Reencarne Como El Omega Del Villano

Era hora de regresar a clases y como si nada iban ambos tomados de las manos al salón de Yoloth, clase de deportes, a la que no estaba tan emocionado de ir.

—¿Sabes?, mejor no entraré—

—Entonces ven, vamos a algún otro lugar, solo los dos—

—¿Y el bebé?—

—Dejáselo al príncipe, regresaremos antes del anochecer, lo prometo—

Tras aquello lo tomo de la mano libre del Omega y como si de una súplica que dependiera de su vida se trata comenzó a decir lo mismo una y otra vez

—Está bien, ¿A dónde iremos?—

Tras aquello el mayor lo abrazo y dio un beso en la mejilla

—Es un secreto—

Ambos vieron al príncipe que iba directamente a su prometido, cosas que aprovecho Yoloth y en cuanto tuvo al príncipe frente a él, le dio la pañalera y al bebé.

—Te toca cuidarlo, en la noche me lo das o no te dejará dormir, nos vemos luego, adiós—

Ambos salieron corriendo, no dejaron que el príncipe reaccionara siquiera.

Hicieron una parada en el cuarto de Vlad, el olor de café hizo que Yoloth sintiera sus mejillas rojas y sus piernas un poco débiles

—Ven, siéntate, en lo que busco un par de capas, para ti y para mi—

Yoloth estaba sentado, intentando controlar su respiración

—s-si—

Vlad escucho aquello e inmediatamente se volteó, miro el estado del chico y solo se apuró pues si se quedaba más tiempo allí provocaría su celo, y era algo que no quería, no porque no deseara verlo así, sino que por el hecho del control.

—Ya las encontré vamos—

Dijo jalándolo de la mano para sacarlo de su habitación, una vez fuera solo dejo que se sentará en el suelo para qué se recuperará el aliento y pudiera recomponerse.

—Respira lento, está bien, toma tu tiempo—

Tras unos minutos más, ya estaba bien, se levantó, ambos se colocaron sus capas y salieron de la escuela, Yoloth no conocía otro lugar más que su casa y la escuela, por lo que al subir al caballo que se había "robado" Vlad de los profesores, se sorprendió y con cuidado se subió, abrazando el abdomen del mayor.

Al llegar al pueblo se sorprendió, todo era colorido y muy ajetreado

—Estamos en el pueblo de Flora—

—¿Flora?—

—Si, la mayoría de bosques están llenos de flores por ellos, se llaman así, porque la mayoría de aquí son de ojos rosas—

Yoloth no soltaba su mano, aunque estaba intrigado por todo, los olores, los colores, los niños corriendo de un lado a otro.

—Ven te compraré algo para tu cabello—

Lo jalo de la mano para entrar a una tienda donde tan solo entrar y quitarse su capa se acercaron varias chicas al ver a la prometida del príncipe, por lo que se terminaron por soltarse la mano ambos.

—¿Qué hace vuestra real majestad aquí?—

—Venimos por un adorno para su cabello, algo bonito, que cuando lo veas digan, "¿dónde lo has comprado?"—

—Tengo justo algo que podría interesarle, venga conmigo—

Ambos siguieron a la chica que al llegar al mostrador, saco un estuche que contenía una joya algo peculiar

—Provienen del otro lado del mapa, tenemos oro rosa, oro y plata, ¿Quisiera probarlas?—

—Si, que te las prueben y veamos que tan lindo te ves—

Peinaron su cabello y los acomodaron para que se luciera la plata, que resaltará con el obscuro negro y la plata.

—¿Cómo se ven?—

—Te ves, tan hermoso—

Yoloth se rio avergonzado.

—Nos lo llevamos, ¿Cuánto cuestan?—

—$$$, cuestan señor—

—No, están caros, no, son demasiado—

—Hey, está bien, es un número muy pequeño pamí mi, nos lo llevamos—