El Surgir Del Sol — La Única Emperatriz

Al llegar al bosque con el resto. Euridice se notaba apagada, su mente estaba procesando muchas cosas a la vez. Arjona noto esto por lo que miro a los otros esperando una respuesta.

— Llegaron unos soldados imperiales al pueblo... Al parecer... les iban a dar despensas a todos.— Dijo Undo mientras se disponia a cocinar. Arjona escucho esto y miró a Euridice quien decidio ir a sentarse sobre una roca alejada de todos, mirando hacia el pueblo.

Con un suspiro, Arjona se puso de pie y camino hasta llegar junto a ella. Cuyas lágrimas habían salido, pareciendo que ella estaba muy confundida.

— ¿Que pasa..?— Pregunto él.

— No entiendo... Padre era una persona muy buena... — Dijo Euridice mientras sollozaba.— Pero desde que murió... nadie ha parado de decir que fue un mal Emperador...— Dijo ella negando con la cabeza. Arjona suspiro y miró al pueblo, tomando su mano.

— El Emperador Sauce... Era un padre magnífico contigo, Edmund y Leonard... Pero... Como Emperador... — Dijo él cuestionandose si debía o no decirle. — Era un hombre despreciable...— Dijo con un nudo en la garganta. Euridice le miro con sorpresa sin creer lo que decía. — Sumió al reino en pobreza, solo las capitales relucian pero el resto eran solo miseria y dolor... Se creía el ser supremo y buscaba guerra con todos los reinos e imperios ajenos a Caelum.— Dijo Arjona mirando a otro lado, la respiración de Euridice se agitó y antes de que el dijese alto más exploto.

— ¡CALLATE!.— Le grito levantándose de inmediato. Arjona le miro con sorpresa, era la primera vez que ella le Gritaba o levantaba la voz. Incluso el resto voltearon a verla. — ¡Eres un mentiroso!. ¡Mi padre jamás haría algo así! ¡Trabajabas para él, como puedes decir algo asi!!.— Le dijo Euridice mientras sus lágrimas salían a mares y respiraba agitada del enojo que sentía. Arjona agacho la cabeza, fruncio el entrecejo y después la miro de vuelta.

— Bien. Quieres seguir viviendo engañada. Pues adelante, sigue creyendo que tu padre era un santo.— Dijo él.

— ¡Cierra la boca!. — Le dijo ella frunciendo el ceño.

— Es la verdad!. Tu padre era un tirano que abusaba de su poder! Todas las joyas que tu tienes, no son más que el precio de miles de vidas llenas de sufrimiento y explotación!— Dijo Arjona.

— ¡Mientes!. — Dijo Euridice.

— Oigan... calmense..— Les dijo Undo acercándose a ellos.

— Es la verdad!. Tu padre era un hombre tan cruel y despreciable que por eso tu madre prefirió suicidarse!!.— Grito Arjona quedando el mismo petrificado por sus palabras, trago saliva y miro la reacción de Euridice. Cuyo semblante cambio a uno de verdadera tristeza.

— Mi... Ma-mamá... — Sus lágrimas se hicieron más espesas y dio unos pasos atrás agachando la cabeza.

— N-no... Mmh. No me hagas caso. Yo, dije eso sin pensar.— Dijo Arjona acercándose a ella, apenas intento tocarla ella le dio un manotazo.

— Me dijeron que enfermo... No la vi por semanas... Y un día... solo fue su funeral...— Dijo Euridice intentando procesar. Todos se quedaron en silencio total, mirando a Arjona sin entender por qué le dijo algo así.

— Princesa... Perdoname...— Dijo Arjona agachando la cabeza para después ponerse de rodillas y poner su cabeza contra el suelo.

Euridice termino por caminar hacia el interior del bosque, por lo que Undo corrio hasta tomarla del brazo.

— Euridice... — Le llamo al sujetarla. Ella no quizo verlo y solamente se solto del agarre.

— Quiero estar sola.— Dijo Euridice para después seguir avanzando.

Todos le miraron irse, respetaron su dolor asi que intentaron tranquilizarse. Undo simplemente se acercó a Arjona negó con la cabeza y habló.

— Felicidades Bestia...— Dijo Undo para después ir hacia la fogata en la que estaban cocinando.

Arjona miro al suelo arrepintiendo de sus actos para despues ponerse de pie y caminar hacia el bosque. Sin embargo se detuvo antes se entrar en él, no sabía si debía seguirla o solo darle espacio...

Por algún lugar del bosque, Euridice se encontraba llorando mientras intentaba pensar en lo que había escuchado. Saber que su madre se había suicidado y que su padre... lejos de ser ese padre emoroso, era tan cruel... Le dolía.

— ¿Acaso es verdad?...— Preguntó mirando al cielo. — Si de verdad hiciste todo eso... significa que... ellos también...— Dijo pensando en sus dos hermanos.

Sentía que perdía la esperanza. Se preguntaba si de verdad lo que estaba haciendo era lo correcto, pues quizá Jacob estaba siendo un muy buen Emperador y si ella lo destronaba, quizá solo haría lo mismo que su padre hizo.

Sentándose sobre el suelo, abrazo sus piernas y lloro entre sus brazos sin tener consuelo alguno. Justo en ese momento, sintió algo muy suave y ligero posicionarse sobre sus manos. Abrió los ojos levantando la cabeza y después miro a una pequeña mariposa de bellas alas arcoiris.

Un pequeño rayo de luz apareció en su interior, alrededor comenzaron a venir más mariposas, todas teniendo los colores del arcoiris de esa mariposa; rojo, naranja, amarillo, azul y morado.

Decenas de estas aparecieron. Ella se puso de pie y todas esas mariposas comenzaron a volar alrededor de ella formando un espiral. Euridice las miraba hasta que de repente aquella mariposa de alas arcoiris se paro sobre su cabeza y al instante...

Euridice cerro los ojos y termino cayendo al suelo inconsiente siendo rodeada por un rayo de luz, todas esas mariposas y ondas en el pasto que se movian con sumo cuidado...

...

En su cabeza se formó un torbellino, sentía que había estado dormida por mucho tiempo. Pero al abrir los ojos se encontró con algo completamente diferente.

Alrededor solo había un campo verde lleno de flores amarillas, a donde sea que miraba solo había de estas pero después pudo ver un enorme arbol sobre una pequeña colina, siendo el único en todo ese lugar.

Una mariposa arcoiris apareció frente a ella colocándose sobre una flor. Euridice le miro y después la mariposa comenzo a volar hacia aquel arbol, Euridice termino por seguir esa mariposa caminando con cuidado entre las flores hasta finalmente llegar al mencionado lugar.

Euridice subió la colina y al llegar a la sombra del árbol pudo ver a una mujer de espaldas cuya silueta pudo reconocer.

Vestido azul pastel, largo y encamponado, con cabellos largos y de color castaño claro.

— Ma...Mamá?...—...

...