Estoy a punto de casarme con un hombre cruel y sin sentimientos y todo por pagar una deuda familiar, mi nombre es Sofía Gómez y el hombre que me compro se llama Adrik Ivanov, su nombre lo define a la perfección, ya que el es un hombre cuya oscuridad y frialdad te abraza con solo una mirada.
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Capitulo XXII Bebé?
Obviando el inconveniente con Sofía la inauguración fue todo un éxito, desde ese día empezaron a llegar clientes al bufete, las dos mujeres vivían de caso en caso y es que aunque la familia Gómez no tenía dinero, Sofía y Cecilia contaban con el apoyo del patriarca de la familia Ivanov y eso era más que suficiente para que las personas confiaran en ellas.
— Amiga en pocos meses tu pancita empezará a notarse, que piensas decirle a Adrik Ivanov?. — dijo Cecilia mientras las dos trabajaban en un caso.
— Ya redacte el acuerdo de divorcio, pienso que si me divorcio antes de que se empiece a notar él ya no me puede obligar a nada.
— No lo sé amiga, pienso que deberías decirle.
— Eso no pasará y si me toca irme lejos lo voy a hacer, lo mejor es que piense que no es suyo.
— Sé que le tienes miedo, pero si ya una vez fueron felices, por qué no puede volver a pasar.
— Cecilia no es tan fácil, Lucrecia se ha encargado de envenenar su corazón en mi contra, Adrik solo cree lo que su mamá le dice.
— Pienso que deberías hacer tu lucha, su amor es muy grande y sé que podrán romper estas barreras.
Mientras ellas hablaban llegó la secretaria de Sofía con un documento que había sido entregado por un mensajero, al abrirlo se dio cuenta de lo que se trataba.
— Mira esto, aún piensas que hay algo que salvar?
Sofía le entrego un acuerdo de divorcio que había sido redactado por el abogado de Adrik.
Cecilia empezó a leer el acuerdo de divorcio.
— Amiga!, aquí dice que te dará una suma de dinero por el tiempo que estuvieron casados y que además podrás quedarte con la casa que compartieron juntos.
Cecilia hizo una pausa para continuar leyendo.
— No quiero nada de él, por favor elimina esas cláusulas y devuelve el documento. —
— Sabes que tu embarazo cambia las cosas, no puedes ocultarle algo así al juez, eso te puede causar problemas. — explico Cecilia.
— Y no pienso ocultarlo, simplemente diré que no es de Adrik.
— Amiga sabes que no es así de fácil, el juez pedirá una orden de ADN y para eso hay que esperar a que el niño nazca.
— Crees que no lo sé, yo sé todo eso, pero no quiero decirle nada, si hubieras visto como me trató el día de la inauguración me entenderías.
— Yo te entiendo, pero no podemos tapar el sol con un dedo, bueno amiga voy a hacer este cambio y pediré una audiencia con el juez.
Cecilia salió de la oficina de Sofía, está última estaba desesperada porque ella como abogada sabía que al revelar lo de su embarazo el trámite se tardaría mucho más tiempo.
Cecilia terminó de ajustar los términos, rechazando cualquier cosa que Adrik quisiera darle, una vez termino envío el documento al abogado de los Ivanov y este le entrego el acuerdo a Adrik.
— Está rechazando lo que quiero darle. — dijo Adrik sorprendido.
— No solo eso, me he enterado de que ha pedido una audiencia con el juez. — respondió el abogado.
— Qué estará tramando?. — se preguntó Adrik.
— Jefe, lo conozco desde hace mucho tiempo y puedo decirle que usted se veía muy feliz con la señora Sofía.
— Retirate por favor. —
Adrik no quería escuchar de su supuesta felicidad con Sofía, pues según lo que le dijo Lucrecia él solo fingía para que su abuelo no lo desheredara, así que no confiaba en la palabra de nadie, Adrik estaba molesto así que decidió ir a visitar a su esposa, quería saber de por qué no estaba aceptando lo que él le ofrecía.
— Está Sofía?. — pregunto Adrik nada amable a la secretaria de Sofía.
— La licenciada se encuentra ocupada, usted tiene cita para hoy?. — la secretaria sabía quién era Adrik, pero al ver su actitud prefirió hablar con profesionalismo.
— Dígale que Adrik Ivanov está aquí y que más le vale que me reciba. — dijo Adrik impaciente.
Daniela la secretaria de Sofía fue a la oficina de su jefa y cuando se dispuso a entrar Adrik se le adelantó y la dejo fuera cerrando la puerta con seguro.
— Qué cree que está haciendo, señor Ivanov?. — pregunto Sofía molesta.
— He venido a hablar contigo, quiero saber que estás planeando. — dijo Adrik tan arrogante y con aires de superioridad que Sofía sintió un odio inmenso hacia él.
— No sé dé qué demonios está hablando. — respondió Sofía tratando de contenerse.
— Por qué no aceptas lo que ofrezco, acaso quieres más dinero o que?. — volvió a preguntar Adrik.
— Ah, es eso!. — exclamó Sofía.
— Y qué más puede ser?.
— Señor Ivanov, es fácil yo no quiero su dinero, no lo necesito y si llegara a necesitar algo créame que sería usted al último que le pediría algo, porque mejor no se va y acepta lo que he decidido y terminamos con esto.
— No, ahora no me da la gana de que nos divorciamos, seguramente estás ansiosa por irte con tu amante.
— Mire ya déjeme en paz, acaso no entiende que no quiero volver a vivir en el infierno, mira cuando nos casamos me hiciste mucho daño y está vez no quiero volver a pasar por lo mismo.
— Yo a ti no te hice nada, tú eras la que estabas loca por casarte conmigo, así reparabas tu reputación dañada.
— Ya no más, ya pasé por esto y no quiero, no quiero volver a pasarlo, mira firmemos ese divorcio y ya, nunca más sabrás de mí, si es necesario me voy del país.
Adrik estaba conmocionado por la reacción de Sofía, ella parecía sincera, el terror en sus palabras no podían fingirse, qué tanto daño le habré hecho a esta mujer?, pensó Adrik, de repente Sofía empezó a ponerse pálida y el dolor que sentía era muy fuerte, tanto que no lo pudo disimular, de pronto cayó en el suelo sujetando la parte baja de su abdomen, Adrik corrió a ayudarla, se veía preocupado por ella.
— Estás bien?, que tienes?. — pregunto el desesperado.
— Llévame a la clínica, por favor llévame rápido. — fueron las últimas palabras de Sofía antes de desmayarse, en ese momento entro Cecilia.
— Qué le hiciste a mí amiga, eres un imbécil, ella no puede estresarse así, amiga tranquila tu bebé estará bien.
Adrik quedó en schok cuando escucho que Sofía estaba embarazada, no pensó mucho cuando reacciono y la llevo en brazos a la clínica, su preocupación era genuina y aunque no entendía porque se sentía así él solo pensaba que ella y el bebé estuvieran bien.