Rocío se encuentra en un matrimonio que no la satisface. Se casó con su esposo solo porque consideró que era lo correcto tras quedar embarazada, dejando en pausa todos sus sueños.
Un accidente de tránsito traerá luz en su camino lleno de oscuridad. Y la pondrá frente a situaciones que nunca imaginó que viviría como madre y como divorciada.
¿Puede el amor regresar a la vida de una mujer que perdió la fe? ¿Podrá aceptar que existen las segundas oportunidades?
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XXIII - Señor, sí señor
Capítulo veintitrés
—Rocío, entiendo que te pedí específicamente que te tomaras los días que te correspondían por el accidente que tuviste. ¿Me puedes explicar por qué asististe al trabajo en lugar de atender tu salud? —cuestionó Luca con tono serio.
Rocío se sorprendió por la pregunta del CEO, pero más impresionada quedó al darse cuenta de que el director de la empresa a la que trabajaba había sido quien la ayudó días atrás. Rápidamente, trató de explicar lo ocurrido, con algo de vergüenza, ya que era su jefe con quien hablaba.
—Lo siento, señor Sáenz Peña. Estaba buscando la falla en el código del programa porque me llamaron para que hiciera eso. No me expuse, y mi vista ya estaba mejor. Además, estoy usando los lentes. Asimismo, a la empresa le favorece, puesto que creo haber encontrado el error —explicó Rocío, intentando justificar su accionar.
El rostro de Luca permaneció impasible, pero sus ojos transmitían un aire de escrutinio mientras observaba a Rocío. El supervisor de Rocío se mantuvo en silencio, como si esperara la reacción del CEO.
—Entiendo la importancia de resolver el problema, Rocío. Pero en un momento como este deberías cuidar de tu salud. No puedes perder el enfoque sin importar que te encuentres con situaciones críticas como esta. Esta empresa siempre está al borde del colapso por esta clase de situaciones —explicó Luca con firmeza, pero sin levantar la voz, y minimizando el enorme problema que tenían entre manos—. Roberto, déjanos un minuto a solas.
Las palabras del presidente alertaron al supervisor de Rocío, quien estaba ahí de espectador. Una vez que este salió de la oficina del CEO, Luca se relajó un poco.
—¿Estás enojada conmigo? —preguntó el CEO sorprendiendo a Rocío—. Sé que debí decirte que era el presidente de la empresa; aun así, en ese momento, la estábamos pasando a gusto y sabía que si lo decía te pondrías incómoda. Y lo que menos necesitabas era eso, no fue mi intención mentirte. La otra noche iba a decírtelo, pero llegó tu amiga y bueno… Por mensaje me parecía poco orgánico.
—Entiendo. Pero, ¿por qué le importa lo que yo piense señor? —preguntó Rocío, desconcertada—. Solo me hizo un favor. Yo debería ser la que esté agradecida con usted.
Las palabras de Rocío demostraban su molestia al saber que él le había mentido. Y sobre todo estaba marcando distancia entre ellos, después de saber que ese era su empleador.
—Yo… —dijo él, pero en ese momento entró una chica que no superaba los veinticinco años y lo abrazó.
—No sabes cuánto te extrañé. Casi que no me dejan entrar —indicó la muchacha ignorando a Rocío.
—Los dejo conversar, hasta luego señor presidente —exclamó Rocío, aún desconcertada por la revelación de la identidad de Luca y sin prestarle atención a la joven.
Salió de la oficina con una sensación incómoda que la invadió. Se dirigió rápidamente al área designada para ella y su supervisor, intentando alejarse de la presencia del CEO.
—Roberto, ¿puedes ayudarme a revisar este código? Quiero hacer unas verificaciones —dijo Rocío con determinación, tratando de enfocarse en la tarea.
Su supervisor se acercó, notando la tensión en el rostro de Rocío.
—Claro. ¿Estás bien? Pareces preocupada. Sé que el jefe parece imponente, pero es el mejor. Si él te dice algo debes hacerle caso, sabe de lo que habla pese a su edad —indicó él, preocupado por el estado emocional de su compañera.
Rocío asintió, sintiendo una mezcla de emociones en su interior. Su mente estaba dividida entre resolver el problema y procesar como ella había actuado con su jefe días atrás. Aunque se sentía agradecida por la ayuda que había recibido de Luca, la revelación de su identidad había alterado su percepción sobre él.
Ambos se sumergieron en la tarea, revisando línea por línea el código que Rocío había señalado como sospechoso. A pesar de la situación, la determinación de Rocío por resolver el problema estaba intacta. Estaba decidida a demostrar su valía y compromiso con la empresa, independientemente de quien estuviera a cargo.
Finalmente, después de horas de arduo trabajo, Rocío y su supervisor identificaron y corrigieron el error en el código.
—¡Lo tenemos! ¡Aquí está el problema! —exclamó Rocío, sintiendo un alivio mezclado con una satisfacción palpable.
Roberto sonrió, impresionado por la determinación y la capacidad de resolución de Rocío.
—¡Excelente trabajo, Rocío! Estoy seguro de que esto ayudará enormemente a resolver el problema actual —elogió Roberto, admirando el esfuerzo y la habilidad de su compañera.
Ambos se dirigieron a la sala de reuniones para informar sobre el hallazgo.
Rocío le explicó al resto de los programadores que alguien había modificado el código que ellos habían hecho, por lo cual no era su responsabilidad. La empresa que los había contratado tenía sus propios programadores y para hacer que el programa funcionara más rápido eliminaron dos códigos. Pero esto causó el fallo al final, lo que dejó más que satisfecho todo el equipo. Su supervisor no dudó ni por un momento tomar la información que Rocío le había proporcionado, y llevarla a la oficina central para que informaran lo descubierto al cliente.
Por su parte, ella fue llamada por recursos humanos. Aunque temía que la despidieran, sabía que había dado lo mejor de sí. Para su sorpresa, fue ascendida, no solo por el excelente trabajo que realizó en ese momento, sino por lo que había hecho el día que se lastimó con la máquina de café en la cocina.
Luca ya pensaba ascenderla, lo que causó un cierto sabor amargo en Rocío. ¿Se merecía ese asenso o solo era porque le había caído en gracia a su jefe? La distancia entre ella y Luca parecía ampliarse, y la idea de establecer una relación amistosa o de confianza con él se desvanecía. Así como tenía el poder de ascenderla, también lo tenía para despedirla, y conociendo a su exesposo no sabía qué opinar sobre Luca. Si bien había sido excesivamente amable con ella, eso podía tener significados distintos, lo que la preocupaba.
Autora: Osaku
Creo q slgo no encaja.
Plasmando resiliencia, nuevas oportunidades en el amor, la justicia , unidad familiar.
Gracias Osaku nos haz envuelto en este manto de intriga y romance . Una redacción limpia y comprensible.
Es lai 2da historia leída de tu Biblioteca, interesantes !!!!
💯 recomendada 👌🏼
Top secrets desde las grandes potencias, Imperios, Monarquías y Familias , lo bueno que siempre hay uno o una con pie de plomo que le vale "madre" 👏🏼👏🏼👏🏼👌🏼