LEGENDARIA

Benjamín se había dirigido hasta un Bar después de aquella peligrosa Misión, el hombre sentía una rara opresión, sabía perfectamente que Diana estaba en el casino, pero él también sabía que era momento de dejar a la Morena por detrás, así que se tomó la copa de whisky que tenía, posteriormente salió del sitio dirigiéndose al hospital Militar, las ruedas de la Ferrari rechinan al introducirse en el Terreno Hospitalario Militar solamente faltaba un pequeño detalle para cerrar la noche y la misión por completo y aquello era conocer del estado de Salud de Santiago, el hombre era su mejor amigo, eran pomos apuestos y aquello los complementa.

— ¡Coronel! - lo saludaron los soldados encargados de recibirlo; pero como era de esperarse el hombre no les había dirigido la palabra tampoco se había percatado de que 3 personas lo estaban observando o por lo menos eso se creía, pero el Coronel tiene la mirada de un Águila, Benjamín se había acomodado el cuello de su chaqueta observando desde el costado de los ojos a las 3 personas misteriosas que lo tenían en la mira y prosiguió a seguir su camino hasta llegar al área de cirugía en dónde se encontraban interviniendo quirúrgicamente a Santiago para la extracción de la bala antes de que el Coronel se recueste por la pared para observar por la ventana las luces fueron apagadas y la puerta del quirófano había sido abierta y la que salía de la sala era Sofía Sandoval la mirada oscura del Coronel hizo que la Cirujana se sintiera chiquita ante él, era había suspirado.

— ¿No me digas que fuiste tú quien lo ha operado? Porque tengo entendido que usted es.

— No fui yo, pero uno como médico tiene la prioridad de salvar vidas, solamente he acompañado la cirugía porque más allá de ser cirujana plástica tengo la preparación para todo tipo de cirugías, así que cierra la boca, además el Comandante no está en peligro y la bala no va a dejar consecuencias en su pierna - Con aquellas palabras la mujer iba a continuar su camino; sin embargo, las manos de Benjamín la habían sostenido fuertemente - ¿Qué quieres? - Sofía se mordió el labio inferior al sentir el tacto del Coronel.

— Hablar contigo— Nadie sabía qué pasaba por la mente del Coronel y de que era aquello de lo cual quería hablar con la mujer que tenía fuertemente agarrada, pero Benjamín actuaba de manera irracional en ocasiones y esta podría ser una de esas ocasiones.

— No tengo idea de lo que usted y yo podamos hablar - Sofía realizo el intento de soltarse del agarre, pero lo único que consiguió fue que se intensifique aún más logrando que la mujer hiciera una mueca - ¿De qué podría hablar el Coronel de las Fuerzas Armadas con una Cirujana? además usted minimiza todo en mi.

— De un acuerdo de matrimonio - Benjamín lo había expresado sin ningún inconveniente como si estuviera hablando del Clima, mientras que Sofía se había quedado fría, más fría que la noche que los estaba abrazando, una nube borrosa al mismo tiempo había ocultado la Luna como los sentimientos del Coronel que fueron arraigados en lo más profundo de su corazón una noche fría y sin Luna era igual a los sentimientos de Benjamín Walton, oscuro, todo parecía haberse apagado, solo era él y la noche fría sin luna.

— Usted está mal - Esta vez Sofía, si se había deshecho del agarre del Coronel, los latidos de la mujer prácticamente podía ser escuchada en aquel solitario pasillo se quedó mirando profundamente a Benjamín esperando algo que no va a ocurrir.

— Vaya a cambiarse en 5 minutos la quiero abajo y no haga el intento de escapar de mí, de lo contrario el General va a saber que la Doctora no se encontraba en el Área encomendada y que usted ha matado a la presa de esta noche, que habia puesto en peligro a una mujer que esta casada con un Mafioso poniendo en peligro el Operativo de otros - Benjamín tenía una sonrisa de total superioridad y ante aquella objeción Sofía aún no podía luchar no sin antes saber qué pasaría por desobedecer la ordenes del General, Benjamín salió al exterior por supuesto que el Coronel se sentía vigilado, pero aquello no le importaba.

Ya en el interior de su vehículo, Benjamín miraba el reloj que reposaba en su muñeca, ya habían pasado 3 minutos de los 5 que le había dicho a la mujer de ojos verdes que se encontraba realizando una llamada, dicha llamada que nunca se había conectado, Sofía emitió un bufido, necesitaba advertirle a Diana que Benjamín Walton sabe esposa de quien es.

☆☆

— Alguien me llama - Susurró la mujer que se encontraba profundamente enredada en la cama, entre gemidos y en un mismo latido, ellos como todas las noches y las madrugadas se convierten en uno solo, por debajo de las sabanas.

— Tus madrugadas son mías - La voz de Arnaldo estaba ronco - además estás castigada, no tenías que irte hasta el casino, no tenías ni una razón para hacerlo, tuviste suerte de que estuviera pendiente de ti - A medida que el hombre hablaba sus cuerpos colisionan con más fuerza, Diana arquea su cuerpo para encontrar una mayor profundidad.

— Solamente he ido - Murmuró la mujer mientras sentía las embestidas que le daba Arnaldo, mismas embestidas que lograban que ella tocará el Cielo, apagando las ansias de su cuerpo de ser poseída por el hombre, puesto que las caricias, los besos y el encanto sexual del hombre colman por completo a Diana, era él, el que provocaba el volcán de placer en ella, el que arrancaba suspiros de la mujer con cada embestida.

Arnaldo Benzema con sus labios recorría cada curva de la mujer, deleitándose con la hermosura de Diana, conociendo a la perfección los centímetros y los atajos del tremendo cuerpo de la morena, eran las 4 de la mañana cuando toda la pasión los había convertido en nada ambos se habían rendido ante el placer que habían despertado a su alrededor, ambos se habían quedado dormidos, Diana fue abrazada por su marido.

Sofía había dejado escapar un nuevo bufido al no recibir ninguna contestación por parte de Diana, además  ella tenía la preocupación de lo que haya ocurrido con su amiga después del casino, aunque según lo que vio en un pequeño fragmento de segundos fue que parecía ser que el Coronel había visto a la mujer saliendo escoltada por sus guardaespaldas posteriormente él mismo se había encargado de acabar con todos, y su intuición le está diciendo que el Coronel dejó ir a Diana aunque no entendía si realmente era así o estaba ideando un plan al saber que era la esposa de un Mafioso.

Lo que Sofía Sandoval no sabía era que efectivamente Benjamín Walton había dejado ir a Diana Santos, la mujer de ojos verdes es ajena de la burbuja de Romance que envuelve a Diana Santos y Benjamín Walton, unos minutos después la Doctora se había dignado a salir sentía la mirada filosa del hombre desde el exterior del vehículo traspasando su piel, no obstante aquello no le importaba, lo único seguro es que esto que estaba haciendo era una locura, que para ella no tenía sentido, Sofía se había introducido en la Ferrari dicho vehículo salió disparado del predio del hospital Militar, solamente Dios o el Demonio que resguarda a Benjamín Walton sabían los planes del Coronel.