Camila Villagrán, una poderosa CEO, pierde la vida en un misterioso accidente aéreo. Para su sorpresa, reencarna en el cuerpo de Isabela López, una talentosa pero olvidada diseñadora, casada con Leonardo del Valle, CEO de Valle Textiles, la competencia directa de su antigua empresa. A medida que intenta recuperar su poder, descubre secretos, traiciones y un amor que nunca esperó encontrar. Pero, ¿podrá su nueva identidad llevarla a la cima o será el inicio de su caída definitiva?
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Noche de Gala.
El día de la gala benéfica de Nexus había llegado. Camila se encontraba frente al espejo de su habitación, ajustando el elegante vestido negro que había elegido para la ocasión. Era un diseño sofisticado, con un escote en V y una abertura lateral que dejaba entrever una elegancia discreta, pero con la movilidad suficiente para cualquier imprevisto.
—Luces perfecta —dijo Leonardo desde la puerta, observándola con una mezcla de admiración y preocupación. Él mismo estaba impecable en un esmoquin negro, proyectando la imagen de un CEO seguro de sí mismo, listo para enfrentar cualquier desafío.
—Gracias —respondió Camila, esbozando una sonrisa—. Espero que esto funcione.
Leonardo se acercó, colocando una mano en su cintura.
—Funcionará. Lo hemos preparado todo. Santiago y Daniel están listos, y nosotros conocemos cada paso.
Camila asintió, aunque no podía ignorar el nudo en su estómago. Sabía que esa noche sería crucial. Si fallaban, no habría una segunda oportunidad.
—Vamos —dijo Leonardo suavemente—. Es hora de enfrentarlos.
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El salón de la gala estaba decorado con lujo y opulencia. Candelabros de cristal colgaban del techo, y las mesas estaban adornadas con flores exóticas y finos manteles de seda. La alta sociedad empresarial estaba reunida allí, conversando, sonriendo y, sin duda, cerrando tratos disfrazados de filantropía.
Camila y Leonardo entraron tomados del brazo, proyectando la imagen de una pareja poderosa. Los flashes de las cámaras capturaron su entrada, pero ellos no prestaron atención. Su objetivo estaba más allá de las luces y los saludos.
—Ahí está Montenegro —murmuró Leonardo, inclinándose levemente hacia Camila.
Montenegro estaba de pie junto a un grupo de empresarios, con una copa de champán en la mano y una sonrisa calculada. Parecía despreocupado, pero Camila sabía que detrás de esa fachada había una mente siempre alerta.
—Mantén la calma —le susurró Leonardo—. Todo depende de que no sospeche nada.
Camila asintió y sonrió mientras caminaban hacia el centro del salón. Al llegar a la mesa asignada, Santiago les envió un mensaje a través del auricular oculto en sus orejas.
—Estoy en posición. Las cámaras externas están bajo control. Pueden moverse cuando estén listos.
—Recibido —respondió Leonardo en voz baja.
Camila tomó una copa de vino de una bandeja que pasaba cerca y observó el salón. La puerta que llevaba a las oficinas internas de Nexus estaba custodiada por dos guardias de seguridad. No sería fácil entrar sin ser vistos.
—Leonardo, Camila —una voz conocida interrumpió sus pensamientos.
Era Sr Montenegro. Se acercó a ellos con una sonrisa que no alcanzaba a sus ojos.
—Me alegra verlos aquí. Siempre es un placer contar con el apoyo de dos figuras tan importantes en el sector textil.
Camila sonrió con la misma frialdad.
—No podíamos faltar. Es un evento muy importante, después de todo.
—Y una causa noble —añadió Leonardo, estrechando la mano de Montenegro—. Aunque estoy seguro de que detrás de esta gala hay mucho más que caridad.
Montenegro soltó una breve risa.
—Siempre directo, Leonardo. Pero eso es lo que admiro de ti.
Camila sintió que el aire se volvía más denso con cada segundo que pasaban cerca de él.
—Si me disculpan, tengo que atender a otros invitados —dijo Montenegro, alejándose con una sonrisa que prometía problemas.
—Ese hombre siempre está jugando algo —murmuró Camila.
—Y esta noche, nosotros también —respondió Leonardo—. Vamos.
Camila y Leonardo se movieron con naturalidad por el salón, acercándose poco a poco a la puerta de acceso a las oficinas. Cuando llegaron, Santiago les dio la señal.
—Los guardias tienen una distracción en camino. En tres, dos, uno…
De repente, una explosión de fuegos artificiales iluminó el cielo a través de las ventanas del salón. Los invitados se giraron hacia el espectáculo, y los guardias, momentáneamente distraídos, se alejaron de la puerta.
—Ahora —dijo Leonardo, tomando la mano de Camila.
Se deslizaron por la puerta y entraron en el pasillo oscuro que conducía a la sala de servidores. Camila respiró hondo mientras avanzaban con pasos rápidos pero silenciosos.
—¿Tienes la tarjeta de acceso? —preguntó ella.
Leonardo asintió, sacando una pequeña tarjeta que había conseguido a través de un contacto interno.
—Aquí está.
Llegaron a la puerta de la sala de servidores, y Leonardo deslizó la tarjeta por el lector. Una luz verde parpadeó, y la puerta se abrió con un leve clic.
—Estamos dentro —informó Camila a Santiago.
—Perfecto. Tienen cinco minutos antes de que los guardias regresen.
Entraron en la sala, donde las luces azules de los servidores iluminaban el espacio. Camila se dirigió a la terminal principal y conectó el dispositivo de extracción de datos que Daniel les había proporcionado.
—Esto tomará unos minutos —dijo ella mientras las barras de progreso comenzaban a llenarse en la pantalla.
Leonardo vigilaba la puerta, su cuerpo tenso. Cada segundo que pasaba aumentaba el riesgo de ser descubiertos.
—¿Cuánto falta? —preguntó.
—Un minuto más… —Camila observó la pantalla, esperando que el proceso terminara antes de que fuera demasiado tarde.
De repente, un ruido en el pasillo hizo que ambos se tensaran.
—Guardias acercándose —advirtió Santiago—. Tienen que salir ya.
—Solo unos segundos más…
Finalmente, el dispositivo emitió un leve pitido.
—Listo. Tenemos los datos.
Camila retiró el dispositivo y lo guardó en su bolso.
—Vámonos.
Salieron de la sala de servidores y se dirigieron rápidamente hacia el salón. Pero justo cuando estaban a punto de llegar a la puerta, una voz firme los detuvo.
—¿Dónde creen que van?
Se giraron lentamente. Frente a ellos estaba Víctor y Montenegro, con una expresión de triunfo en el rostro.
—¿Disfrutando de la gala? —preguntó Victor,con su voz cargada de sarcasmo.
Camila y Leonardo intercambiaron una mirada. Habían sido descubiertos.
La noche estaba lejos de terminar.
Pero al parecer sólo atraparon a Camila y Leonardo pudo huir para traer refuerzos y rescatar a Camila 🤯
Porqué habrá permitido Víctor que se lleváran la esfera con el alma de Isabela 🤔
Qué pretende con eso, de qué le sirve o es un distractor mientras transfiere el alma de Isabela a un cuerpo que ya tiene?🤯😳😲
O tal vez eran amigos y Víctor estaba obsesionado con ella?🤔
Pero porqué Víctor quiere poner el alma de Isabela en un cuerpo más joven y maleable, creo que Isabela también es una víctima de ese tipo enfermo 😰😰😰
Y si realmente podrán vencer a Nexus 😨
A ver cómo salen de ésta 😵