El Regreso Del Villano Final

Desde su nacimiento en el monasterio Anton descubrió tener grandes dotes para el combate, ahí tomaba clases de varios maestros venidos de distintas familias. Estas daban clases a niños huérfanos con el fin de fomentar su desarrollo futuro y descubrir posibles talentos.

Antón aprendía con facilidad, era como si su cuerpo y mente estuvieran en perfecta armonía, así logro despertar su energía espiritual a los 9 años algo increíble, ya que para la mayoría el despertar se daba a los 12 durante la adolescencia.

El joven tenía un secreto, uno que solo él y su amiga de la infancia conocían y era que desde que tuvo razón de sí mismo Anton oía y veía al espíritu de un guerrero qué lo había acompañado desde que tenía memoria, su nombre era Forest. Este le enseñaba cosas acerca del alma y de como debía desarrollarla, esa era la verdadera razón por la que había pasado por su despertar a tan temprana edad.

Este espíritu decía pertenecer a otra dimensión, una que según sus palabras fue dominada por la raza de los demonios sumiendo su mundo en caos y por una extraña circunstancia había llegado al mundo de Anton. Ahora tenía un trato con el chico donde el espíritu lo ayudaría a volverse fuerte con la condición de que este encontrara la manera de devolverlo a su mundo original.

Además, el espíritu le había dado la advertencia de que pronto ocurriría una gran ruptura en el espacio que crearía una brecha para que los demonios también pudieran entrar a este mundo. Le narro todas sus experiencias con esta raza, los describía como seres malignos que solo sabían destruir. Así Anton se propuso ser un salvador y defender la tierra de los demonios que lo amenazaban, este era el viaje qué creía el destino le había impuesto.

Durante su periodo en el monasterio hubo muchas familias que quisieron adoptarlo por sus grandes dotes. Pero él se negó a marcharse sin su amiga Deyá, pues la veían como su familia, su hermana que debía proteger. La chica tenía un cuerpo débil debido a la gran cantidad de aura en su cuerpo, algo parecido a un vaso pequeño queriendo almacenar un río, por lo que más que una bendición era una condena. Nadie quería hacerse cargo de ella más que el joven héroe por lo que terminaban los dos varados en el monasterio.

Pero realmente parecía que Anton era hijo del destino, pues por una cuestión del azar, dos de los 12 más fuertes portadores fueron a visitar aquel viejo lugar.

Uno era Tirsa Tempest el guerrero dorado y la otra Ilia Daisy la santa doncella de la orden de la cruz. Estos dos reconocieron el talento oculto de ambos chicos, pues no solo Anton guardaba un gran potencial, sino que Deyá poseía un don único solo otorgado a uno cuantos portadores. Era cierto que las habilidades de la etapa 3 eran únicas de cada usuario. Pero había dones especiales otorgados por la rareza del alma. Y uno de esos lo poseía Deyá, ella podía predecir el futuro de ahí que atrajera grandes cantidades de aura pues se requería de mucha para activar tal poder.

Los dos niños fueron tomados como discípulos directos y recibieron los apellidos de tales eminencias y aunque con pena tuvieron que separar sus caminos para empezar su entrenamiento, solo con la promesa de volverse a ver en el futuro.

Anton se volvió como se esperaba en un destacado portador qué con los años fue reconocido por el dios dorado qué su maestro Tirsa veneraba, recibiendo su bendición para algún día pasar por la prueba que le lo haría merecedor de ser su apóstol. Pero para esto Anton debía cruzar el umbral y lograr alcanzar la etapa 3 del alma. Esa era la principal razón por la que Tirsa lo había mandado al exterior, pues no solo se necesitaba entrenamiento y meditación para alcanzar el nivel, se requería de la madurez del alma, obtenida por experiencias de vida.

Su viejo maestro le había puesto 3 metas a lograr a su alumno para guiarlo:

Conseguir una esposa o esposas

Tener amigos

Vencer el mal que encuentre

Metas con bastantes lagunas, pero así era Tirsa solo un musculoso hombre que no pensaba a profundidad para él lo blanco era bueno y lo negro malo así de simple.

Sirius veía en Tirsa un padre y en el fantasma Forest un hermano mayor por eso seguía todo lo que estos le mandaran.

Y cuando conoció y salvo a Rebecca en el bosque creyó haber conocido a su posible primer esposa, no solo eso aquella chica le recordaba a su amiga Deyá, ingenua y pura, por eso sentía un fuerte deseo de protegerla.

Pero todo esto se arruinó con la aparición de Sirius, el malvado que manipulaba a Rebecca abusando del poder de su familia. Anton ya había visto como este atormentaba a los débiles por medio cuestionables y ya lo consideraba una persona cruel y cobarde.

En su mente se formó la idea de que su deber era acabar con las fechorías del malvado y salvar a Rebecca de sus garras, no podía decir que estuviera enamorado de ella o que sintiera interés, solo que se le hacía lo suficiente bella como para ser su primer esposa. Si se la presentaba a su maestro seguramente este lo felicitará.

Esto aunque sonará egoísta y vanidoso no lo era realmente pues Anton se consideraba un hombre digno y amable, un caballero.

Anton llego a una meta que su maestro no contemplo: Creo un rival

Al estar viendo el tablón de anuncios de las pruebas no pudo evitar preguntarse donde estaba Sirius, pero no solo fue él, quién se lo preguntó.

-Ese tipo Sirius no está aquí, es como si ya supiera el resultado de la prueba y no le preocupara - Comentó Sofía a su lado

En el tablón se leían los 30 nombres que con base en sus puntos reunidos en el primero y la segunda prueba habían logrado entrar a la academia. En el top 10 había muchas caras conocidas:

Sofia de Dolr - 20 pt

Rafael Villanueva 16 pt

David Reales 15 pt

Sirius Palacios 13 pt

Anton Tempest 12 pt

El aspirante a héroe no podía creer lo que veían, le frustraba ser superado por Sirius, era increíble que este hubiera logrado conseguir la mejor puntuación del examen cuando apenas y se demoró en hacerlo. Era como un chiste de mal gusto, la gente murmuraba acerca de esto molesta y envidiosa asegurando que probablemente Sirius había hecho trampa. Al final de cuentas solo 8 habían conseguido puntuaciones perfectas, siete de los cuales eran eruditos del estudio y el sobrante era Sofía de Dolr. ¿Cómo podía ser posible que Sirius también lo logrará? Nadie quería aceptarlo.

Solo Rebecca miraba todo esto con alegría buscando a Sirius, ella fue de los pocos que lograron la calificación más alta, poniéndose en la posición 20.

Anton al verla no pudo evitar su desagrado, maldiciendo sin darse cuenta el haberse topado con Sirius, le parecía que su sola presencia estaba torciendo su destino y no está equivocado.