradecer al público, lo vi, ahí sentado en primera fila, me mandó un beso con la mano y siguió aplaudiendo.
No pude ni fingir una sonrisa, ¿Cómo podía ser tan cínico?
Regrese detrás del escenario y volví a ordenar no dejar entra a nadie. Me disculpé con los organizadores que habían llegado a felicitarme y les dije que no me sentía muy bien.
Salí de ahí, sin nada, deje la maleta en la habitación, era algo que podía reemplazar, pero la tristeza que sentía, ahí se quedaría para siempre.
Llegue al aeropuerto apenas, el vuelo salía en 10 minutos. Era un milagro, ya que todos los vuelos estaban agotados.
Cuando llegue a casa, Benji ya me esperaba. Aún no le había dicho todo. Solo me lancé a sus brazos y comencé a llorar.
Cuando llegamos a mi casa, le conté todo lo que pasó.
- No lo puedo creer, es que, es imposible.-
- Así son las cosas Benji, el aún ama a esa mujer.-
- Debes estar confundida cariño, el te ama a ti.-
- Nunca me lo ha dicho y la manera en como la besó, no deja lugar a dudas.-
- Escucha, tal vez no debería decirlo, por qué se supone que era sorpresa,pero el...-
- No lo digas.- Lo interrumpí.- Nada me va a convencer de que el siente algo por mi. Ahora, lo que tengo que hacer, es irme de aquí, me voy a vivir con mi hermano, tú estás totalmente capacitado para hacerte cargo de la marca y yo podré trabajar desde lejos.-
- Pero no puedes hacer eso, no puedes huir. Esa no es mi violeta.-
- Tu Violeta tiene miedo. Y no está dispuesta a qué la vuelvan a engañar.-
Ese día lloré como nunca antes había llorado. Llame a mi hermano, para preguntarle si podía quedarme con el unos días. Lo único que necesito es alejarme, se que todo estará bien. Mi bebé me dará la fuerza que necesito para comenzar de nuevo. Me iría al día siguiente.