Un encuentro con un salvador desconocido provoca que Jaden recuerde su primer vida. Y se da cuenta de que en realidad es un carne de cañón, quien es sacrificado por el villano en la historia original.
No solo eso, sino que su salvador resulta ser su personaje favorito del libro, quien también muere traicionado por sus amigos.
Con esta nueva información Jaden toma una decisión, ¡destrozar la trama del libro!
¿Lo logrará? O, antes de que pueda hacer un movimiento, ¿será arrastrado de nuevo a lado del villano para ser sacrificado?
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Negación
...
Asustado por aquella calidez sutil en el pecho, Jaden respiró profundamente y apartó dichos pensamientos como si le estuviesen quemando por dentro. En primera, no era el lugar adecuado para reflexionar en profundidad sobre la vida; en segunda, no estaba seguro de querer llegar al fondo del significado real de aquel latido.
Después de todo, sería mentira decir que lo sucedido con Astor no le afectaba incluso ahora. Poco importaba si su “amistad” estuvo influenciada por la trama original, o no. El dolor de la traición y el pánico que sintió aquel día… parecía estar grabado en su corazón todavía.
Quizás era debido a su mala suerte que lo llevó a encontrarse con el villano en este viaje, pero ese encuentro y la actividad de cacería le hizo inevitable el recordar cosas que estaban en el olvido, o incluso, que creía superadas. Por eso, ahora, cuando la situación dejaba entrever sus propios sentimientos románticos… se tornaba en algo complicado. Porque no era lo mismo perseguir a su favorito, que enamorarse de él. La brecha bien podría ser de dos mundos.
Así que para Jaden la mejor opción era quedarse en la admiración de un fanático. Siendo así, podía acercarse sin problemas a Fegan en esos “choques accidentales”, sonreírle y abrazarlo; además de tratarlo como un amigo. Un paso más allá… ni siquiera se atrevía a pensarlo.
—Gracias por preocuparte por mí… —susurró al cabo de unos minutos. —De verdad…
Fegan se sorprendió al oírle, pensando que ya habían dado el tema por terminado cuando no recibió respuesta. A pesar de ello, no se había molestado por el silencio prolongado del omega. Después de todo, no le era difícil imaginar el motivo por el que Jaden tuvo que preguntar directamente si le importaba, e incluso, esperaba que dudara de su respuesta…
Conocía su trasfondo y el prejuicio existente que lo rodeaba. Siendo así, era fácil suponer que él nunca tuvo amigos leales y sinceros. En ese caso, ¿qué persona no se cuestionaría los motivos de otros cuando les ofrecieran ayuda?
Ya había notado que a pesar de siempre mostrar una sonrisa en el rostro y hasta bromear con ellos, en realidad Jaden mantenía una distancia de todos. No los alejaba deliberadamente, tal vez ni siquiera él mismo fuera consciente de que lo hacía. Solo en el último día, esa barrera invisible pareció desdibujarse apenas un poco.
Fegan no sabía a qué se debía este cambio, pero le alegraba tener la oportunidad de decir las cosas de forma directa justo ahora.
—Hmm. Eres mi amigo, igual que Dathan y Lance. Así que claro que me preocuparé por ti —dijo de manera firme. Quería que el chico estuviese seguro de su amistad.
No obstante, a un lado, el omega suspiró y miró las llamas oscilantes. La luz cálida iluminaba su rostro, pero en su interior había una frialdad que se extendía poco a poco.
“¿Qué derecho tengo a sentirme decepcionado por sus palabras?”, se quejó. “¿No es lo qué quiero? ¿Mantener todo a nivel de amistad y fanatismo?”
—Es bueno ser tu amigo… —susurró el pelinegro, mostrando una expresión apesadumbrada. Fue una lástima que la otra persona en el lugar le estuviese dando la espalda y no pudiera notar nada.
Quizás alguien externo podría considerar las acciones de Jaden como irónicas, hipócritas o hasta egoístas, pero aunque así fuera, él no estaba dispuesto a cruzar el delgado hielo que le separaba de la verdad todavía. No por ello dejaba de sentirse incómodo al escuchar las palabras de su favorito.
Sin embargo, la presión psicológica disminuyó sobremanera, así como la calidez en su corazón dejó de ser tan opresiva.
“¿Qué clase de auto engaño es este?”, una parte de sí mismo recriminó. Y de igual manera, se ignoró a sí mismo.
Suspiró y se acercó a la hoguera un segundo después. Entre más rápido se secaran, antes podrían irse y dejar este asunto atrás.
—
Una hora después, ambos emprendieron el viaje de regreso, o al menos esa era la intención. Con sumo cuidado, temiendo que hubiese criaturas extrañas, no se alejaron de la orilla del río, y volvieron por la que creían, era la ruta que los había llevado hasta ahí. Y mientras tanto, tuvieron tiempo de sobra para preguntarse qué es lo que había provocado su situación actual.
Fegan estuvo atento todo el tiempo antes de caer por el barranco, así que pudo contarle a Jaden lo que había pasado, además de sus teorías. Fue de esta manera que el chico se enteró de lo sucedido.
—¿Nos lanzó lejos? ¿Cómo pudo haber perdido el control de su poder? —preguntó Jaden. No es que dudara de las palabras de su favorito, pero nunca imaginó que las cosas sucedieran por esa razón. Recordaba que la bomba de agua había lanzado sus cuerpos contra la pared de piedra. Y fue el impacto del agua lo que provocó el derrumbe.
—Creo que se debió a aquel chico llamado Eni. Por su cabello, deduzco que es un mago de fuego. Y Lance ya había dicho que se sentía incómodo aquí adentro… solo puedo pensar que su magia fue estimulada por el elemento que chocaba con el suyo.
El omega asintió, comprendiendo un poco. Sencillamente, un accidente tras otro. Claro que saber eso no era suficiente para que su molestia para con aquel chico inoportuno disminuyera.
—Como sea… lo que pasó, no podemos cambiarlo ahora —dijo al cabo de un rato. —Confío en que Lance y Dathan se encuentran bien…
—Lo estarán. En su lugar, me preocupo más por nosotros —reconoció el alfa.
—Eso es cierto… —Jaden conocía la existencia del halo del protagonista, por lo que realmente esperaba que aquellos dos estuviesen a salvo. Además, escuchando lo que dijo Fegan cayó en cuenta que él como un simple carne de cañón, corría más riesgo de morir ahí abajo, que los demás, por lo que obligó a su corazón a mantenerse tranquilo y su mente despejada. Por ello, no pudo evitar acercarse al pelirrojo, pues la luz en su mano iluminaba el camino con intensidad, y eso le daba una mayor sensación de seguridad.
Sin embargo, lo que había sucedido con el peliazul no dejaba de hacerlo sentir incómodo… Y lo más extraño, vio un par de similitudes de cierta escena de la novela con lo sucedido ahora, por lo que fue inevitable comparar.
En la historia original nunca se mencionó que alguno de los amigos del protagonista perdiera el control de sus habilidades, ni mucho menos se describió la existencia de las cuevas y su extraña influencia.
Lo más desastroso que habían experimentado los chicos en la novela fue la guerra civil de cinco años, pero ni siquiera en ese momento —luego de que familiares y conocidos cayeran en batalla— perdieron el control de su poder. Sin embargo, Lance se había encontrado con esto en una simple caminata escolar. ¿Acaso era la naturaleza de la cueva chocando con su propio elemento? O, ¿se trataba de algo más?
“Un momento…”, Jaden detuvo sus pensamientos, y pronto estalló un recuerdo: en la historia original nunca se dijo que los chicos perdieran el control, eso era cierto. No obstante, sí se mencionaba un suceso extraño en torno a Lance. No se daban detalles, dado que todo era desde la perspectiva del protagonista, y por ende, lo que él no sabía, los lectores tampoco, así que lo ignoró hasta ahora. Pero su intuición le decía que ambos sucesos podrían estar relacionados.
El omega forzó a su memoria, cuidando que ningún detalle fuese olvidado.
Dathan estaba a punto de ser coronado emperador, así que el ambiente festivo estaba en su apogeo en el palacio. Todos le mostraban respeto y le felicitaban. En resumen, la atención era excesiva para un chico que jamás quiso ser emperador. Y desde luego, el protagonista tuvo un raro momento de pánico escénico. Por lo que llamó a sus amigos uno por uno. Eder, Bel y Fegan llegaron a la biblioteca al ser convocados, pero Lance nunca apareció.
Queriendo estar con todos, el futuro emperador fue él mismo a la habitación del peliazul, aun en contra de las protestas sutiles de Bel. Tocó la puerta, pero nadie abrió.
Temiendo que algo pudiese haberle pasado a su amigo, decidió entrar. Y apenas abrió un milímetro la puerta, cuando un dulce olor lo recibió. ¡Esa era claramente la feromona de omega!
El protagonista se sorprendió tanto, que olvidó retirarse. Además, sería mentira decir que no se sintió tentado. Nunca antes había sentido una feromona tan agradable. Sin embargo, antes de poder hacer algo, Lance apareció. En ese momento se veía distinto de lo usual.
A lo largo de los años, el chico se había vuelto distante con todos y rara vez sonreía, convirtiéndose en la sombra de lo que antes fue. Aunque en ese momento, tenía un encanto extraño en su cuerpo. Sin saber cómo o por qué, Dathan se acercó y lo tomó de la mano. Parecía estar bajo un hechizo que lo seducía.
No obstante, apenas tocó un centímetro de la palma del otro, cuando fue atacado. El peliazul le golpeó con una gran bomba de agua que lo lanzó fuera de la puerta. No era un ataque que lastimara, pero sí buscaba alejarlo. Y con torpeza, Lance cerró la puerta sin decir una palabra.
Antes de que el protagonista pudiese comprender lo sucedido, apareció el bottom.
Luego de ser alejado por este, Dathan se dio cuenta de la anomalía del peliazul. Y por supuesto, le preguntó al chico si sabía qué estaba ocurriendo, dado que eran primos cercanos. No obstante, la respuesta que recibió le hizo ignorar con fuerza el asunto.
Bel se sonrojó y reconoció con tristeza que Lance tenía un amante omega. Y dado que Eder no sabía nada, le rogó al futuro emperador que no lo volviera a mencionar, pues su compromiso podría arruinarse.
Reacio, Dathan no tuvo más opción que comprometerse.
En aquel momento Jaden se sorprendió, y si era sincero, aplaudió la infidelidad de Lance, pues era obvio que el chico había sido despreciado más de una vez por Eder… pero luego de presenciar el accidente ese día, ya no estaba seguro de las palabras de Bel.
Además, ahora que había convivido con el peliazul y conocía mejor su naturaleza, dudaba que fuera esa clase de persona, por más desesperado que se sintiera. Podía asegurar que Lance jamás traicionaría a su pareja. Prueba de ello es que había preferido romper el compromiso con Eder cuando le atacó (a Jaden), que aferrarse a su relación sin futuro.
¿No era una clara muestra de su franqueza y lealtad?
Unió aquella escena en la novela, con lo que había ocurrido ese día.
“Es obvio que Lance no tiene un amante ahora… y la explosión de magia fue similar. Significa que en la novela, ¿Lance perdió el control cuando fue tocado por Dathan? Pero… ¿de dónde venían las feromonas que percibió el protagonista?”
Sin respuestas claras y más confundido que antes, Jaden dejó el tema de lado por el momento. De todos modos, presentía que cuando se reuniera de nuevo con Fegan, comprendería todo.
Siguieron caminando por un rato en silencio, pero su mente nunca se detuvo. Fue así que el omega recordó lo que habían dicho los chicos antes de entrar.
Levantó el rostro y miró la cara lateral de Fegan, la cual estaba iluminada por la luz en su mano. El pelirrojo le devolvió la mirada.
—¿Sucede algo? —El omega asintió.
—¿No te sientes extraño? ¿La cueva no te está afectando? Hemos estado aquí demasiado tiempo.
El alfa escuchó sus preguntas, pero no respondió de inmediato. Desvió el rostro como si tratara de ocultar algo. Solo atinó a mostrar una sonrisa, que incluso Jaden pudo decir que era extraña.
—No.
—¿Seguro? —insistió el menor, con un mal presentimiento. Antes no había creído en la importancia de las cuevas y su relación con los elementos. Sin embargo, luego de lo sucedido con Lance, y más aún al no saber la causa real detrás de aquella explosión de poder, no se atrevía a ser negligente. Sobre todo, cuando su favorito era un mago de fuego. Una explosión de agua era una cosa… pero una explosión de fuego… no quería ni pensar lo grave que sería eso. Era probable que ni siquiera sus huesos quedaran al final para ser enterrados.
—Claro. Solo quiero salir de aquí pronto. Nunca creí que nuestra excursión terminaría de esta manera. —Jaden miró el rostro de Fegan, y no encontró ninguna razón para preocuparse, por lo que se relajó.
No se había dado cuenta de que la frente del alfa tenía unas cuantas gotas de sudor, y sus mejillas se veían ligeramente sonrojadas. Parecía estar reprimiendo algo… y el brillo que oscilaba en sus ojos así lo demostraba.
Sin decir más palabras, ambos siguieron caminando por al menos otra hora.
Luego de lo que pareció una eternidad y serpenteando entre varias rutas, por fin llegaron a un camino conocido. Claro que no tuvieron tiempo para sentirse alegres, cuando se enfrentaron a otro problema. El sendero estaba obstruido por un muro de piedras.
Se miraron el uno a otro y no supieron qué hacer a continuación. ¿Quedarse ahí? ¿Moverse a otro lugar esperando tener mejor suerte? ¿Derribar el muro que les obstruía el paso?
Esta última opción los hizo temblar. Si se arriesgaban a mover una sola piedra, podrían provocar un segundo derrumbe. E irse… tampoco parecía una opción viable. No conocían más que las sendas establecidas para los turistas, y adentrarse en la cueva sin un guía era una mala idea, así como imprudente.
Parecía que la única opción correcta era esperar a ser rescatados. Pero sin agua y comida, ¿cuánto tiempo podrían aguantar?
Jaden miró las piedras, y al cabo de unos minutos se dejó caer en el suelo con un suspiro. Estaba cansado, y sus pies dolían debido a la caminata. Al menos descansar un poco le ayudaría a despejar la mente.
Al verlo, Fegan le imitó y se sentó a su lado… casi. Estaban cerca, si es que un metro de distancia se consideraba cercanía. No obstante, el pelinegro estaba tan cansado que no se dio cuenta de este detalle. En su lugar, las actividades acuáticas y la larga caminata habían agotado su energía y se sintió somnoliento apenas sentarse.
No era lo más prudente en su situación, pero no pudo evitar quedarse dormido.
—
Lo que le despertó fue el intenso olor amaderado, que llenaba sus fosas nasales y le provocaba una sed aterradora. La esencia le cubría por completo y le mareaba.
Atontado, Jaden abrió los ojos y miró a su alrededor. El lugar estaba a oscuras, distinto al momento previo a quedarse dormido. Al parecer, Fegan había terminado con el hechizo de luz.
“Quizás está durmiendo…”, pensó con la mente aletargada todavía. Sin embargo, apenas tuvo tiempo de terminar el pensamiento, cuando una mano cálida atrapó su muñeca, la cual intentaba dirigir para acomodar su largo cabello.
—¿Eh? —exclamó asustado y sorprendido.
Al poco tiempo su visión se acostumbró a la oscuridad, y fue entonces que alcanzó a distinguir la silueta de una persona, la cual se cernía sobre él como una bestia en plena cacería. Con dolor, descubrió que él parecía ser la presa…
—¿Fegan? —llamó con una evidente nota de miedo e incredulidad.
Los ojos rojos como rubíes tenían una agresividad y tiranía que jamás imaginó. Ser mirado por esos ojos… provocó que cada diminuta célula de su cuerpo se sintiera arder.
“No, no, no, imposible. No puede ser Fegan. ¿Qué está pasando?”, se preguntó.
En un completo estado de negación de lo que veía, intentó levantarse y alejar a la persona sobre él. Pero este invitado no estaba contento. Como una bestia reclamando su territorio y a su presa, se dejó caer sobre su cuerpo.
Con una sola mano tomó las suyas, y las llevó arriba de su cabeza. El omega había quedado totalmente inmovilizado con tanta facilidad, que parecía una broma.
—¡Quítate de encima, hombre salvaje! —gritó en la oscuridad. —¡Fegan! —llamó. Pero toda la respuesta que obtuvo fue la nariz del hombre salvaje paseándose por su cuello, como si le perteneciera y no dudara de ello.
No había ningún rastro de vergüenza, y sí mucha ambigüedad.
...
posdata autora mira seirei gensouki je
me encanta tu historia espero con ansias más capítulos /Smile/