Herencia Silente

Los datos fueron apareciendo en una pequeña pantalla.

"..."

Tanto Henrick como Ryan miraban los rostros de los niños que llegaron.

Cuando apareció una bebé de cabello blanco.

"Ella".

Andrés asintió.

Busco la información pero no había nada.

La información jamás fue completada.

La directora se quedó como piedra en su escritorio.

"¿Dónde está la niña?".

Pregunto Elena mientras volvían a revisar el sistema.

"¿Ni... Niña?".

Pregunto la directora.

"¿Que niña?".

La directora evadió las palabras de Elena.

Pero Henrick estaba más que furioso.

Buscaba como contenerse pero estaba por gritar cuando Ryan se acercó.

Ryan le hablo a la directora, ella vio el cabello blanco y ojos rojos y después vio al duque que era igual a él.

"¡¿Dónde está mi hermana?!".

En su vida pasada solo había tenido una hermana a su lado.

Ahora se enteraba que tenía una hermana en esta vida.

La sensación de perdida era horrible.

Un sentimiento espantoso.

La directora recibió la furia de las personas que habían llegado en un instante, parecía que la iba a matar en cualquier momento.

"No se, esa bebé estuvo unos días aquí y después solo desapareció".

Respondió bajo la presión.

"¿Que?".

Elena pregunto y Henrick estaba por explotar.

"¿Cree que le creemos?".

Henrick estaba cansado de las mentiras.

"¿Por qué todos mienten?".

Andrés Ix dio un paso adelante para lanzar su magia.

"¿Dónde está la niña?".

Solo había una foto de cuando llegó pero no decía más de su paradero.

No se sabía si estaba en el orfanato o si una familia la hubiera adoptado.

"La vendí".

"Por cincuenta monedas de oro".

"Era un tipo de cabello dorado".

"Solo eso vi".

Dijo la directora que estaba bajo el hechizo de Andrés.

Henrick rompió de coraje el escritorio, la molestia era evidente y no soporto desquitarse con algo levemente.

Salió de la oficina más que enojado y entro con los niños del orfanato.

Quería ver a una niña con el cabello blanco como el suyo.

No había nadie así.

"Maldición".

Ryan salió detrás de él.

"Busquemosla".

"La tenemos que encontrar".

Su hijo que no tiene mucho que acaba de conocer estaba más calmado.

"Si".

"La encontraremos".

Henrick respondió cerrando levemente los ojos cuando los abrió se mostró más calmado pero una expresión helada.

Solo era cuestión de tiempo para que explotara.

"Un tipo de cabello dorado".

Murmuró pensando en todas las personas que recuerda.

Andrés salió negando con la cabeza.

"Seamos discretos".

"Haremos una búsqueda de reconocimiento y la buscaremos por todo el imperio".

Henrick asintió.

"Dijo que el hombre apareció de repente buscando a alguien para adoptar.

"Se llevó a la niña, solo vio el cabello dorado porque se le vio un poco el cabello por el sombrero".

"Al orfanato no le importo darla a un desconocido que no se presentó".

Henrick escuchó las palabras de Andrés.

"Lo lamento duque Sak, pensé que sería fácil saber su paradero pero es mi culpa que esto haya pasado, debí haber prestado más atención".

Dijo Johan Vicen disculpándose.

"Pondré a todos mis hombres para buscarla si es que está en el estado".

Henrick no dijo nada, sus ojos estaban en Ryan que lo miraba fijamente.

Hasta hace poco se había enterado que tenía un hijo y hoy se enteraba que eran dos.

Las palabras que le había dicho el emperador le resonaron como una cuchilla en su cabeza.

"Protege a tu familia".

Eso es lo que el hacia.

Desde que empezó a salir con la emperatriz nunca la soltó diciendo que jamás se separaría de su familia.

Hasta ahora nunca dejo su promesa.

Se lamento de haber dejado a Nayeli sola.

Pero tampoco es que fuera serio lo que tenían.

Siempre fue esquivo a las relaciones.

Todo se debía a su diferencia de edad y de que el aún viviría mucho tiempo mientras ellas partirían más rápido.

Había lamento en su mirada.

Si hubiera ido por ella para ir al ducado, el hubiera tenido a sus hijos a su lado en este momento.

Nunca hubieran tenido que pasar por eso.

Ryan miraba al duque y lo evadió, su mirada era tan penetrante que le empezaba a doler la cabeza.

"Busquemos a los tipos que tengan cabello dorado".

Ryan no sabía que pasaba por la mente de Henrick.

Miró los sentimientos del hombre.

No tenía como apaciguarlo.

Nuna había visto a alguien tener tantas expresiones en sus dos vidas, ni aún cuando vivía con los condes.

"¿Que hacemos?".

Pregunto Elena al ver al duque.

"La buscaremos".

"La encontraremos".

Elena asintió y Alan saco una piedra de comunicación para avisar a la emperatriz.

"¿Alan?".

La voz emperatriz se escuchó por la piedra de video y Henrick la tomo.

"Maestra, se que lo que pido es demasiado pero ¿Conoce a un miembro de la nobleza con el cabello de color dorado?".

La emperatriz de quedó en silencio.

La mirada de Henrick era fría.

La emperatriz miró a su esposo que estaba con documentos.

El volteo también después de escuchar la voz fria de Henrick.

"¿Cabello dorado?".

"Déjame pensarlo".

La piedra la tomo el emperador mientras la emperatriz se puso a pensar sobre los rostros de cada noble.

La emperatriz tenía mente fotográfica sin mencionar que no olvidaba lo que había vivido.

"¿Que pasa?".

El emperador miró a Henrick con incertidumbre.

Nunca lo había visto de esa forma.

"La directora dijo que el tipo que se llevó a la bebé tiene cabello dorado".

Henrick respondió.

"Ni siquiera la registraron y sólo hay una imagen de ella".

"Es blanca con ojos dorados, tan pequeña".

Henrick se sentía abatido.

"Lo entiendo".

El emperador tiene dos hijas, entendía claramente lo que sentía al ver a sus hijas pero jamás ha sentido una perdida de alguna de ellas, aún así simpatizaba con Henrick.

"¿Que pasa Ali?".

Pregunto el emperador a su esposa que suspiro profundamente.

"Una vez, cuando vagaba con mis hermanos Osvaldo y Octavio, nos encontramos con unos comerciantes de joyas".

"Estos comerciantes tenían el cabello dorado".

"Sus ojos eran color miel".

"La vez que los vi estaban en el sur donde estaba el condado Ik igual dentro del marquesado Vicen".

Henrick escuchó la voz de la emperatriz.

"El condado Ik".

Murmuró Henrick.

"Si, en el pueblo principal, es un edificio grande de almenos tres pisos".

"Solo eso recuerdo".

"Creo que sabes las condiciones de ese recuerdo".

Un recuerdo muy lejano.

De cuando la emperatriz era una niña.

Henrick asintió, era lo único en lo que podía trabajar para buscarla.

"Al menos tengo una pista ahora".

Dijo Henrick.

"El condado Ik termino siendo tomada por un nuevo noble, el apellido se perdió".