El Vaivén De La Vida

 Unos días más tarde, Katrina, estaba subida a un avión rumbo a Montana, Estados Unidos, junto a su primo Gero.

Estaban como a mitad de camino, Gero disfrutaba de algunos tragos, escuchaba música, se mostraba muy relajado y animado, pero ella... Solo miraba por la ventanilla.

-¿Estás nerviosa por viajar?- pregunto su primo.

Ella lo miro y suspiro.

-Hace tiempo que no me subo a un avión.- dijo.

-Antes lo hacías mucho... -

-Bueno... No tanto, solo hasta Los Ángeles... No conozco Montana.- respondió katri y volvió a mirar por la ventanilla.

— Entonces... ¿Estás nerviosa por volver a ver a Roger?- volvió a preguntar Gero.

-No sé si nerviosa...- respondió ella pensativa -Es solo que esto me parece muy irreal... Nada salió como yo lo esperaba.-

-Ahh, entiendo. Es por... ¿Cómo se llamaba?- dijo su primo.

-Maxi... Aún no entiendo que paso.- respondió en un tono cabizbajo.

-No lo conozco, pero es más idiota que Valentino...-

-No sé si tan idiota... Con lo que hizo cuando papi estaba en el hospital...- dijo en un tono un poco cómico.

-Aparecieron todos juntos tus exnovios, faltaba el primero, ¿Miky era? Y cartón lleno.- bromeo Gero y ella largó la carcajada.

La gente se volteó para verlos, y las mejillas de katri, se pusieron rojas cómo tomate. Le dio mucha vergüenza, pero su primo Gero siempre sabía cómo hacerla poner de buen humor.

Horas más tarde, habían aterrizado en Montana. Era un lugar de montañas, katri no se lo había imaginado así. Aún hacía frío aunque estaban entrando en la primavera ahí, así que se abrigaron bien para bajar. De igual manera, esperaron que la mayoría de los pasajeros desciendan, aunque ella manejaba su andador con mucha fluidez, no querían correr ningún riesgo de empujones o tropiezos por salir de forma rápida.

Estaban llegando a la puerta de trasbordo del aeropuerto, caminando algo despacio.

-¿Que dijo? ¿Enviaría a alguien a recogernos?- pregunto Gero.

-No hablamos de eso, pero es lo más seguro...- respondió ella, pero en cuanto cruzaron la puerta fue el primer rostro que vio.

Ahí estaba, parado a unos metros de ella. Todo su cuerpo se paralizó y su corazón dio un vuelco. Había ido él mismo en persona a recogerlos.

Hacía tantos años que no lo veía, una emoción que creía olvidada renació. Lo había amado tanto.

Roger, por su parte, apenas la vio, esbozo una enorme sonrisa y pudo notar como sus hermosos ojos verdes comenzaron a brillar. Rápidamente, camino unos pasos hacia ella sin borrar esa sonrisa de sus labios. Ella decidió moverse hacía él también.

Se encontraron a mitad de camino, y sin mediar palabra, se fundieron en un abrazo... Un largo y fuerte abrazo, el cual no parecía terminar.

-¿Cómo estás? Cariño.- susurro en su oído.

-Bien, mucho mejor.- respondió ella con una sonrisa y se separó. Se quedaron viendo por un momento hasta que katri reaccionó -¿Recuerdas a mí primo Gero?-

-Si, sí. ¿Cómo estás?- lo saludo estrechándole la mano y Gero respondió.

-Bueno, ¿Vamos?- pregunto y le hizo una seña a un empleado para que vaya por su equipaje.

-No me imaginé que vendrías en persona... afuera debe de haber paparazzi...- comento katri, mientras caminaban hacia la salida.

-¿Puedes?- pregunto él viendo cómo caminaba con su andador.

-Si, lo manejo a la perfección.- respondió ella.

-No es como en Los Ángeles, cariño.- respondió -Aquí puedo andar libremente.-

Ella lo miro sorprendida ¿Por qué no vivían allí cuando estaban juntos? Pensó.

Afuera, había dos camionetas negras, una para su empleado y otra para él, cargaron todo en la del otro hombre y ella viajaron en la que manejaba Roger.

-El rancho Sunrise Peak, queda algo retirado, pero en 20 minutos llegaremos.- informo Roger.

Katrina Sonrio y miro por la ventana. Roger fue sacando conversación en todo el camino, enseñándole y contándole que era cada lugar que pasaban: En la ciudad la cafetería, las tiendas de la serie ¡Todo era real!

Cuando salieron de la ciudad había muchos árboles por la carretera, y algunas entradas de otros ranchos, ella le parecía maravillosos, hasta que se dio cuenta de que estaban subiendo a una colina, comenzó a ver montañas, con ríos que bajan. ¿Esto era real?

Roger la veía de reojo, y se daba cuenta lo maravillada que estaba con el paisaje.

-Una vez te mencioné que te volverías loca cuando conocieses "mí hogar".- le dijo él y ella sonrió -Ya estamos llegando.-

Entonces, katri miro al frente. Una gran entrada de madera se presentó ante ella, con un largo camino. Su rostro no podía demostrar más asombro. Había muchos edificios de maderas, que calculo que serían los establos y graneros, aunque supuso que serían algo más precarios, ella podría vivir en ellos. Corrales de madera, en donde había muchos caballos. Comenzó a ver a vaqueros, no podía creer ¡Estaba viendo vaqueros cómo en las películas, con sombrero y todo!... bueno, Roger también llevaba uno.

Gero, quien estaba sentado atrás, se inclinó hacia delante, para susurrarle en el oído.

-¿Vos estás viendo esto, primate?- pregunto y ella solo miraba muy admirada todo.

La camioneta siguió de largo hasta llegar a la casa grande, la cual estaba más alejada, y muy prolija. Roger estacionó en frente de la puerta, en donde había una pequeña escalera, no de muchos escalones de madera, y junto una rampa.

Bueno, habían dicho la verdad respecto a esto.

Aún estaba en la camioneta, cuando salió Jossy a recibirlos con una gran sonrisa.

Roger bajo, fue hacia ella, la saludo con un beso y luego fue hacia katri para abrir su puerta y ayudarla a bajar.

Le dio su mano y descendió. Rápido Jossy se acercó muy emocionada.

-¡Bienvenidos!, ¡que alegría conocerte!- le dijo besando sus dos mejillas -Un gusto.- le dijo a Gero también -Pero por favor pasen.-

-Bueno, gracias.- respondió ella -Necesito mí andador.-

-Esta aquí atrás, voy por él.- respondió Gero.

-No, no.- intercedió rápidamente Roger y le hizo una seña a un vaquero que pasaba por ahí, así que el muchacho se acercó. Ahí le dijo que ayude al otro hombre con las maletas.

-Camina despacio, hasta que conozcas bien el territorio.- le dijo Roger.

-Estoy bien, Roger, no te preocupes.- respondió ella.

Él miró hacía bajo de la galería que había un hombre en silla de ruedas.

-¿Mi hermano está aquí?- pregunto.

-Si, hoy se fue a la ciudad solo... no lo llevo, ya lo conoces...- respondió Jossy.

Gero y katri se miraron sin entender, aunque era algo privado de ellos.

-No, mí sobrino, ha venido de urgencia por el estado de mí hermano, Jon. Siempre salen a pasear juntos, pero hoy fue solo.- les contó y ellos dos asintieron.

De repente se acercaba una joven rubia de unos 30 años quien los ignoro y se dirigió hacia adentro.

-¡Samy, hija, saluda a las visitas!.- dijo Roger.

La muchacha se paró los miro algo fría.

-Ahh, volviste...- le dijo a ella, al parecer la había reconocido.

-Hola, Sam, es solo por un tiempo.-

-Eso espero.- respondió, se dio la media vuelta hacia dentro.

-¡Samantha!- exclamo su padre, pero la joven no le hizo caso -Los siento, acaba de separarse y está viviendo aquí ahora, está algo... Alterada.-

-No hay problema.- respondió ella algo incómoda y miro a su primo que aún veía hacía donde se había marchado la chica.

-Esta separada.- le dijo

-Ey, no.- respondió katri por lo bajo.

-Vamos a qué saludes a mí hermano y descansen...- dijo Roger y ellos lo siguieron.