Extraños

Nit

Desperté por culpa de mi celular que no para de sonar y veo que es una llamada de Alessandro, pero al intentar contestar corta la llamada, me llega un mensaje de él y al abrirlo veo más de tres mensajes sin leer.

"Ponte hermosa, iré por ti a las 6pm. ".

"Nit espero que estés bien, es que no me has respondido"

"Querida extraña ¿estas bien? "

"Iré por ti en una hora"

"Ok de verdad me estas asustando"

No dude en responder lo más rápido que pude.

"Querido extraño, me había quedado dormida, estaré lista a las 6pm, lamento que te preocuparas. Besos de esta extraña"

Al ver la hora y darme cuenta que no falta nada para las 6pm, me levante de la cama como si no hubiera un mañana, busque la mejor ropa que vi a la mano y me di una ducha fugaz, lo bueno es que ya me había aseado y lo hago solo para mantenerme fresca, porque aún no sé a dónde iremos.

Mi vestido negro casual con botines de tacón bajo de cueros al igual que la cartera, que es pequeña, pero suficiente para colocar mi teléfono, dinero y mis documentos de identidad. Estoy perfecta para cualquier situación que se presente. Ahora solo me falta llegar a tiempo a mi supuesto edificio con riesgo de llegar y que él este ahí.

Roguemos porque no sea así.

Para mi buena suerte no está, suspiro aliviada y a los pocos minutos veo que va llegando su auto.

-Hola- saludé con un beso corto en sus labios y me puse el cinturón de seguridad.

-Amo a las mujeres con iniciativa- me dice con tono seductor. No pude evitar ponerme roja- Por cierto, te ves jodidamente sexi, con ese vestido- quise esta vez ser atrevida, aunque ya lo he hecho en algunas ocasiones.

- ¿Y porque crees que me puse este vestido? - mi pregunta viene con doble sentido, y esa risita que soltó me respondió que sabe de lo que hablo.

-Nit, vas hacer que pierda el control- su mano sujeta con fuerza el volante y su mandíbula se tensa. Cosa que es muy sexi.

- ¿Y quién te pide que no pierdas el control? - levante mi ceja de la forma más sexi que pude. El levanto sus cejas con asombros y luego se mordió los labios de una forma excitante que sentí que me mojé. Dudo un poco y luego se lanzó a mi cara para darme un beso con fuerza, con pasión que yo correspondí, porque amo este tipo de besos me hacen sentir deseadas y las ganas incrementan más y más, su mano toco mi seno derecho por encima de la ropa y por primera vez desea no tener este vestido sexi en mi cuerpo y estar totalmente desnuda encima de él.

Tuvimos que detenernos, pero no porque quisiéramos sino porque aún seguíamos en el carro detenidos frente a un edificio donde se supone que no deberíamos estar haciendo tal cosa, pues aquí viven niños o esa fue la excusa que dimos mientras nos seguíamos besando y perdiendo el control.

Manejo hasta su edificio, obvio no olvide como era su edificio la vez que me trajo. Mis nervios iban en aumento, después de esos besos tan calientes en el auto y ahora en su apartamento, sé que hoy habrá algo más que esos besos que nos dimos y yo estoy más que complacida por eso.

Al llegar a su apartamento con los nervios de punta veo en el comedor la mesa puesta y hasta con velas, creí que solo en las películas se veían estas cosas, pero no, esta no es una película, esta es mi vida y el chico que me gusta me hizo una cena romántica.

-Esto es…

-Mi jugadora estrella merece la mejor comida del país ¿y quien si no yo para cocinarte? - se acerca a mis labios y plata un beso pequeño, pero con mil emociones en ello.

-Es grandioso, nadie había hecho esto por mi- quede sin palabras al acercarme a la mesa y ver la hermosa decoración con velas y rosa esparcidas.

-Gracias, es increíble- otra vez mis mejillas ardían, pero esta vez no me importo que lo notara.

-Increíble eres tú esta noche estas jodidamente sexi- lo repite, pero esta vez suena aún más sexi que en el carro. – Ven siéntate- jala la silla y me siento como él me lo pide, me acomodo e intento relajarme y no estar tan tensa y nerviosa, respiro y cuento hasta 5 en mi mente cosa que me mantiene calmada, lo aprendí gracias a la ansiedad, debo darle crédito a la jodida ansiedad que me cargo desde hace años.

-Te prepare de entrada una deliciosa ensalada Caprese, digna de nuestra amada Italia, debes haber notado que tengo ascendencia italiana- Asentí.

-Por supuesto Alessandro- pronuncie bastante fuerte su nombre- Además si tenía duda tu hermano Estefano, termino de aclararla- me burle un poco, él volteo los ojos como juego.

-Exacto, veo que eres muy inteligente- pone la ensalada en la mesa y me sirve.

Ambos terminamos la ensalada que solo era la entrada va y busca el plato principal. Carbonara. Pero él lo adapto a su estilo de comida y realmente se ve exquisito. Ya había visto un par de veces en películas como se come pasta a la italiana e implemente mis conocimientos en ellos. Al dar el primer bocado él me miraba buscando mi aprobación.

-Esta delicioso, eres el mejor cocinero de este país sin duda- él sonrió aliviado y note un como de humildad esta vez.

-Querida extraña, me gusta ese apodo para nosotros, pero quiero saber más de ti, quiero que dejes de ser una extraña- lo mire fijamente y volví a contar en mi mente.

PUTOS NERVIOS.

PUTA ANSIEDAD.

-Pregunta, responderé a lo que sea de tu curiosidad- respondí.

-¿De dónde eres exactamente?- Me calme un poco las preguntas van por ahí y no hay peligro.

-Crecí a las afueras de esta ciudad, no vengo del campo, pero es mucho mas tranquilo que la capital.

-Bien, ¿siempre llevas la cámara contigo? - esa pregunta me causo risa. Asentí. - ¿le tomas fotos a desconocidos? ¿Como en los videos de tik tok?

-Si, aunque no hago videos- me reí de eso, él hizo lo mismo.

-¿Y qué haces con esas fotos?- nervios, nervios.

-Las guardo en un álbum, tengo varios de hecho- quite la mirada y le di un bocado a la pasta.

-Me encantaría verlos algún día- asentí nerviosa.

Después de comer nos quedamos tomando vino en el sofá de su sala mirando hacia la ventana, tremenda vista que tiene a la cuidad, se nota que tiene dinero.

El vino empezaba a hacer efecto en mí, sentía mi cuerpo caliente y no es porque hiciera calor.

Hablamos de cosas triviales, pero no me concentraba mucho y creo que él tampoco ya que no dejaba de mirarme los labios y yo no paraba de mirarle los de él.

-Te confieso que desde el día en el bar me gustaste, fue la mejor casualidad haberte encontrado en la subasta- lo susurra bajito, pero lo entendí perfectamente. – También debo confesar que el día de la fiesta de disfraces, fue una tortura ver tus senos tan provocativos y no poder tocarlos- se acercó a mí y lo decía cada vez más cerca. Mi respiración se hacía más pesada y mi cuerpo reacciona de forma que no puedo controlar.

Se acerca a mi oído – Verte dar ese home run fue lo más sexi que una mujer puede hacer- mordió mi oreja con delicadeza.

ME ESTREMECÍ.

-Este vestido negro es jodidamente sexi, pero me provoca arrancarlo y hacerte mía- sus labios rosan mi mejilla y se acercan a mis labios dando besos cortos sin profundizar, nuestras miradas se conectan, veo sus pupilas dilatadas, está rojo por el vino y la excitación, debe serlo yo también debo estar igual o incluso peor.

No pude resistir más y lo bese, él correspondió la situación ya es lo suficiente excitante, pero se puede más, me subí a sus piernas y sus manos acariciaban mis muslos subiendo poco a poco el vestido hasta quitármelo, dejándome solo en pantis ya que no use sostén, mis senos están parados y no es precisamente por el frio. Él miro mis senos y no dudo en apretarlos con sus manos mientras me besaba. Quite su camisa con brusquedad no dejaría que solo él tuviera el control, acaricie toda su espalda desnuda y sentí entre mis piernas algo que disfrutaría esta noche.

Él me cargo hasta su habitación, no la mire mucho solo disfrutaba de los besos y de cuan mojada me había puesto desde antes de que me besara, me recostó en la cama donde se bajó el pantalón.

Mi respiración se acelera cada vez más y al sentir su tacto encima de mi piel me estremezco, con suavidad quita la última prenda que hay en mi cuerpo dejándome completamente desnuda, él hace lo mismo. Al verlo así mi piel se erizo, es una sensación de placer al máximo lo que siento, no quiero que acabe. Se tumba encima de mí, pero no se siente ni la más mínima presión, noto que tiene un par de tatuajes, pero en este momento no se ni que son, él también ve los míos, lo sé porque besa un par de ellos, su mano viaja hasta el lugar donde estoy más caliente y empieza a tocar y meter sus dedos dentro de mí. Gemí.

Era imposible no gemir en un momento como este y más cuando se nota que sabe dar placer en todo el sentido de la palabra, saco su mano para buscar en su mesita de noche un condón, lo dejo de lado y siguió con sus dedos mientras que con su boca saboreaba mis senos y daba pequeños mordiscos. No paro hasta que supo que era el momento de dar el siguiente paso y se puso el condón, me acerqué a él mientras se lo coloca y le daba pequeños besos en sus labios y bajaba hasta su cuello, pude notar que también se estremece con ese acto y lo hice más y más.

Hasta que lo hizo, entro dentro de mí, el vaivén era constante y disfrutaba cada embestía que da, pero ahora quería tener el mando e hice que se acostara y me subí sobre él, era mi turno de disfrutar en una de las posiciones que más me gusta.

La cara de placer que pone cada vez que salto sobre él, es de fotografía. Me sujeta por la cintura con fuerza, está por llegar y yo también.

-Ay, ya estoy a punto- dice entre dientes.

No paro de saltar sobre él esperando que llegue para disfrutar al máximo. – Yo también- solté entre gemidos.

Su respiración es más fuerte y me aprieta cada vez más y más, hasta que ambos llegamos al éxtasis del placer, me tumbe a su lado y él me abrazo quedando como la cuchara pequeña.

Nos quedamos dormidos después de una plática un poco subida de tono…