RECUPERAR TU AMOR

Angie y Melissa se encontraban regresando a casa después de una tarde divertida en el cine con los niños. Los pequeños estaban agotados y se habían quedado dormidos en el auto, lo cual era de esperarse después de una tarde llena de emociones y diversión.

—Los niños se durmieron, era de esperarse. Melissa, están cansados los dos. Lo importante es que les gustó la película. Fue una buena idea llevarlos al cine —dijo Angie, sonriendo mientras conducía.

—Sí, definitivamente fue una excelente idea. Me alegra verlos tan felices y disfrutando de la película. Seguro tendrán dulces sueños cuando lleguemos a casa —respondió Melissa, mirando a los niños dormidos en el asiento trasero.

En ese momento, Melissa notó que los cachorros que habían adoptado recientemente también estaban dormidos junto a los niños. Los pequeños perros se habían acurrucado en sus camas improvisadas al lado de los asientos. La escena era tierna y Melissa no pudo evitar sonreír al verlos tan tranquilos.

—Ya casi llegamos a casa y los cachorros también están dormidos. Míralos durmiendo al lado de los niños. Son tan adorables —comentó Angie, desviando la mirada de la carretera por un momento para observar a los cachorros.

—Sí, son una gran compañía para los niños. Estoy feliz de haberlos adoptado. Son una adición maravillosa a nuestra familia —dijo Melissa, acariciando suavemente la cabeza de uno de los cachorros.

Mientras continuaban su camino a casa, Melissa señaló algo en la otra esquina de la calle que llamó su atención.

—Mira, Angie, en la otra esquina de la casa hay dos motos estacionadas. ¡No son las motos que vimos la otra noche, Angie! —exclamó Melissa, emocionada, sin quitarles la mirada a las motos.

Angie se giró para ver lo que Melissa señalaba y también quedó sorprendida al reconocer las motos.

—Tienes razón, Melissa. Son las mismas motos que vimos aquella noche. ¿Recuerdas cuando pasaron por el lado del auto?. Fue una escena tan misteriosa y emocionante —recordó Angie, con una chispa de intriga en sus ojos.

Melissa asintió, recordando esa noche en la que vieron a los dos motociclistas pasando por el lado de ellas con sus cascos.

—Sí, fue una noche muy intrigante. Nunca supimos quienes eran, pero ahora ver sus motos aquí me hace preguntarme si algo está sucediendo —comentó Melissa, sintiendo cómo su corazón comenzaba a acelerarse ante la posibilidad de que Samuel y Pablo estén cerca de ellas.

Angie estacionó el auto frente a la casa y ambas salieron para observar las dos motos más cerca de ellas . Parecían las mismas que habían visto aquella noche, con sus distintivos diseños y accesorios.

—¿Crees que podríamos descubrir qué son ellos esta vez? —preguntó Angie, emocionada por la posibilidad de volver a ver a Pablo.

Melissa miró las motos y luego a Angie, con una sonrisa en su rostro —dijo Melissa, con determinación en su voz sería la mejor noticia de nuestras vidas.

Ambas amigas se miraron, compartiendo una conexión especial y la emoción de lo que estaba por venir. Sabían que esta nueva situación las llevaría a vivir un emocionante y divertido reencuentro con sus esposos, lleno de amor y sorpresa.

Angie con cuidado bajó a su pequeña hija del auto en brazos, procurando no despertarla. La niña se aferraba a su madre, aún sumida en un profundo sueño. Mientras tanto, Melissa también levantó a su pequeño hijo Samuel, quien dormía plácidamente en su asiento. Con delicadeza, lo sacó del auto, teniendo cuidado de no despertarlo.

Una vez fuera del auto, Angie y Melissa caminaron hacia la casa, sosteniendo a sus hijos en brazos. Los cachorros, al escuchar el movimiento, se despertaron y comenzaron a saltar emocionados, llenando el ambiente con sus ladridos alegres. Aunque los intentos de las amigas por calmar a los cachorros fueron en vano, lograron que los niños siguieran dormidos en sus brazos.

Con paciencia, Angie y Melissa ingresaron a la casa y se dirigieron a las habitaciones de los niños. Angie colocó a su hija en su cama con cuidado, arropando a Paola con una manta suave para que continuara su dulce sueño. Melissa hizo lo mismo con su hijo Samuel, asegurándose de que estuviera cómodo y abrigado.

Una vez que los niños estuvieron acostados y los cachorros se calmaron un poco, Angie y Melissa salieron de las habitaciones. Se encontraron en el pasillo y compartieron una sonrisa al ver que habían logrado realizar la tarea sin despertar a los pequeños.

—¡Lo logramos! Ahora podemos trabajar un poco con el caso de Ferrer antes de ir a dormir —susurró Melissa, aliviada.

—Sí, ha sido todo un desafío, pero valió la pena. Nuestros pequeños están en sus camas y podrán descansar tranquilos —respondió Angie, con una expresión de satisfacción en su rostro.

Ambas amigas se sentaron en la sala con los nuevos papeles que tenían sobre el caso de Tomás Ferrer.

 Estaban orgullosas de haber cuidado de sus hijos y de haber superado la situación con los cachorros. Sabían que al día siguiente les esperaban nuevas aventuras y desafíos, pero ahora era momento de recargar energías para estar listas para lo que viniera.

Con la tranquilidad de saber que sus hijos estaban descansando seguros y en paz, Angie y Melissa se dejaron llevar por el trabajo .

Después de un rato Angie se levantó de la silla dejando unos papeles ahí —¿quieres café ?—le pregunto a Melissa.

Ella asintió con una sonrisa y respondió: "¡Claro , me encantaría tomarme un café contigo! así descansamos un poquito no lo crees Angie.

Ella asintió y dijo:"¡Definitivamente! Un café nos vendría bien para descansar un poco y recargar energías.

Melissa se levantó de la silla y se acercó a la cocina para preparar el café. Mientras tanto, Angie sacó su celular y comenzó a revisar sus mensajes.

Después de unos minutos, Melissa regresó con dos tazas de café humeante y se sentó frente a Angie. Ambas disfrutaron de su café en silencio, disfrutando del momento de tranquilidad y compañerismo.

Cuando terminaron sus tazas, Angie se levantó y recogió los papeles que había dejado en la silla, agradeciendo a Melissa por el café y la compañía. Las dos se despidieron con una sonrisa, sintiéndose renovadas y listas para ir a descansar ya mañana sería otro día...

Continuara...