Emma Sanchez es enfermera en la correccional de la ciudad y conoce a Max Robinson " el gringo" quien paga condena por el asalto de un banco
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EL GRAN ESCAPE
A las 2:40 pm aproximadamente, se escuchó la alarma de incendio y el alboroto comenzó, Max debajo de sus sabanas, supo que había llegado la hora que tanto había esperado, transpiraba copiosamente por la adrenalina, que todo esto le producía, el guardia entro y comenzó a moverlo para que salieran del lugar
-¡Gringo! Vamos, levántate que se está quemando esta pinche porquería, muévete- Max no hacia ningún movimiento, en ese momento pasaron tantas ideas por su cabeza hasta pensó en hacerse el muerto pero, no era una buena idea ya que el guardia podía quitar las sabanas y descubrir la verdad, así que se hizo el del sueño pesado, se movió ligeramente bajo las sabanas y hablo en su idioma
-¡let me sleep! ¡Lárgate! – en ese preciso momento entro un hombre vestido con uniforme de enfermero y dijo asustado
-¡señor! ¡Señor! Salga de aquí ¿acaso no ve que esto se está incendiando?- el hombre lo jalo por el brazo, el guardia hizo un gesto mientras decía- ¡jodete maldito Gringo! ¡Espérame en el infierno!- y salió de la habitación.
Max espero un momento y cuando se decidió se levantó, agarro el bolso y salió como pudo.
Las personas corrían desesperadas, porque las llamas de fuego se metían por todos lados, camino tranquilo tratando de parecer normal, finalmente el disfraz que llevaba lo hacía parecer una mujer, se miró en una de las puertas de vidrios, era la primera vez que se vestía así, no pudo evitar burlarse en sus adentros al ver a la dulce señora de cabellos recogidos, grandes lentes, senos muy grandes, para ser honesto parecía a su abuela Charlotte, se acomodó el cabello como lo haría la mismísima mrs Charlot Robinson y continuo caminando por el largo pasillo.
A su paso vio el alboroto y el gran humo oscuro que invadía el espacio, sintió como ardían sus ojos, pero nada lo haría cambiar de plan, se asombró de ver todo el desastre que era capaz de provocar la dulce y delicada enfermera Emma.
Un bombero al verlo vestido de mujer lo agarro y lo ayudo a salir, al estar en la calle busco desesperadamente el carro que le describió Emma y al verlo se subió rápidamente, el chofer puso a andar el carro sin decir nada.
Max trataba de poner sus ideas en orden ¡por fin era libre!
El hombre frente al volante continuo manejando sin decir ni una palabra, Max miraba desde la ventana de aquel auto las calles pasar a gran velocidad, sentía una emoción indescriptible, sus lágrimas brotaron por sus ojos dejando salir una vez más sus sentimientos como nunca lo hacía.
Recordó por el largo camino sus días en aquella prisión, lo cerca que estuvo en varias oportunidades de la mismísima muerte, los momentos de fiesta con “El Grande” ¡por fin! Estaría con su familia y esta vez lo haría bien.
Casa de Emma
Emma llego por su cuenta después del mediodía al apartamento de sus padres, solo estaba su madre, ya que los niños estaban en clase y el padre trabajando.
La señora Asunción se encontraba sentada en la sala frente al televisor cuando la vio pasar sin decir nada y meterse en el cuarto, se levantó y la siguió para saber que le sucedía a su hija, se quedó en la puerta y le dijo mientras la veía sacar la ropa de las gavetas del escaparate de madera viejo, sorprendida le dijo
-Emita ¿pasa algo? ¿Para dónde vas con tanta ropa?- miraba a la pelirroja enloquecida recogiendo sus cosas, fue allí que comprendió lo que pasaba, la hija pensaba abandonar el nido de la peor manera, camino frente a Emma y continuaba preguntando pero al no obtener ninguna respuesta, saco todo el carácter que no había tenido en años y le quito la ropa de las manos gritándole
-¿Qué pasa? ¿Por qué no hablas? ¡Emma! ¡Ya basta!- la enfermera comenzó a llorar y le dijo
-madre, ¡me voy!- Asunción sintió tanto temor de lo que su hija estaba a punto de hacer y le pregunto
-¿es con ese doctor con quien sales? Hija pero si podemos hacer las cosas bien, mira, lo traes a casa y hablamos con tu papa y después se casan y problema resuelto- Asunción se quedó en silencio por uno segundos entonces la agarro por los brazos- Emma acaso tu… Emma ¿estas embarazada?-continuo hablando al ver que la hija continuaba metiendo ropa en un bolso- hija si es así, lo resolveremos hablamos con tu papa y…- Emma por fin reacciono
-¡no mama! ¡No estoy embarazada!
-¿entonces?- Emma con lágrimas en los ojos le dijo
-estoy enamorada de un preso- Asunción sintió como si la vida se le había clavado en el pecho, su hija, su niña, se había enamorado de un hombre malo de la cárcel, el mundo le dio vueltas alrededor, la angustia se apodero de ella por ese instante.
Gracias por tan hermoso y emotivo final. tienes un gran talento que Dios te bendiga grandemente.