MATRIMONIO CON UN DESCONOCIDO

María Eugenia terminó de enjabonar todo su cuerpo, pero sus lágrimas no dejaban de salir, realmente no entendía por qué su vida perfecta parecía estar cambiando para mal.

Se enjabonó el cabello y el rostro, duró largo rato bajo el agua, cuando terminó, cerró las llaves de la regadera, tomó su bata de baño, se puso una toalla en la cabeza.

Cuando terminó de secar su cuerpo, salió del baño para ir al closet, en el momento que cruzó la puerta, lo encontró sentado en la cama.

Nain le sonríe seductoramente y divertido le dice.

-Tienes razón María Eugenia, eres una mujer hermosa, pero también es cierto que eres una mujer muy problemática, no creo que en este mundo exista un hombre que pueda soportar tu forma de ser tan mimada.

Quiero pedirte un favor, puedes ponerte mañana un short pequeño que deje ver tus piernas; no quiero que preguntes nada, ni me respondas, solo hazlo si quieres o ponte otra cosa si no lo quieres hacer.

María Eugenia frunce el ceño, no entendía su petición, parecía una petición extraña y no le gustaba no saber por qué le pedía que usara esa ropa.

Sus manos las lleva a su bata en la parte de arriba, cerca de su cuello, inquieta le dice.

-Pareces un pervertido pidiéndome eso, pensé que habías dicho que no me harías nada, que lo de hace rato solo había sido un juego pero escucha lo que me pides en este momento.

Realmente empiezo a pensar que tienes razón y tú no eres un buen hombre, debería pedirte que te vayas, que te alejes de mí.

Nain, ya discúlpame si te hice sentir incómodo antes, en verdad no pensé en lo que te podría hacer sentir, te prometo que no lo volveré a hacer.

Realmente prefiero ser tu amiga y no tenerte miedo, porque con esto, solo estás haciendo que eso pase.

Yo realmente no puedo pedirte que te vayas, que olvidemos todo y cada uno con su vida, te lo dije tengo unos problemas, necesito que sigas fingiendo ser mi esposo.

Nain se pone de pie, empieza a caminar acercándose poco a poco, pero mientras él daba un paso, ella daba dos atrás, terminó pegando con la pared.

Él la acorraló, la miraba fijamente, podía ver como sus manos temblaban mientras sostenía su bata con fuerza, sus ojos los tenía cerrados.

Nain puso sus manos sobre las de ella, por un momento siente como salta al tocar sus manos y con tranquilidad le dice.

-Tranquila no voy a hacerte nada, no debes tenerme miedo.

Nain tomó una de sus manos y la jaló, la llevó a la cama, hizo que se sentara; ella sentía que su corazón latía con fuerza, estar sentada en la orilla de la cama era algo que solo la hacía sentir más miedo pensando en lo que podría hacerle.

María Eugenia no se atrevía a verlo a la cara, tenía su mirada fija en sus pies y en ese momento lo escucha decir.

-Quiero ayudarte, vamos a sacar a tu madrastra de esta casa, es una mujer mala y realmente desea hacerte daño, al igual que a tu padre.

María Eugenia, te estoy ofreciendo mi ayuda, pero las cosas vas a tenerlas que hacer a como yo te vaya diciendo, si realmente quieres que esté a tu lado apoyándote.

Vamos a hacer que esa mujer salga de esta casa y vaya directamente a la cárcel, por la muerte de tu madre.

Realmente creo en lo que me dijiste y bueno ya me involucraste en tu vida, pero más que nada tu padre me cayó muy bien, realmente me hubiera gustado tener a un papá como lo es el tuyo.

Creo que por él te voy ayudar, ya que si fuera por ti, desde cuando te hubiera dejado sola, eres una mujer tan insensible, arrogante y que no tiene ni un beneficio.

Pero si me prometes que harás las cosas como yo te las digo, en un mes mandaremos a esa mujer a la cárcel y por fin podré alejarme de ti, porque realmente me caes muy mal, no me agrada nada tu presencia de joven inmadura, que solo quiere andar de fiesta, divirtiéndose, sin tener un oficio o un beneficio en esta sociedad.

Las personas como tú, la verdad, no merecen estar vivas, solo son un lastre en la sociedad, que no benefician en nada al desarrollo de la humanidad.

María Eugenia voltea a verlo, estaba furiosa, por lo que le había dicho y sin que él se lo esperara terminó dándole una bofetada.

Nain se sorprendió por lo que hizo, apenas sí sintió el golpe, realmente ella no tenía nada de fuerza, para él fue como si un niño lo hubiera acariciado; realmente deseaba reírse de ella, pero la miraba tan molesta, que sabía que eso no era nada bueno.

Nain suspiró profundamente y con una tranquilidad le dice.

-María Eugenia, ya cálmate, realmente deseo ayudarte, si es que quieres mi ayuda, sino pues mejor para mí, en este momento tomo mis cosas y me voy a mi departamento.

Yo no creo en amistades, pero si quieres hablar de algo te puedo escuchar, total tus tonterías no pienso platicárselas a nadie.

María Eugenia realmente deseaba correrlo, le dolía que le dijera inútil, no le gustaba el concepto en que la tenía; pero realmente lo necesitaba, no podía echarlo, tenía que aceptar su ayuda y sin nada de ganas le dice.

-Nain, está bien, acepto tu ayuda, ¡gracias!

Pero por favor, ya no me insultes más, realmente no soy como tú lo dices, soy una joven que estudia y es buena en su profesión, créeme cuando salga mi carrera podré ayudar a mi padre en lo empresarial.

Nain le sonríe y con esa tranquilidad le dice.

-La verdad eso no te va a servir de mucho, aprende más de tu padre y con lo que aprendas en la universidad, serás al final una buena empresaria.

Pero como sugerencia empieza desde abajo, conoce bien la empresa de tu padre, si no lo haces, terminarás llevándola a la ruina.

Ahora una cosa más, vamos a estar fingiendo estar casados por un mes, tendremos que hacer cosas que tal vez no vamos a querer, pero tratemos de hacer lo mejor que podamos.

Puedes apoyarte en mí, te prometo estar siempre a tu lado y escuchar todo lo que quieras contarme, aunque solo puedes esperar respuestas claras de mi parte, no esperes que te dé la razón cuando no la tienes.

Me dieron tres días de vacaciones por lo de la boda, así que podre estar aquí en casa contigo, es fin de semana, así que no creo que tengamos muchos problemas.

También mis jefes quieren festejarnos por lo de la boda, me preguntaron cuando podemos ir por la tarde noche para presentarte y aunque me gustaría decir que no, creo que sería una grosería.

Así que dime que día puedes, para decirles y vayamos a estar un rato con ellos; lo del short realmente te lo estoy pidiendo por algo que me gustaría saber, no te lo puedo decir por el momento, primero quiero saber si mis sospechas son ciertas.

Solo por esta vez haz lo que te pido sin preguntar, te prometo que será por tu bien.

María Eugenia empezó sentir confianza en él, eso de que le estuviera dando la ayuda fue algo que le gustó y emocionada le dice.

-Está bien Nain, lo haremos a tu modo.

¡Gracias por tu ayuda! Realmente pensé que estaría sola en esto, no sabía como lo iba hacer.

Ella se levanta y corre al closet, se pone unas bragas color rosa, después se pone una bata larga de color blanca, tenía tirante grueso, el cuello era cuadrado, dejaba ver un poco de su pecho, aunque era discreto el escote.

La tela era gruesa y realmente no importaba si traía sostén o no, ya que no se podía ver, ella dormía a gusto así; al igual que Nain estaba acostumbrada a dormir solo en ropa interior, pero al estar ahí los dos compartiendo habitación, tenían que acostumbrarse a dormir con sus pijamas.

Nain se metió a bañar, cuando salió tomó un short de color café claro de su maleta y una playera de manga larga color blanco.

Esa noche María Eugenia se sintió ya más tranquila, realmente quería hacer las cosas bien para salvar la vida de su padre, decidió dejar los juegos y la manipulación, iba a confiar en él, a pesar del susto que le había metido.

Pero esa noche decidió irse a dormir al sofá, tal como él se lo había pedido desde el principio para no molestarlo más.

Nain cuando salió del baño la miró recostada en el sofá, estaba tapada con una sabana de la cama; ella al darse cuenta que la estaba viendo, le sonríe y algo insegura le dice.

-no tienes que enojarte más, dormiré en el sofá así como tú lo pediste, pero si no te molesta podría dormir en el otro lado de la cama, ponemos unas almohadas.

Ella realmente esperaba que él le dijera que sí, porque eso de dormir en el sofa no era algo cómodo y sabía que no iba a poder dormir bien; se le quedó mirando a los ojos, hasta hizo unos gestos de tristeza, esperando su respuesta.

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Muchas gracias a todas espero que el capítulo les haya gustado ☺️

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