Estaba amaneciendo y los rayos del sol se colaban por la ventana de la habitación. La cabeza le dolía como si mil agujas se le clavaran al mismo tiempo, quería abrir los ojos, pero estos se negaban a hacerlo, le parecía que los tenía pegados con alguna clase de adhesivo. Un mareo bloqueaba su mente, la cama sobre la que estaba recostada le era extraña, quería orientarse, pero no podía, ni siquiera podía recordar porque estaba en una cama y una habitación que no eran la suya. Quiso enderezar su cuerpo, solo para notar que algo no la dejaba moverse, manteniéndola sujeta a las sabanas, sentía su cuerpo aprisionado. Una vez más intento abrir los ojos, cuando al fin logró hacerlo pudo verse rodeada por unos brazos fuertes y unas manos grandes sujetaban sus caderas desnudas, es más, toda su anatomía estaba como cuando vino a este mundo. Un escalofrío recorrió su espalda erizándole los bellos de la piel, no quería voltear a ver a su acompañante, pero tenía que hacerlo, en su interior
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Capítulo 23: En el Restaurante Bosque de Bambú
Un apuesto e intelectual joven, bajaba a toda prisa las escaleras de su residencia estudiantil, abajo lo estaba esperando el taxi que lo llevaría al restaurante Bosque de Bambú. No le gustaba llegar tarde a ningún compromiso y tampoco quería quedar mal con su amiga, siendo impuntual con la cita que le consiguió. Únicamente a Candela se le podía ocurrir semejante idea y él, igual que cuando eran niños, era incapaz de decirle que no a nada que ella le pidiera.
Al llegar abajo encontró un lujoso auto y entonces pensó ¿por qué habría un remise si en realidad él había solicitado un taxi?, ya que este último tiene una tarifa más barata que el otro servicio. De pronto vio que un hombre de traje negro y lentes oscuros bajaba del vehículo parándose enfrente de él.
_ Buenas noches, ¿es usted el señor Jorge González?
Al escuchar esto, Jorge se dio cuenta de que no era el taxi o remise que él pidió, porque aquel hombre se veía más como un guarda espaldas o asesino a sueldo que como un chofer. Sobre todo por su altura desmedida, el ancho de su espalda y cabeza totalmente rapada que parecía brillar con el reflejo de las luces de la calle.
_ Sí, ese soy yo, ¿y usted quién es? – preguntó el muchacho con algo de temblor en la voz.
_ Mi nombre no tiene importancia, lo único relevante aquí es que he venido a comunicarle que la cita con la señorita Iraola ha sido cancelada y será mejor para usted olvidarse de ella para siempre. –dijo Jon Smith
El joven no entendía nada de lo que estaba ocurriendo o que cosa había hecho mal, pero de algo estaba seguro, ese sujeto, no era cualquier tipo. De pronto su rostro comenzó a palidecer, cuando vio que el gigantesco hombre metía su mano en el bolsillo izquierdo de su saco, la respiración se le agitó en los pulmones y pensó que tal vez su vida se acababa en ese mismo momento, sin saber que mal había hecho. Sin embargo, Smith, solo sacó de su bolsillo un papel y le dijo:
_ Para compensar todas las molestias que esta situación le puedan ocasionar, aquí le dejo un cheque y una carta de citación para que este lunes se presente en la corporación Harper. Como verá, está firmada por el jefe de personal, así que con esto, solo deberá presentarse a firmar el contrato de trabajo.
El joven comenzó a respirar aliviado, pero no podía entender todavía lo que estaba pasando. Ciertamente, su sueño era trabajar en el área de desarrollo tecnológico de esa compañía, pero pensaba que para lograrlo tendría que esperar muchos años más. Miró bien los papeles para ver si eso no era una broma de su amiga, sin embargo, todo estaba en regla, de verdad lo estaban contratando para trabajar en la compañía de sus sueños.
_ Hay una cosa más, le pedimos que sea discreto y no hable de esto con nadie. O de seguro lo sabremos y la verdad no me gustaría dejar de ser amable con usted. También creo que esta oferta de trabajo es lo mejor que le puede pasar a un joven talentoso como usted.
Lo cierto era que no conocía a su supuesta cita, pero sí a la compañía Harper y por otro lado contrariar a aquella masa de músculos tampoco le parecía una buena idea. Aceptó la propuesta y ya vería que excusa le daría a Candela sobre todo lo ocurrido.
Unas horas después, en el restaurante Bosque de Bambú, Ami lamentó profundamente el haberse sentado en la mesa que estaba en la vidriera. Lo hizo para que Jorge la ubicara más rápido, sin embargo él no vino y en su lugar se encontraba frente a ella Adam Harper que al parecer ya se había dado cuenta de que le había dicho una mentira.
_ Y bien Ami ¿Dónde está el resto de tu familia? ¿No me dijiste que tenías una cena familiar?
La chica se puso pálida y empezó a lamentar haberse servido tanta comida en el plato, pues ahora sentía que nada de eso pasaría por su garganta. Ante su silencio Adam le siguió hablando, la voz del hombre se escuchaba tranquila, como anunciando una gran tormenta.
_ Dime una cosa Ami. ¿Cómo podre estar seguro de que me pagarás la deuda de tu familia si no eres sincera conmigo?
_ ¿Por qué dice eso? Yo no lo he engañado, la cena con mi familia se canceló y por eso vine aquí. –mintió de nuevo Ami.
_ Pero usted ¿qué está haciendo aquí?
_ Vine a hacer negocios.
_ ¿Negocios a un restaurante como este? No es un lugar cinco estrellas como el que seguramente usted usa para esos compromisos.- se burló la chica
_ Vine a comprarlo, porque cuando algo se me antoja, simplemente lo hago. –respondió riendo sarcásticamente.
_ Que suerte la suya que puede hacer lo que quiera, aunque sean puros caprichos. –le dijo Ami también usando el sarcasmo.
_ Por supuesto y, ya que estamos aquí, te acompañaré a cenar para que no estés sola.
De pronto Ami pensó que tal vez el amigo de Candela podía llegar en cualquier momento y no quería de ningún modo a ese hombre allí.
_ No puede quedarse en mi mesa porque, estoy esperando a un amigo.
Adam harper comenzó a reír y cuando termino de hacerlo puso una de sus manos sobre la mesa, al costado del plato y recostó el largo de su espalda sobre la silla, después respiró profundamente y le dijo:
_ Sabes Ami, yo he sido muy benevolente contigo y con tu familia dándote más plazo para que consigas un préstamo en el banco. Pero eso no significa que te voy a permitir que tengas citas con otros hombres y mucho menos que me tomes por tonto tratando de engañarme. Tú todavía estás atada a mí.- dijo Adam y a medida que hablaba iba perdiendo su tono apacible, hasta gritar la última frase.
Al escuchar lo que su acompañante inesperado le decía, Ami quedó intimidada, pero al instante logro recuperarse del mal momento y arremetió contra Adam.
_ En realidad, como ya sé lo dije una vez señor Harper, nosotros tenemos un acuerdo firmado en el cual usted
me otorgó un plazo de dos semanas para reunir el dinero que me falta. Y durante ese plazo yo haré lo que me plazca y si quiero salir con un hombre diferente durante cada noche, lo haré. Usted no es nada mío para hacerme reclamos, no es ni mi novio, o mi hermano y mucho menos mi padre. – le dijo Ami levantando la voz y golpeando la mesa con el puño cerrado, haciendo que algunos comensales voltearan a verlos.
_ Qué bueno que mencionas a tu padre en esta charla, hace mucho que no lo veo y sé que ha estado delicado de salud. ¿Qué te parece si lo llamo ahora para informarle del comportamiento tan descarado que está teniendo su hija menor? Estoy seguro de que estará más que agradecido conmigo al saber que me preocupo por la reputación de su pequeña niña. O quizás aproveche de ponerlo al tanto de lo que pasó entre los dos esa noche en el hotel y de que está a punto de quedarse en la calle. – dijo el hombre retomando el tono sereno de voz.
Cuando Adam mencionó a su padre, el corazón de la chica dio un brinco y todo el coraje que tenía hasta ese momento se le fue al instante.
_ No haga eso, por favor, mi padre está muy enfermo.- le rogó Ami bajando su cabeza para que no viera sus lágrimas
La capacidad innata de Adam para analizar a las personas, le permitió darse cuenta de que el padre de la chica era su punto débil y la enfermedad del hombre un tema sensible.
_ ¡Vaya!, así que ya no estás tan valiente como al principio. Así me gusta, que te calmes conmigo y aprendas cuál es tu lugar en esta historia. Ahora cenemos en paz.
_ Ya le dije que estoy esperando a alguien. Es alguien muy querido para mi mejor amiga y no quiero quedar mal con ella. Por favor, entienda.- decía la chica casi rogando.
_ Ho sí, pero ahora que recuerdo, mi jefe de guardia personal me informo que el señor Jorge González no vendrá.
Ami pensó lo peor y se paralizó al escuchar que Adam conocía el nombre de su cita.
_ ¿Cómo sabe su nombre? ¿Acaso le hizo algo malo? Esa persona es inocente.
_ No, solo hicimos un trato muy conveniente para él. Así que, cenemos antes de que la comida se enfríe. –dijo
riendo de lado
esta historia...gracias y bendiciones
buenas tardes Daniela, espero esté bien al lado de los suyos
Quiero decirle que todavía no me hago a la idea de que esta bella historia quede sin final
Haga el esfuerzo sí, por favor 🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏🙏 Gracias, Gracias
buenas tardes, vamos te animo a que nos regales ese maravilloso final que estamos esperando de ésta bella historia
Sabes: no me resigno 🙏🙏🙏🙏🙏