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El Presidente Enamorado... Una Historia De Amor, Secuestro Y Venganza.

El Presidente Enamorado... Una Historia De Amor, Secuestro Y Venganza.

Status: Terminada
Genre:Completas / Malentendidos / Traiciones y engaños / Síndrome de Estocolmo
Popularitas:918.5k
Nilai: 4.7
nombre de autor: Gaby Albizu

Annie jamás pensó que podría llegar a hacer algo tan descabellado como ayudar a secuestrar al presidente del país.
Durante todo un mes es la Encargada de mantener en buena forma al cautivo y aunque al principio el mandatario, John Meyer es una persona dura, fría que solo la insulta, poco a poco se deja llevar por la personalidad dulce y tierna de su secuestradora.
Después de varios días en cautiverio Annie lo ayuda a escapar, arriesgando su propia vida y la de su familia.
Jonh esta agradecido por su sacrificio por lo que la lleva con el, además, es la única que puede ayudarlo a llegar al final de todo este asunto.
¿Lograra John acabar con los planes de magnicidio en su contra? ¿Annie conseguirá su propia Venganza?

NovelToon tiene autorización de Gaby Albizu para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 22: Necesito saber quien es Annie Taylor.

—Estás cometiendo un error, John. Lo sabes, ¿Verdad? —comenta Max, furioso consigo mismo, debería haber acabado con esa estúpida antes, ahora con John en el medio, es imposible, su seguridad es implacable.

—Lo se, Max, lo se... Pero no pude evitarlo —se culpa, debería recordar que es una niña, que esta muy lejos de su alcance.

—John... Tú solo no te enamores ¿si? Acuéstate con ella, diviértete, y luego la mandas a casa.

—Demasiado tarde, Max —confiesa, no sabe si es amor lo que siente por Annie, pero en este mes y medio que la conoce, no puede sacarla de su cabeza, durante sus actividades, se sorprende, a veces, pensando en ella pensando en lo que estará haciendo Annie, si esta bien... Sabe que es una locura, pero no puede evitarlo.

—No me digas que... —exclama Max, sorprendido, abriendo sus ojos de par en par —¿Estás loco, verdad? Deberías ir a un psicólogo John, sufres de síndrome de Estocolmo, recuerda que fue uno de tus secuestradores... No puedes enamorarte de ella...

—Tienes razón, no puedo hacerlo, es una niña.

—No es una niña. Es lo suficientemente grande como para hacerse responsable de sus actos, ella debería estar en la cárcel, junto a su cómplice... No tranquila en tu habitación.

—¿Cómo sabes que tenía un cómplice? —le pregunta John. Max sabe que, preso de la bronca que siente por esa estúpida, hablo de más, por poco y se entrega a John en bandeja.

—Porque... Me supongo que una mujer no puede haber hecho todo sola, ¿oh me equivoco?

—No, Max, tienes razón... Pero no me juzgues por favor, no se lo que siento por ella, quizás es amor. Quizás es agradecimiento, no lo sé... —contesta confundido, su cabeza es un torbellino de emociones.

—¿Agradecimiento? —pregunta Max.

—Si, ella me salvo la vida, Max. Perdió a su familia por mi culpa. Prometí que la protegería toda mi vida.

—Ah no, tú sí que estás loco, el encierro te traumo, pediré un turno a tu psicólogo.

—Olvídalo Max, solo cállate, me duele la cabeza —manifiesta, cerrando sus ojos, intentando relajarse y no pensar en el beso con Annie, aunque sabe que será inútil.

El día del presidente fue agotador. Entrevistas con empresarios, conferencias y escuchar a gente que le dé consejos, como si supieran lo que es ser el presidente de la nación y no tener una vida. No se arrepiente de serlo, pero no volvería a postularse a una reelección, aún le queda un año en el cargo; sin embargo, un buen amigo suyo Ron Marshall, canciller del país, esta pensando en ocupar su lugar en las próximas elecciones... Ron es una buena persona, leal, con buenos principios, sería un gran presidente, tiene todo el apoyo de su partido.

Lo único bueno del día, después de terminar con sus actividades y antes de volver al hotel, es juntarse a tomar un café con Ron Marshall. Se encuentran en una cafetería, en el sector vip, para no ser molestados.

Cuando Ron ve llegar a John se levanta de la silla y se acerca a abrazarlo amistosamente, palmeando su espalda

—John, no sabes la alegría que tengo de verte...

—Gracias Ron, se que tu alegría es sincera. Algunos preferían que siga secuestrado otros que acabarán conmigo—confiesa el presidente, sorprendiendo a su acompañante —pero no se saldrán con la suya...

—John, sabes que si necesitas mi ayuda lo haré y con todo gusto.

—Lo se, Ron, lo se... Por eso necesito hablar con alguien, siento que no puedo confiar ni en mi propia sombra.

—Max... Él es un buen amigo —comenta el hombre.

—Si, es un buen amigo, pero ve por sus propios intereses, a veces pienso que no es el de antes—confiesa con dolor.

—Oh, entiendo John...

—Pero... Tú y yo... Somos muy parecidos. Por eso sabes que quiero que seas el candidato de mi partido.

—Si... Solo espero no generar problemas entre Max y tú. Estoy seguro de que él quiere ser el nuevo presidente.

—Puede ser..., pero Max no está preparado para ocupar ese cargo. Tú si y confío plenamente en ti.

—Gracias John, agradezco mucho tu confianza.

—Pero antes necesito que me ayudes a investigar algunas cosas, no le puedo pedir a cualquiera, me entiendes ¿Verdad?

—Si, solo dime que necesitas.

—Ron... Sé que la gente que me secuestro no lo hizo para pedir un rescate—comienza a explicarle.

—No entiendo John... te refieres a qué...

—Ron... Esa gente fue contratada para secuestrarme —le Confiesa, sorprendiendo a su acompañante.

—No puedo creer lo que estás diciéndome...

—Y eso no es todo... Estoy seguro de que la persona que ordenó hacerlo me conoce a la perfección, esta en mi círculo íntimo, lamentablemente desconfío de todos.

—¿Hasta de Max? —pregunta, haciendo pensar a John.

—No desconfío de él, pero... Ya no me genera la misma confianza que antes... No lo sé, es muy extraño todo, quizás estoy pasando por mucho stress y me estoy volviendo loco.

—Deberías tomarte unos días para descansar, John. Estuviste en cautiverio casi un mes, volviste y te volcaste al trabajo, no es fácil por lo que pasaste, la gente lo entenderá.

—Sé que tienes razón, Ron, pero antes necesito saber quienes son esas personas... Y hay más —manifiesta John, mientras toma un sorbo de su café, bien cargado.

—¿Qué sucede? —pregunta mirándolo a los ojos.

—El último día de mi secuestro... —Comienza a contarle —esa gente, les ordenó a mis secuestradores que me asesinaran.

—¿Qué? —exclama muy sorprendido, sin poder creer lo que esta escuchando —pero como lograste escapar.

—Uno de mis secuestradores era una niña de 21 años, llamada Annie. Ella era quien me daba de comer, quien me cuidaba... Quien me salvo la vida.

—¿Te salvo la vida?

—Si, Ron. Me ayudo a escapar. Es una buena niña, muy pobre. Necesitaba dinero para el tratamiento de su madre. Pero al ayudarme a escapar... Mataron a su madre y a su hermano.

—Oh, por Dios... —exclama Ron, sin poder salir de su asombro—pero... ¿qué es lo que necesitas, John?

—Necesito que me ayudes a investigar quienes fueron los que estuvieron detrás de todo esto... Además, necesito saber quien es Annie Taylor.

—Descuida, John. Mañana mismo pondré a mi gente a investigar. Pero esa tal Annie... Debe saber más de lo que dice...

—Ella no sabe mucho, su cómplice si, se llamaba Michel, pero se escapó dejándola sola, a merced de todos

—Primero tendríamos que encontrar a ese tal Michel... ¿Sabes su apellido? —pregunta Ron.

–No, no lo se, pero se lo preguntaré a Annie, son amigos de la infancia.

—Esta bien, solo descansa y déjame hacer el trabajo a mí, cuando tenga algo que informarte te llamaré.

—Si, gracias, pero no lo hagas a mi teléfono convencional —John le da otro número.

—Crees que... ¿Puede estar intervenido?

—Nunca se sabe... Gracias Ron, se que puedo contar contigo, fue un gusto volver a verte —dice John levantándose de la silla y dándole la mano con cortesía.

—Lo mismo digo. Eres uno de mis pocos amigos en esta sucia política —contesta Ron, entregándole su mano para estrecharla en un cálido saludo.

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Girlesa Sánchez Londoño
Hermosa novela, me encantó de principio a fin, felicitaciones para la autora
Josefina Saabedra Del Razo Saabedra del Razo
Excelente
Yola Hc
Normal
Yola Hc
Muy malo
Gaby Albizu: que bueno que me fui de esta aplicación, por gente como ustedes que no les importa , si tan mala le parece porque sigue leyendo? lo único que hacen es perjudicar al escritor con su clasificación, no les gusta? no lean, no es necesario clasificar MUY MALO... acepto que no te guste, no soy una escritora perfecta, me falta mucho por mejorar...pero no veo la necesidad de clasificar de esa manera... porque solo perjudican
total 1 replies
Macgleni Deriabar Sarmiento Deriabar
que arriesgada .
Reina Alvarez de León
Excelente
Luz Cuadrado
Felicitaciones autora. Mucho éxito!
Yineth López Castillo
Excelente
Yineth López Castillo
a mí también
Osita Alfonso
Excelente
Saida Rondon
Esta obra me Encanto esquicita trama muy bien desarrollada una de las mejores novelas que he leido gracias escritora felicitaciones
Nora Martinez
excelente
Sylvia Ortega
Excelente
Sylvia Ortega
Bueno
Vane
y quien es el padre de marcus
Vane
y marcus es hijo de él también o no
Martha Mena Wong
Excelente
Anonymous
Fascinante la novela. Me como las uñas
Maria Del Carmen Jalif
Me encantó.Excelente novela.Te felicito y espero con ansias más historias donde el Amor todo lo puede.
Muchas Gracias
Vane
yo no sé cómo es presidente es tan idiota y tiene que tomar su teléfono ahí debe haber algo
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