mí padre me uso de moneda de cambio, morí y ahora, que soy? y sigo reencarnando....
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Muchos olores nauseosos, no veía con claridad al principio, hasta que fijo bien la vista, vio muchos cuerpos desnudos, algunos estaba heridos, otros bañados en sudor, recordó lo bien que la pasaba siendo beta, y no se dio cuenta. Uno siempre desea lo que no tiene pensé. Me levanté como pude y vi una pareja teniendo relaciones sexuales, él un hombre imponente, fuerte, de músculos marcados, un torso tallado por los dioses, brazos marcados musculosos al igual que sus piernas, los muslos en cada movimiento se le marcaba todo el paquete vascular y muscular, ella una mujer flaca, sin pechos, que simulaba gemidos de placer, mientras él la penetraba, vi la situación y quise escapar, me vi y tenía un cuerpo pequeño, muy delgado, tal vez desnutrido, era hombre de nuevo, en un espejo vi mi figura, daba pena, tenía una herida en mi cabeza que sangraba, estaba sucio y semi desnudo, comencé a buscar algo para ponerme arriba y cubrirme, mi mundo daba vueltas, creí otra vez me morí, quería vestirme, pero toda la ropa que encontraba tenía olores indescriptibles, de pronto en una silla cerca de la pareja había un pantalón y una camisa, me acerque despacito y aspire el aroma, era esquisto, una fragancia de los mil demonios atraía a cualquiera, aspiré llenando mis pulmones y me puse la camisa, me quedaba grande como un camisón, pero no me importó, el aroma me llenaba y hasta me protegía de los demás, me abrace a mí mismo y emprendí el viaje, o mejor dicho la fuga, eso creí porque llegando a la puerta, unos nombres de negro me instruyeron la salida, eran tan grandes que con uno bastaría, pero los dos se pusieron juntos, me asusté y me agache, saliendo entre sus piernas, por mi tamaño fue fácil, comencé a correr a ver si encontraba una salida si podía recordar algo, y allí lo vi en una foto Rodrigo y Fénix abrazados, ya viejos y rodeados de varios adultos y varios niños, me pare en seco, mis lágrimas comenzaron a brotar como manantial entre las rocas, me dolía el alma, pensé si morí y ellos siguieron su vida, solo fui un sustituto, un paréntesis y nada más. Estaba parado en la baranda del tercer piso, y la imagen estaba en la plata baja, al verla mi mundo se acabó de nuevo, por eso quise volar y pedí a la diosa dejar de reencarnar, me abracé a esa camisa que me cubría como vestido y me tiré. Pero un brazo gigante que me levanto como un muñeco entre su antebrazo y mano, me retuvo el intento de caída, me levanto como costal de papa y me dejó en su hombro derecho, yo no emití sonido, ya estaba entregado, destruido y cansado, no importaba si me usaba como esos otros cuerpos sin vida, con tal de dejar la vida me daba igual, en su hombro sentía su aroma a eucalipto y yagra, aspire como cuando tome la camisa, seguí inmóvil, entregado a mi nuevo destino. Ese moustro me llevó basta una habitación, con una cama gigante, mucha luz, ventanales que daban a un bosque, techo de cristal, y se veían las estrellas, los colores se las pareces eran gris perlado y pisos azules Francia y gris claro perlado, me bajo con delicadeza, nunca pensé que alguien como el fuera tan considerado, yo estaba maravillado, era entrar al cielo mismo, ser parte de la vía láctea o estar en el cinturón de Orión, entre sorprendido mirando todo. De pronto dijo llamen al médico. Me di vuelta y él le decía a uno de esos hombres de hace rato. Me quede mirando su rostro y comencé a llorar, a pesar de que era dos veces el tamaño de Rodrigo, tenía facciones parecidas a él, solo dije Rodrigo y caí desmayado.
El médico llegó una hora después, ya que estamos retirados de la civilización, prácticamente, me reviso y auguro la herida, veinte puntos hizo y sugirió que me hicieran una tomografía y demás estudios de rutina, dijo que veía una desnutrición severa, y un nivel bajo de feromonas. Le pregunto por qué le dijo Rodrigo como su bisabuelo y el médico no supo que decir, era muy joven para conocer a esa persona, tal vez se refería a otra persona dijo. Andrés acepto llevarme al hospital, y junto al médico viajamos a una clínica cerca, hora y media después estaban haciéndome los estudios. Me dejaron internado, por la gravedad de mi estado y la fractura de cráneo que tenía.
en la clínica recordé que me llamo Gabriel, o tengo apellido, ni padres, de pequeño me tiraron al bosque para que me comieran más fieras, por ser un gamma y en esta época los seres débiles o defectuosos somos eliminados, viví en el bosque un tiempo hasta que los hombres de Andrés Smith me cazó en una redada y me dio de trofeo con los otros cazados esa semana, en su rut por ser tan fuerte Andrés le sirven doce seres, los más fuertes comparten su cama, y en mí caso murió el dueño del cuerpo porque la Omega que lo estaba montando cuando reviví, me había golpeado con la pata de un mueble que otro Omega rompió antes, yo al ser tan débil me fracturó y morí. Al recordar eso y ver cómo uno de mis posibles bisnietos se comportaba así me dio pena, y tristeza, pensé en Napoleón y Josefina, en la nana, en Alfonso, Adolfo y Octavio que siempre me cuidaron, y me di cuenta que extrañaba más a ellos que Rodrigo, creo me hizo un click y algo se me apagó en mí corazón al ver el cuadro. Ya no quería escapar, ni vivir, ni reencarnar, estaba cansado de sufrir, solo quería dormir y volar con una brisa, hecho polvo, y desaparecer en el infinito cosmos. Me cubrí hasta la cabeza con la sábana, como si eso fuera mí escudo protector y me dormí, deseando sea para siempre.