Alguna vez han hecho alguna tonterías por amor, porque yo sí.
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Sabor a chocolate
NATALIA
Quería salir corriendo, pero el me detiene, me amenaza con quitarme la custodia de mi hijo, pero que descaro apenas aparece y quiere que yo haga lo que el dice.
--- Tienes dos operaciones número uno te vienes a vivir conmigo y nuestro hijo, y todo queda en paz o opción dos te quito la custodia de nuestro hijo y no lo verás--- dijo el muy descarado.
--- Tu no me puedes hacer eso, no me puedes obligar a vivir contigo--- dije, se que el tenía el poder para hacer lo que dice, tenía que escapar esa era la solución.
--- Ni intentes escapar, te tengo vigilada, no empeores las cosas--- dijo, parecía que leía mi mente.
--- Está bien, me voy a vivir contigo--- Fue lo que dije, tenía que ganar tiempo en lo que se me ocurre algo.
--- Muy bien, ahora ponme al corriente del trabajo--- dijo
Fui a mi oficina y el me seguía, sobre mi escritorio se encontraba una caja de chocolates, aquéllos que tanto le gustaban tomo uno y lo destapó.
--- Sabes desde que creí que habías muerto, estos chocolates me saben tan amargos les hace falta el sabor de tu boca.--- se lo hecho a la boca y me besó, yo correspondi a su beso sabor chocolate, sus manos recorrían mi cuerpo fue ahí cuando lo aparte apenas, me besó y ya me derretía.
--- Se que te gusta.--- dijo con una sonrisa triunfante.
--- Eres un idiota, espero que no se vuelva a repetir--- le dije mostrándole todos los documentos, durante el día trabajamos lo más normal posible, el en ningún momento se me despegó, incluso hasta cuándo fui al baño, parecía mi guardaespalda. Llegando la hora que tenía que ir a recoger a mi pequeño a la guardería el tomo las llaves de su coche.
--- Vamonos, dejemos esto para mañana, hay que recoger a nuestro hijo, desde hoy vivirán conmigo, tienes compensar todos estos años--- dijo, tomo de mi mano, quise soltar el agarre pero el no lo permitió. Llegamos a la guardería, el en todo momento me tenía tomada de la mano, nos entregaron a nuestro pequeño y el dijo:
--- Mami quien es este señor?---
--- Soy tu papá--- fue lo que Sebastián le dijo, con una gran sonrisa, mi pequeño estaba tan feliz, como si lo conociera de toda la vida.
--- Hoy, irás a vivir en una nueva casa, donde todos viviremos juntos--- Dijo, mientras lo cargaba, los dos tenían tanta complicidad como si siempre estuvieran juntos.
--- Yo pensé que no tenía papá--- dijo mi pequeño, con una carita triste.
--- Pues si lo tienes, y ya no te va dejar--- dijo Sebastián.
--- Donde estás?--- dijo mi pequeño
--- Trabajando lejos, pero ya viene para estar contigo y nunca te voy a dejar--- dijo Sebastián. Durante todo el camino mi pequeño le hizo infinidad de preguntas, los dos se veían tan felices.
Llegamos a nuestra nueva casa, era tan grande, un hermoso jardín con unos juegos infantiles, creo que el lo tenía todo preparado para la llegada de nuestro hijo.