En La Cocina De La Mafia

Christopher

Las semanas pasaron, se transformaron en un mes y buscamos a García hasta debajo de las piedras, el muy hijo de puta se había escondido como la rata que era. Otro del que no se tenía noticias era de Alexander, quería encontrarlo para dárselo de regalo a mi diosa y así se desquite de todo lo que ese imbécil le hizo. Mi diosa y yo éramos muy felices juntos, resultó ser muy buena para esta vida,bueno, sabe cómo moverse y no sólo hablo de en los negocios, sino también de la cama.

Ya me encontraba realmente enojado, quería encontrar a estas ratas pero eso no estaba pasando, entonces mi suerte cambió, descubrimos donde se escondía García pero aunque quise irlo a buscar no pude, mandé a Héctor con muchos de mis hombres y ellos me lo trajeron hasta la bodega del puerto, entré y el puerco estaba amordazado con algunos "rasguños" y llorando como un estúpido.

-Hola rata asquerosa

-Morelli suéltame maldito infeliz!

-Jaja parece que no te has dado cuenta de quién da las órdenes aquí- le dí un puñetazo y lo hice escupir sangre

-Por favor Morelli escúchame....

-No!....- lo interrumpí- escúchame tú García, esto puede durar mucho y ser muy doloroso o puede terminar rápido e indoloro, tú decides pero de qué te mueres te mueres

-No me das muchas opciones

-Qué? ¿De qué hablas? Estoy siendo muy compasivo, yo ni siquiera debí darte esas dos opciones, pero si no quieres aceptarlo entonces yo elegiré por tí, y sabes? Me agrada la forma lenta y dolorosa

-No! Por favor, está bien te diré todo lo que quieras

-Muy bien rata asquerosa, quiero saber todo sobre el atentado en el hotel

-Sólo quería ser uno de los importantes, él pensó que sería bueno matar a muchos pájaros de un sólo tiro

-¿Él? ¿Quién es él?

-Él es.....

Lola

-Hola preciosa

Su voz, esa asquerosa voz sonó a mis espaldas, no podía creer que estuviera ahí, no podía ser, no podía estar pasando, cómo entró aquí? ¿Dónde están los guardias? Todas esas preguntas pasaban por mi mente, mientras sostenía con fuerza el paño de cocina estrujandolo entre mis manos, respiré profundo y volteé.

-Se...- tragué saliva- señor Petrov

-Por favor preciosa llámame Alexander, después de todo tú y yo tenemos historia juntos- sonrió apoyado en la mesada

-Cómo...?

-Te estás preguntando cómo entré, pues verás, tú... ¿Cómo lo llamas? Amo? Está muy ocupado con García, se olvidó de dejar hombres y fue fácil reducirlos sin hacer el más mínimo sonido

¿Cómo es que él sabía todas estas cosas? Seguramente tenía alguien infiltrado que le informaba de todos nuestros movimientos, cómo es que mi amo no lo había descubierto?

-Está bien- sonreí, este idiota podía hacer lo que quisiera, pero aún así sabía que al final terminaría muy mal- entonces que haces aquí Alexander?

-Ah bueno vine a verte y que supieras que desde ahora volverás a mi lado, de donde nunca te tuviste que ir

-Mi amo no lo permitirá

-Jaja tu amo estará muerto si es que lo está ya

-Cuando él te atrape no habrá quien te salve- reí, sé qué él sigue vivo y que atrapará a este imbécil, no voy a demostrarle ni un poco de temor

-Está bien, si quieres aferrarte a esa ilusión, eres libre de hacerlo

-Tú tuviste que ver en lo del atentado, no?

-Sigues siendo tan inteligente como siempre preciosa, pero sólo un pequeño detalle yo no "tuve que ver" yo lo organice, soy la mente maestra

-Ah ya veo, supongo que tu tío te ayudó ¿No?

-Mi tío, el pobre no sabía nada, pero no te preocupes ya se lo diré

-Oh- llevé mis manos a mi boca- veo que no te has enterado- traté de sonar lo más inocente posible

-¡De qué estás hablando?!- gritó confundido

-Pues verás, tu tío se murió- sonreí- el pobre sufrió y gritó bastante antes de morir, al igual que sus víctimas

-¡Maldita! ¡Tú y ese imbécil lo hicieron!

Me había acercado al enorme cuchillo que estaba en la mesada, mientras lo veía distraído, pero él se percató de esto, se acercó de inmediato a mí y me tomó de las muñecas, apretándome hacia él.

-Oh no preciosa, me he enterado que eres buena con los cuchillos y hablo de además de en la cocina, tú y yo nos iremos ahora, arreglaremos cuentas en casa

-Suéltame!- grité y me safe de su agarre, lo patee y golpeé para salir corriendo

Corrí hasta la puerta, la abrí y del otro lado se encontraba uno de los guardias que Chris había dejado al cuidado de la casa, pensé que era mi salvación, pero que equivocada estaba, otros dos sujetos aparecieron detrás de él, los tres me sujetaron.

-Malditos infelices!- grité mientras me retorcía- en especial tú!- miré al guardia que nos traicionó- cuando mi amo se entere de que lo has traicionado te torturemos juntos!

-Ya cállate preciosa, creo que estás muy alterada será mejor que duermas un poco

Uno de los hombres que me sostenía sacó un pañuelo húmedo y lo acercó hasta mi nariz, al momento empecé a sentirme mareada y poco a poco me sumergí en la oscuridad.