Mikhail Ruttherford, el hijo menor varón de una familia con poder y dinero, acostumbrado a actuar según sus creencias, sin prestar atención a lo que otros digan de su forma de llevar las cosas, solo su perspectiva era importante, hasta llegar al punto de mantener una relación amorosa con Anastasia Petrova, la mujer de la cual estaba profundamente enamorado a pesar de las controversias y problemas que ese amor le procuraba, siendo el hecho de que la mujer ya se encontraba casada con otro hombre, por lo que su relación era un secreto que no podía salir a luz pública, mientras él debía verla ocasionalmente desfilando por la alfombra roja tomada de la mano del hombre quien era su esposo, teniendo que compartirla para poder mantenerse a su lado, aferrado a ella sin importar las condiciones.
Para distraer su mente y mantenerse alejado de la tentación de buscarla cometiendo la imprudencia de interrumpirle el evento al cual ella asistiría en compañía de su esposo. Prefirió crearse algo de trabajo extra y viajar hacia una zona remota con el pretexto de ir a ver nuevos terrenos para un negocio. Algo que no estaba dentro de sus planes era que durante ese viaje tendría un accidente que lo haría desaparecer de ese mundo durante algunos meses.
¿Qué sucederá cuando aparezca luego de su accidente?
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Capitulo 22. Memoria
MIkhail sintió como la ira se apoderaba de él al escuchar a los hombres, su mirada se iba hacia el hombre que no paraba de reír, no podía dejar de pensar en lo mucho que quería arrancarle la lengua.
- Eh, ¿Qué mierda miras? – le dice el del arma
En cuestión de segundo Mikhail realizo un movimiento, dejando que su cuerpo actuara según sus instintos y le arrebato el arma al hombre, le disparo en la pierna haciendo que cayera al suelo lamentándose, el otro hizo un movimiento para sacar su arma, pero fue más lento que MIkhail, quien le disparo justo en el hombro y luego una segunda vez en la pierna.
- Al fin te callas la estúpida boca – le dice MIkhail, en ese instante se abre la puerta de la cabaña grande, dejando ver a Freya a su espalda se encontraba otro hombre sosteniéndola y apuntándola con su arma, mientras salían despacio.
- ¿Qué pasa?, ¿No vas a disparar? – le grita el hombre tras de Freya, Mikhail sentía que su corazón podría detenerse justo en ese instante, no quería ser imprudente, no cuando el arma la estaba apuntando a ella - ¡Baja la maldita pistola! – le grita el hombre
Mikahail sentía impotencia, pero más que nada tuvo miedo de que pudiera hacerle algo a Freya, así que solo se resignó y bajo el arma.
En ese instante se escucha un disparo, el corazón de Mikhail latía tan rápido que podría salir por su garganta, “Freya, Freya, Freya” decía su mente mientras su mirada se concentraba en la mujer, maldiciéndose a sí mismo por haberla puesto en aquella situación, pensando que la bala había sido para ella.
Pero la mujer estaba aún en pie y el hombre a su espalda cayó al suelo con un agujero en su cabeza.
- ¿Qué?, ¿Quién? – dice MIkhail mirando tras él
- Nunca bajes el arma idiota – le dice la voz de un hombre que caminaba hacia él – al parecer he llegado en un momento de diversión – le dice el hombre disparándole a los otros dos hombres, matándolos con un disparo en la cabeza
- ¿Quién es usted?, ¿Viene con esos tipos? – le dice Mikhail tomando nuevamente el arma y apuntando
- ¡Lukas! – le grita Freya preocupada y asustada
- ¡Quédate allí! – le grita Mikhail sin quitarle la mirada al hombre frente a él
- Si vinieran conmigo, ¿crees que los hubiera matado? – le dice parándose frente a MIkhail sin prestarle la más mínima atención al arma que lo apuntaba directo a su pecho
- Entonces, ¿Quién es? y ¿Qué es lo que quiere? – le dice sin dejar de apuntarlo, no confiaba aun en aquel hombre el cual emitía una sensación de peligro.
- Yo soy Vasily Vanatori y te he estado buscando – le dice sonriéndole, algo que le causo escalofríos a MIkhail
- ¿Para qué?, ¿Qué quiere conmigo? – le dice viéndolo firme
- Contigo no quiero nada, en realidad no me interesa en lo más mínimo lo que te suceda, pero hay alguien a quien si le importa y es por eso que estoy aquí – le dice en tono tranquilo – es por eso que te he buscado hasta el cansancio, para revivirte del mundo de los muertos, porque quiero que vuelvas al mundo de los vivos, Lukas Hill o qué tal si comienzas a utilizar nuevamente tu verdadero nombre, Mikhail Ruttherford – le dice viéndolo fijamente
- ¿Qué? – aquel nombre, en el instante en que Mikhail lo escucho toda su cabeza comenzó a dar vuelta ya doler, provocando que cayera arrodillado ante el hombre sosteniendo su cabeza tratando de sobrellevar aquel dolor.
- ¡Lukas! – le grita Freya corriendo hacia él
“MIkhail – le dice una mujer en tono dulce, Mikhail – le dice un hombre alto muy parecido a él, MIkhail, vivimos para ser felices – le dice una mujer mientras lo abraza, Mikhail Ruttherford, MIkhail, MIkhail, MIkhail”, su cabeza iba a explotar, gritaba de dolor mientras las imágenes pasaban una tras otras, todas aquellas personas incluyendo el recuerdo de su madre “Oh, mi hijo es un romántico” le dice la mujer recibiendo una rosa, la última rosa que él le regalo antes del accidente, antes de perderla.
- ¡Lukas!, ¡Lukas!, ¡Lukas!, por favor, dime ¿Qué sucede?, ¿Qué te pasa? – le dice Freya tratando de calmarlo mientras lo abraza por la espalda - ¡Lukas! – le dice, mientras el hombre con la cabeza gacha, gritaba de dolor - ¿Qué le hizo? – le dice Freya al hombre parado frente a ellos
- No le he tocado ni un pelo – le dice el hombre mostrándole sus manos libres – solo lo saqué de su fantasía y lo traje a la realidad – le dice viendo a MIkhail revolcarse – ve a atender a tu padre y a tu hermano – le dice el hombre viendo hacia la cabaña
- Pe… Pero – Freya no quería dejar a Lukas solo con aquel hombre tan sospechoso
- No le hare nada niña, de haberlo querido matar lo hubiera hecho en el momento en que mate a los otros – le dice despreocupado, como si toda esa situación le pareciera un simple fastidio - ¿no me crees? – le dice al ver que la mujer no se iba – definitivamente todos son una completa molestia – le dice tomando el cuello de la camisa de Mikhail, después lo comenzó a arrastrar
- ¿Qué hace? – le dice Freya alterada
- Solo camina y atiende a tu familia, a este lo meteré a rastras hasta que se recupere, si nos quedamos allí seremos blanco fácil – le dice mientras caminaba, MIkhail sentía tanto dolor, confusión y un sinfín de cosas, que el hecho de estar siendo arrastrado no era algo que su mente tomara en cuenta en ese instante
Gunnar y Gunther se encontraban en la cocina, cada uno sentado en una silla, amarrados y golpeados, más el padre que el hijo. Freya corrió a desatarlos y a ayudarlos, mientras el hombre dejaba a Mikhail en la sala.
Al cabo de unos minutos Mikhail paro de gritar, su cabeza aun daba vueltas, pero el dolor ya se había calmado, se sentó allí mismo en el suelo, su respiración era agitada y su corazón aun latía fuerte.
- ¡Lukas! – Freya corrió hacia él después de curar las heridas de su padre y su hermano – Lukas, ¿Cómo te siente?, ¿ya estas mejor? – le dice preocupada agachándose a su lado
- Si, ya, ya, estoy un poco mejor – le dice agitado
- ¿Qué te sucedió?, ¿Por qué gritabas? – le dice viéndolo con mortificación
- Es porque yo, ya pude recordar quien soy Freya – le dice tomando la mano de la mujer.