Mi Historia Entre Tus Manos

Luego de la conversación con sus padres, Ethan y Emma regresaron a la oficina, sintiéndose aliviados y emocionados por haber dado ese importante paso en su relación. La charla había sido más sencilla de lo que esperaban; Annia, Kyle, James, y Cloe habían aceptado su relación con cariño y comprensión, aunque no faltaron las bromas y advertencias típicas de padres preocupados. Ahora, de vuelta al trabajo, los dos se concentraron en sus tareas, pero había una alegría palpable entre ellos que ninguno podía ocultar.

A lo largo del día, cada vez que sus miradas se cruzaban en la oficina, sonrisas cómplices se intercambiaban entre ellos, recordándoles la conexión especial que compartían. Aunque intentaban mantener la profesionalidad, sus compañeros notaban el cambio en el ambiente, algunos lanzando miradas curiosas, pero respetuosas.

Al final de la jornada, cuando el sol comenzaba a descender, tiñendo el cielo con tonos cálidos, Emma se acercó al escritorio de Ethan. Él estaba revisando algunos documentos, pero al verla, dejó todo a un lado y le dedicó toda su atención.

-¿Estás lista para irnos?- preguntó Ethan, con una sonrisa suave.

Emma asintió, pero su expresión reflejaba que tenía algo en mente.

-Sí, pero… ¿te importaría si me dejas en el departamento de Alex? Quiero hablar con él sobre todo esto. Es importante para mí que lo sepa de primera mano.

Ethan asintió comprensivamente.

-Claro, Emma. Alex es una parte importante de tu vida. Me parece bien que hables con él.

Emma le devolvió la sonrisa, agradecida por su apoyo.

-Gracias, Ethan. Te lo aprecio mucho.

Minutos más tarde, Ethan y Emma llegaron al departamento que ella compartía con Alex. El edificio era moderno y acogedor, con una fachada de ladrillo que reflejaba la luz del atardecer. Ethan se estacionó en la calle, justo frente a la entrada, y apagó el motor.

-¿Quieres que te acompañe hasta la puerta?- ofreció Ethan, pero Emma negó suavemente con la cabeza.

-No, está bien. Quiero hablar con él a solas. Pero gracias por ofrecerte- Se inclinó para darle un beso suave en los labios-Te llamaré luego, ¿sí?

-Por supuesto, amor- respondió Ethan, sonriendo- Te amo.

-Te amo- replicó ella, le lanzó una última mirada antes de salir del coche y entrar en el edificio. Subió rápidamente por las escaleras hasta el departamento, donde Alex estaba terminando de preparar la cena. La casa olía a comida recién hecha, y la familiaridad del lugar la hizo sentir un poco más relajada, aunque todavía estaba nerviosa por la conversación que iba a tener.

Alex levantó la vista al escuchar el sonido de la puerta. Al ver a Emma, dejó lo que estaba haciendo y se acercó a ella con una sonrisa, pero sus ojos reflejaban una ligera preocupación.

-Hola, Em,- la saludó, dándole un abrazo fraternal- ¿Todo bien?

Ella asintió mientras se descalzaba y se dirigía hacia el sofá, donde se dejó caer con un suspiro. -Sí, todo muy bien, solo… han pasado muchas cosas, y necesitaba hablar contigo.

Alex la miró con atención, reconociendo el tono serio en su voz. Se sentó a su lado, apoyando su brazo en el respaldo del sofá.

-Cuéntame, ¿qué pasó?

Emma tomó una respiración profunda, organizando sus pensamientos.

-Hoy, Ethan y yo hablamos con nuestros padres… les contamos sobre nosotros, sobre nuestra relación. Les dijimos que estamos juntos.

Los ojos de Alex se iluminaron con sorpresa, y luego una sonrisa cálida se extendió por su rostro. -Eso es… genial, nena. De verdad me alegra que hayan dado ese paso. Se ve que se gustan mucho.

Emma sonrió, aliviada por su reacción.

-Gracias, Alex. Sabía que podía contar con tu apoyo. Pero también sé que probablemente estás preocupado por mí.

Alex asintió lentamente.

-Sí, lo estoy. Eres como una hermana para mí, y quiero asegurarme de que estés bien. Recuerda que estuve contigo siempre- le recordó- Ethan parece un buen tipo, pero todos cometemos errores, y yo solo quiero que seas feliz.

Emma tomó la mano de Alex, agradecida por su sinceridad.

-Sé que lo haces porque te importo, y te lo agradezco. Ethan y yo hemos pasado por muchas cosas, pero estamos tratando de hacer las cosas bien esta vez. Él me hace feliz, Alex. De verdad- agregó la muchacha, luego le contó como se habían dado las cosas al día siguiente de que ella fuera a hablar con Ethan y no lo encontrara.

Alex le devolvió el apretón en la mano y luego la soltó, cruzando los brazos mientras pensaba en sus palabras.

-Me alegra escuchar eso, Em. Pero prométeme algo, ¿sí?

-Claro, lo que sea- respondió Emma.

-Si en algún momento sientes que algo no está bien, si hay algo que te molesta o que te preocupa, prométeme que lo dirás. No importa lo que sea. No quiero que te guardes nada por miedo a herir sus sentimientos o lo que sea. Tienes que ser honesta, contigo misma y con él.

Emma asintió con firmeza.

-Lo prometo, Alex. Ya hemos tenido suficiente de ocultar cosas el uno al otro. No quiero que eso vuelva a suceder.

-Bien,?- dijo Alex, visiblemente aliviado- Entonces, ¿quieres quedarte a cenar? La cena casi está lista.

Emma sonrió, agradecida por su preocupación y por su apoyo incondicional.

-Claro, me encantaría. Pero primero, ¿puedo llamarle a Ethan? Le dije que lo haría después de hablar contigo.

Alex hizo un gesto con la mano, animándola.

-Por supuesto, hazlo. Yo terminaré de preparar la mesa.

Emma sacó su teléfono y caminó hacia su habitación para hacer la llamada. Mientras marcaba el número de Ethan, se sentía mucho más tranquila sabiendo que contaba con el apoyo de Alex. Era como un peso menos sobre sus hombros.

Ethan respondió al segundo tono, su voz cálida al otro lado de la línea.

-¿Hola, amo? ¿Cómo te fue?

-Hola, Ethan. Todo bien, hablé con Alex y… fue mejor de lo que esperaba. Está feliz por nosotros, solo… bueno, se preocupa, como siempre.

-Me alegra escuchar eso- dijo Ethan, con un tono que reflejaba su alivio- Entiendo que se preocupe, es natural.

Emma sonrió suavemente, aunque él no podía verla.

-Me quedaré aquí a cenar con él esta noche, pero quería que supieras que está todo bien. Mañana nos vemos en la oficina.

-Perfecto- respondió Ethan- Me alegra que las cosas hayan salido bien. Disfruta la cena y cuídate, ¿sí?

-Lo haré. Te mando un beso, cielo.

-Un beso para ti también, nena. Buenas noches.

-Buenas noches, te amo.

-Te amo...

Emma colgó el teléfono y se quedó un momento en su habitación, procesando lo que acababa de pasar. Las cosas estaban avanzando en su relación con Ethan, y aunque había incertidumbres, sentía que todo iba en la dirección correcta. Con una sonrisa tranquila, salió de la habitación y se unió a Alex en la cocina para disfrutar de una cena en la que sabía que estaba rodeada de cariño y apoyo.

Mientras cenaban, los dos amigos charlaron sobre que harían ahora que Emma estaba de novia con Ethan, la muchacha le dijo que las cosas seguirían como hasta ahora, ella viviría con él, y de vez en cuando tal vez pasaría alguna noche en el departamento de Ethan, pero su relación de amigos no cambiaría para nada.

Alex sonrió satisfecho, mientras que en su interior su alegría era mucha, ya que al fin su amiga había conseguido la felicidad que tanto había deseado junto al hombre que amaba.