Julen está haciendo una pasantía en una empresa de renombre. ¡La oportunidad de sus sueños! Pero las cosas se complican cuando descubre que su jefe, Christian, se ha enamorado de un secretario dulce. ¿Quien es ese secretario? Ficción romántica B
NovelToon tiene autorización de Irwin Saudade para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
NOVIOS
El número de la habitación era 123. Antes de entrar, me detuve a pensar. ¿Qué sucederá conmigo? ¿Estoy listo para seguir adelante con Christian? ¿Qué estoy haciendo ahora? ¿Podrá pasar algo entre nosotros? ¡Me puse nervioso! ¡También me sentía excitado en el buen sentido! Por qué en realidad, se me hacía muy cursi que mi jefe estuviera enamorado de mí.
Mi estomago empezó a rugir. ¡Me dio hambre! El licuado que me preparo Raul ya había desaparecido de mi cuerpo.
—¿Qué esta pasando conmigo? —No puedo evitar pensar.
Suspiro. Agarro la cerradura de la puerta. Quiero entrar. ¡Mejor no! Necesito caminar un poco. ¡La soledad es buena en ocasiones! Mi estomago vuelve a rugir y quiero hacerle caso. ¡Tengo hambre!
Salgo del hotel. Mucha gente va y viene. Quiero ir a recorrer la zona de golosinas. ¡Estoy en Chignahuapan! Hay niños jugando en el chapoteadero, el vapor del agua es visible y de pronto, me dieron ganas de regresar el tiempo. ¡Me subiría a ese barco pirata si otra vez fuese niño!
Entro a la tienda. Me dirijo a la zona de golosinas y elijo unos Cheetos Flamin Hot, unas Tupsi, Pulparindos, pastelitos Kínder Delice y chicles de menta.
Salgo de allí con una bolsa en la mano y una sopa instantánea recién preparada en un vaso. ¡Maruchan! Me siento en una mesita fuera de la tienda y empiezo a desayunar al medio día. ¡Me sabe delicioso!
—¿Juls? —Su voz me hace buscarlo.
Termino de masticar. Trago. Volteo a buscarlo una vez más, pero no lo veo. ¡Seguro escuché mal!
—Juls, ¿eres tú? —Pregunta.
Vuelvo a buscarlo, pero no lo encuentro. Mi celular empieza a vibrar.
—¿Qué pasó? —Le pregunto.
—Estoy arriba de ti.
—¿Arriba de mí?
—Alza la vista.
Le hago caso y entonces lo veo. Tiene su celular pegado al oído y está asomándose por una ventana.
—Ya te vi.
—¿Por qué no entras a la habitación?
—Tengo hambre. ¿Quieres almorzar conmigo?
Le tomo veinte minutos bajar. Fue tiempo suficiente para poder preparar una sopa instantánea para él.
—¿Sopa Maruchan? —Pregunta un poco desconcertado.
—Claro. Ese será el almuerzo de hoy.
—No es para nada nutritivo.
Me río.
—Como sea, eso almorzarás.
Me concentro en terminar de comer.
—¿Estas enojado?
—¿Por qué debería estarlo? —Le pregunto con seguridad.
—Bueno, es que…
—Al final, me obligaste a venir aquí aunque ya te había dicho que no.
Solo se limitó a mirarme. Ambos seguimos comiendo.
—¿No te gustaría ir al restaurante del hotel? Me parece...
—¡No! Esto está bien. Sal de tu zona de confort y come sopa instantánea.
—La verdad, no es mi estilo la sopa instantánea.
—Pues hoy lo será. Si yo pude venir a este lugar porque tú así lo quisiste, yo creo qué puedes comer sopa instantánea porque así lo quiero yo. ¿No te parece? —Moví mis cejas coquetamente.
—Tienes razón.
—Claro que la tengo. ¡Eres increíble!
—Sí estás enojado.
Me empiezo a reír.
—¡Cállate!
—¿Por qué me hablas así? Soy tu jefe.
—Hoy no. Hoy solo eres un hombre del que estoy enamorado. Hoy solo eres mi compañero de mesa.
Sus ojos se entrecierran, como si quisiera fulminarme.
—Está bien. Como tú digas.
—¿Planeabas comerme a mí en la habitación al instante en que yo entrara? —No me dio pena preguntarle.
Se quedó mirándome, parecía pensativo.
—Sí. Algo así.
—¿Entonces ya somos novios?
—Pues…
—Aún no lo hemos platicado. Me gustas, eres lindo, soy feliz cuando estoy contigo; pero, aún no lo hemos decidido. ¡Besarnos y gustarnos no nos convierte automáticamente en novios!
—¿Tú me quieres como tu novio?
—La neta sí. Me gustaría un chingo saber y sentir que tengo novio. Aunque, supongo que debo sincerarme contigo sobre algo importante.
—¿Sincerarte?
—Sí. Y es que, salir contigo y saber que nos gustamos también me pone nervioso. Digo, ya sé que el romance es lindo y la vida siempre deberá ser cool, pero, no te miento cuando te digo que soy impulsivo a veces.
—¿A que te refieres?
—Por ejemplo, cuando bebo. Lo hago por impulso, me emborracho y hago locuras como niño chiquito. ¡Eso no está bien! Pero aún así, termino haciéndolo y me gusta. ¡Me gusta sentirme en la locura! Y me asusta el hecho de que probablemente, esto no sea algo con lo que puedas lodiar. Tú eres un hombre maduro y centrado, yo soy un chico que apenas se esta convirtiendo en adulto.
Sus ojos están examinándome con atención. El viento sopla, la brisa del vapor se acerca a nosotros.
—Yo lidiare con lo que tenga que lidiar para poder amarte. ¡No dudes de mí!
—No es que dude de ti. Es que me es necesario expresarlo. Desde la pandemia y la muerte de mis padres, esto es algo que no he podido expresar. ¡Hay días en los que mi cabeza no tiene coherencia! Eso no significa que me comportaré como animal; estoy diciendo que, hay días en los que mi apariencia llena de felicidad es solo una máscara del dolor que siento.
Asiente. Se levanta de su silla y se acerca a mí. Sin miedo alguno y sin pena al mundo que nos rodea, planta un beso en mi frente.
—Prometo ser la persona que entienda tu dolor y tu locura.
—¡Que cursi!
—Dijiste que te gustaba lo cursi.
—Obvio. ¿Quieres un pastelito? —Le ofrezco.
—Bueno.
Le ofrezco un Kínder Delice.
—Ya que no pudiste comerme esta mañana, comete uno de estos. ¡Son deliciosos!
—¿Y no te gustaría que te comiera? —Su mirada y voz se llenan de picardía.
¿La lujuria ya viene a nosotros?
—Por el momento, así estoy bien.
Doy un bocado a mi pastelito.
—¿Quieres ir a nadar?
—¿Quieres vomitar en la alberca? —Lo reprendo con la mirada—. Christian, acabamos de comer.
Se ríe.
—Bueno. ¿Vamos a caminar?
—Sí. Eso está bien.
Se levanta, toma la bolsa con mis dulces.
—Oye.
—¿Qué?
—¿Puedo cenarte? —Su coqueteó tiene lujuria y sus pensamientos, seguro que tiene ganas de ver mi desnudez.
¡Viejo caliente!
—No, no puedes. ¡Soy el postre que aún no se termina de hornear! ¿Quedó claro?
Nos empezamos a reír como idiotas. ¡Me siento feliz!
muy linda historia
gracias por compartir 😊
bendiciones y muchos éxitos más
(ayuda)