Josefina Valle, venía del mundo de copas y pooldance, bailaba en un antro de la ciudad. Fue testigo de un asesinato y debió esconderse en un convento.
Gustavo Singer, empresario, viudo, nunca pudo recomponerse del accidente que hizo perder a su mujer, y esto lo llevó a no hacerse cargo de su hija Emilia.
Por esas cosas de la vida, y a través de una mentira, Josefina será su niñera y nadie sabe que pasará cuando esa mentira salga a la luz. Pero será solo la mentira de Josefina?, o también la mentira de Gustavo que harán de Josefina ser una prisionera de ellas...
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capítulo 23
*Josefina.
Todavía estoy sorprendida con el entusiasmo que le pone Gustavo a mi cumpleaños, no voy a decir que no me gusta, de hecho me encanta hacer este tipo de cosas, aunque más me gustaría hacerlo con mi familia y mi amiga, y a decir verdad, la compra de ropa, me parece demasiado, pero no quiero decepcionarlo, le está poniendo tanta voluntad, nunca me imaginé que me sentiría bien, estar pasando por esto con mi jefe, por momentos se me aparecen pensamientos, de que este tipo de cosas no lo haces por una niñera, ¿y si está sintiendo otra cosa?, pero enseguida me contradigo y me digo a mi misma, que no debería pensar esas cosas, él no es el tipo de hombre que se fijaría en alguien como yo, una por las diferentes realidades que cada uno vive y la segunda, es la edad, él es un hombre maduro, ya establecido y yo apenas cumplo 26, y recién salí a experimentar la vida hace pocos meses, que podría aportar yo a su vida?, también me doy cuenta de que él, está ocupando, poco a poco, un espacio de mis pensamientos, el hombre que hasta hace un par de semanas me resultaba indiferente, ahora me deja pensando por las cosas que hace y dice, tengo que protegerme, si doy rienda suelta a mis pensamientos, lo más probable es que termine lastimada, pero no sé cómo hacerlo, quiero pensar en otra cosa y su imagen vuelve una y otra vez. ¿Acaso me estaré enamorando?, para mas, ir de la mano, me hace tener sensaciones que me dan terror con solo pensarlo.
- Josefina, llegamos.
- ah, perdón, venía distraída.
- me di cuenta, de que tanto pensabas?
- emm, nada, cosas que vienen a mi mente.
- me encantaría, tener el control de leer las mentes.
- no encontrarías nada divertido.
- si en todos esos pensamientos, uno fuese sobre mí, sería muy feliz.
- cómo?, no entiendo.
- es que me ayudaste tanto con Emilia, que yo creo que algún pensamiento sobre este padre perdido tiene que haber.
- ah, jaja, claro, entonces debo decirte que sí, hay pensamientos que te harían feliz.
Lo miro confundida, ese tipo de comentarios, me descolocan y él, con mi contestación, pone cara de felicidad.
- entremos, estoy ansioso por ver que ropa vas a elegir.
- creo que te vas a desilusionar, nunca me compre ropa sofisticada, uno porque mi economía no me lo permite y la otra porque tampoco me entusiasma.
- aquí hay de todos los estilos, solo tenés que entrar, buscar, elegir, probarte y listo, eso sí, me encantaría que me muestres y pidas mi opinión, a veces cuatro ojos, ven mejor que dos.
- me da vergüenza.
- vergüenza es robar, por lo demás, está todo bien.
- bueno como digas.
Una vez adentro se nos acerca una vendedora. Gustavo le pide que nos lleve al salón de vestimenta femenina
La vendedora nos señala, había mucho para elegir.
- creo que este vestido te iría bien, el negro es un clásico, y con tu belleza y edad, lo llevarías muy bien.
*Gustavo.
Miro el vestido, y es hermoso, pero también muy sexy, es corto, me parece que le quedaría ajustado a su cuerpo. Y para qué voy a mentir, si fuese para mí solo, me encantaría vérselo puesto, pero otros verán lo que yo, y eso no me gusta tanto.
-:y otro estilo?, algo más tranquilo, no sé, es mi opinión, vos que decis?
- eh, no sé, es bonito, pero vos sos el que lo regala.
- ay, señor, no sea tan celoso de su novia o esposa, ella es joven, este vestido está hecho para ella.
Veo a Josefina asombrada, y tenía toda la intención de aclarar a la vendedora, lo que ella es, yo la tomo enseguida del brazo, para que no hable, por suerte ella no lo hizo.
- sabe que?, mi novia se va a probar este vestido, pero me gustaría también ver otro, un poco más tranquilo.
- ya se lo traigo
- que significa eso de novia?
- vos seguime la corriente, la vendedora se tomará mejor su trabajo, si cree eso, de otro modo, ella creerá que sos mi amante, pero nunca una amiga.
- en que tipo de mundo viven ustedes los ricos?
- la verdad?, el de las apariencias, no me gusta, pero es así.
- y cuando voy a elegir yo el vestido?, no estaría bueno que fuese de mi agrado?
- jajajajajaja, tenés razón, mira la ropa tranquila y elegí lo que te guste.
Viene la vendedora, con un vestido azul, muy tranquilo pero sexi.
- aquí tengo esta opción.
- sabe que?, déjelo por aquí, mi novia me pidió ser ella la que elija.
- está bien señor, entonces mientras ella elige, voy a atender a otras personas, cualquier cosa me llama.
Miro hacia Josefina, la veo muy concentrada en su elección, tengo que empezar a controlarme, van varios comentarios, que si yo, fuese ella, ya estaría asegurando de que estoy enamorado de ella, y esto no puedo dejarlo libre, hasta no estar un poco seguro que seré correspondido en el sentimiento.
Josefina toma un vestido, que tiene fondo blanco, con algunos detalles de flores pequeñas, color lavanda, me lo muestra con una sonrisa y me doy cuenta de que es ese.
- me lo voy a probar.
- me parece hermoso, pero ya que estamos, probate este azul, y también el negro, pero ya te adelanto que no creo que te quede bien.
Ni loco me iba a perder de verla en ese vestido negro, pero iba a ser yo solo. Y fue el primero que me mostró, y le quedaba de infarto.
- mmm, es como te dije en un principio, este no va.
- pienso lo mismo.
- entonces vamos por los otros.
- los dos?
- si los dos, uno me parece muy naif, y me encanta, y el otro es más para una cena o evento importante, te regalaré los dos.
- es demasiado, no puedo, ni debo aceptar.
- serán los dos, de todos modos y también un par de sandalias.
- Gustavo...
- Josefina...
Se mete en el vestidor y a medida que se pone los vestidos, sale y me lo muestra, el que ella eligió, es al cuerpo, un poco más corto por sobre sus rodillas, le queda hermoso y le da un aspecto de inocencia que me enciende y me vuelve loco, el otro, la hace mucho más sexy, permite volar la imaginación, pero sin mostrar tanto, la vuelve una mujer muy elegante.
- hermosos los 2, los llevamos.
- sigo pensando que es mucho.
- te puedo pedir algo?
- si claro.
- déjate puesto el vestido que vos elegiste.
- en serio?
- sí. Señorita, puede mostrarnos sandalias?
- si, señor, que combinen con ambos vestidos?
- creo que sí, a vos que te parece Josefina?
- si, está bien
- tengo este par, el negro combina con ambos.
- son muy altas.
- probátelas Josefina, quizás te gusten.
Ella sé coloca las sandalias, se para, las piernas le temblaban un poco.
- camine señorita, aquí tiene el espejo para que vea como se lucen.
Josefina comienza a caminar, se trastabilla iba a caer, pero justo llegue a agarrarla, quedándonos frente a frente muy cerca, yo, con mis brazos rodeando su cintura. Nos quedamos así, parecía una eternidad, ella me miraba fijo a los ojos, por Dios que bellos son, de pronto veo que pasa su lengua por uno de sus labios, y cuando creo que perderé mi compostura...
- te lastimaste?
- no, estoy bien. Gracias.
Nos separamos, me sentí un poco tonto por hacer que nos separemos y un poco orgulloso por el control de mis actos, un segundo más, y le hubiese comido la boca.
- no voy a poder caminar con estas sandalias.
- es solo práctica. Señorita, traiga otras con menos taco, si le gustan, llevaremos las 2 también, y por favor, guardeme en una bolsa la ropa que se cambió la señorita.
- si señor, enseguida.
Trae otro par, por suerte le iban cómodas, así que la vendedora nos lleva todo a la caja, y me dispongo a pagar.
- aquí los dejo, gracias por su compra, y los felicito, ojalá siempre conserven esa mirada llena de amor.
Me quedo helado, Josefina me mira, y ya esta toda roja. ¿Acaso la vendedora vio algo que yo no?, por mi parte se lo que siento, pero ella, ¿ me miró de la misma manera?, acaso Josefina, ¿siente lo mismo?,¿ ninguno pudo disimular lo que siente por él otro?, mi corazón bombea a mil, ella está muy insegura en sus movimientos, salimos a la calle, está vez, directamente tomo su mano, y mientras caminamos en silencio, yo me siento el hombre más feliz.