Cazada Por Mi Prometido

—¿Tú fuiste la responsable del accidente de Diana? –Preguntó Alexander con un rostro serio– te alejé de mí para que me dejaras en paz, odio tu forma infantil de ser ¿Crees que dejaré que vuelvas a mi lado?

—Alexander yo…

—Cállate Emily, te has vuelto patética ¿Crees que te sigo queriendo? Deja de soñar, tu misma creaste mi odio hacia ti, te recuerdo que te arrastraste con un montón de imbéciles y ahora te la das de digna.

—Hablas como si fueras diferente a mi, tú eres peor que yo Alexander, eres malo, no te importan los sentimientos de otros.

—Te recuerdo que estás en mi oficina y me debes respeto, ya no eres mi protegida y no puedes hablarme como te plazca, jamas volverás a estar en frente de una cámara y si lo haces nadie querrá verte.

—¿Sabes cuál fue mi error? –Dijo Emily con resentimiento– mi único error fue no mandar a que la mataran, un pisotón no fue suficiente para esa perra.

Alexander sintió como su cuerpo se llenaba de furia y le dio una bofetada a Emily.

—No olvides quien soy Emily –Dijo con seriedad– así como te lleve a la cima te puedo hacer caer al abismo ¿Cuándo empezaste a ser estúpida? Estabas bien ¿Por qué intentaste tocar a Diana?

—Antes no te importaba esa estúpida, la engañaste conmigo, me tratabas bien, me amabas.

—No lo has entendido, algo debes saber, me gustabas, pero no pensé ni por un segundo en cancelar mi boda con Diana, pude dejarla de lado, pero porque fui estúpido y supuse que estaría siempre para mí. Puedo entender que se cansó de ser un plato de segunda mesa, pero tiene razón, solo debí ser más discreto y mantenerla contenta y es lo que haré en el futuro, pero por tu parte, no eres nada ni nadie, mucho menos sin mí.

—Eres un bastardo, pero sabes que es lo único que puedo asegurarte, ella jamás te perdonara, jamás querrá estar contigo, con todo el daño que le hiciste ¿Crees que ella te seguirá amando? Realmente eres ingenuo Alexander.

—¿Y? En algún momento sus sentimientos volverán, regresando a ti, eres estúpida –Dijo Alexander con un tono sarcástico– si vas a hacer algo, asegúrate de que no haya cámaras y tener una buena coartada, ¿Qué crees que haré contigo? Me conoces y sabes que soy muy vengativo, al menos Diana no es consciente de eso.

Emily tenía miedo, pero su rostro seguía siendo uno arrogante, Alexander Sonrió y mandó a echarla a la calle por sus hombres de seguridad, Emily sabía de lo que era capaz Alexander, lo había visto en primera persona, esa fue una de las razones por las que se sintió superior de estar a su lado. Lo mejor era tenerlo de aliado, no de enemigo y mucho menos estar cerca de él cuando estuviera molesto, tal vez lo mejor sería desaparecer totalmente por su seguridad.

Por su parte, Alexander estaba enojado, le llegó una sorpresiva llamada, Diana estaba siendo cuidada por Félix, Félix era un bache en su camino, una piedra molestosa, pero por ahora estaría tranquilo, Diana no estaba en su mejor estado y debía descansar.

—Secretario Dalton.

—Señor.

—Quiero que pongas a varios hombres a vigilar a Diana, no quiero que sean notados, solo la cuidarán y vigilarán de cerca, quiero que me notifiquen sobre cualquier movimiento, si alguien extraño o algún amigo de Emily se le acerca no duden en borrarlo ¿Está bien?

—Sí señor.

Aquel secretario fue a cumplir las peticiones de su jefe, todos le temían a Alexander, nadie se atrevía a contradecir su palabra, por años ese miedo fue lo que mantuvo a todos lejos de Diana.

Alexander no sabía lo que era el amor, pero su corazón egoísta adoraba a Diana, sin embargo, no era algo como para atarse a ella, estaba dispuesto a amarla y darle lo que deseará, tenía la intención de jamás dejarla ir, pero esto no aseguraba fidelidad.

Al menos nunca fue así antes, pero desde que Diana se alejó de su vida su deseo por otras mujeres se apagó, ninguna llenaba sus expectativas, ninguna era igual a Diana, Alexander se sentía estúpido, él sabía que era un monstruo sin sentimientos, pero aun así la única persona que lo amo fue Diana.

Su error fue herirla y compararla con otras mujeres, esto incluso decepcionó a su familia, su prometida no lo amaba, aquel ser que vio algo bueno en él ya no quería saber nada de él, ese era su único lamento, pero estaba dispuesto a hacer lo que sea por recuperar el cariño de aquel ser tan único.

Por un momento Alexander pensó en deshacerse de los sentimientos que tenía hacia Diana, pero era imposible, después de Diana no había nada, nadie podría ocupar su lugar, Alexander no sabía que era el amor con exactitud, pero su mente estaba nublada de Diana, esto nublaba también sus pensamientos.

Debía tomar represalias por los actos de Emily y todos los que la ayudaron y después se ocuparía de Félix y Erick, bueno, Erick no era un estorbo tan grande, pues, con los años Diana nunca había notado a Erick, por lo que ahora no debía estar tan al pendiente de él.

Alexander pensó en volver al hospital, pero en estos momentos debía estar Félix, no quería verlo junto a Diana, tampoco quería recibir una mirada llena de odio de parte de Diana, últimamente solo recibía sin medida alguna el desprecio de Diana.

Después de pensarlo mucho Alexander terminó de trabajar y simplemente fue a casa, no había nada que pudiera hacer y por más insistente que llegara a ser a veces había momentos en los que sabía cuando aflojar la cuerda.

Alexander estaba totalmente desesperado, pero lo unico que lograba cada vez que intentaba arreglar las cosas eran decepciones y desprecios, Alexander tomó una larga ducha y se acomodo para dormir, en las últimas noches su sueño no había sido bueno y esta noche no sería la gran excepción.