Por Ti Vuelvo A Creer En El Amor

Alejandro no sabía que hacer, había visto que Cassandra prácticamente no lo miraba y había un poco de tristeza en ella que no podía disimular, lo que hizo que pensara en la posibilidad de que ella sintiera algo por él y un poco de esperanza se instaló en su pecho.

Quería tener la seguridad de que eso fuera así antes de dar un paso en falso, tenia miedo de volver a sentir algo por alguna chica, aunque sabia que esa chica despertaba todos sus sentidos y podía tirar todas sus barreras abajo con una sola mirada.

Alejandro los llevó hasta uno de los muebles que se encontraban en el jardín y los recién llegados se sentaron, él volvió a donde estaba Pamela e intentó hablar con ella de la misma manera que lo había hecho antes, pero no pudo, ya que veía como los familiares de Beto se acercaban a Cassandra y hablaban entre ellos.

No podía apartar su mirada del grupo donde ella estaba, lo que hizo que Pamela se diera cuenta de que no le estaban prestando atención y volteó al lugar a donde Alejandro miraba con tanta insistencia.

-Me parece que estas aquí y te gustaría estar en otro lado – ella le dijo

-No es eso, ellos son buenos amigos y no conocen prácticamente a nadie aquí – Alejandro se había dado cuenta de que había sido demasiado evidente

-Si quieres ir con ellos por mi no hay problema – a pesar de decir esas palabras no quería que el se fuera de su lado

-Estoy bien aquí contigo – le dio una sonrisa y evitó mirar hacia otro lado mientras estaba con ella

Se quedó compartiendo con Pamela, mientras una parte de él quería sentarse al lado de Cassandra y ser él con quien ella se riera y hablara toda la noche, había algo en ella que lo atraía enormemente y no sabia como luchar contra ese sentimiento.

Luego de un par de horas el padre Joaquín se levantó y le dijo a las chicas que era hora de irse, ya que Elena debía volver a su casa y el la iba a llevar, por lo que al escuchar esto Alejandro se sumó a las personas que se iban con la escusa de ayudarlo para que no se fuera a perder.

Por primera vez en toda la noche Cassandra miró a Alejandro a los ojos, aunque no pudo decir una sola palabra.

-Yo creo que el padre debería llevarme – Elena habló al ver que los más jóvenes no se decían nada

-Está bien, entonces yo llevaré a Cassandra – Pamela respiró profundo al ver que Alejandro se iba con esa chica sin que ella pudiera hacer nada

Se había dado cuenta que Alejandro sentía algo por ella, ya que no le había quitado la mirada de encima en toda la noche a pesar de haber pasado la velada a su lado, uno de los primos de Beto se había ofrecido a llevarla para que se quedara otro rato y ella se había negado rotundamente.

-No me dijeron que iban a venir – comentó Alejandro

-Yo no quería venir, pero sabes lo insistente que puede ser mi tío y tampoco sabía que tu estarías aquí – respondió

-Supongo que fue una de las tretas de Joaquín – Cassandra solo asintió

-¿Te divertiste? – preguntó él

-Si, la pasé bastante bien

-¿Y que tal te cayó el primo de Beto? – siguió preguntando

-Bien – respondió mientras veía por la ventana

-¿Solo bien?

-¿Qué mas quieres que te diga?, es una persona agradable – siguió diciendo sin verle la cara

-Es muy poco para lo mucho que hablaste con él – siguió Alejandro

-No que mas quieres que te diga, cuéntame mejor, ¿Cómo te sientes con tu amiga? – Alejandro no esperaba esa pregunta

-Bien, es una persona bastante agradable que le gusta conversar y es muy divertida, la conozco desde hace algún tiempo – le respondió sincero

-Se ven muy bien juntos – fue lo único que dijo ella

El volteó a verla y ella aun miraba por la ventana, llegaron a la casa del padre Joaquín y al estacionar él fue a ayudarla a bajar del auto, al tomarla de la mano sintió un chispazo de corriente que recorrió su mano, entraron a la casa y se fueron directo a sus habitaciones sin decir ni una palabra.

Al día siguiente Alejandro iba a realizar su carrera diaria cuando vio que Cassandra iba saliendo de la casa, llevaba unos jeans, una franela ancha, zapatos deportivos y un bolso grande, iba caminando tan rápido que casi parecía que corría.

-¿A dónde vas tan temprano? – le preguntó Alejandro asustándola

-Voy a dar una clase y voy retrasada, me quede dormida – se veía que estaba apurada

-SI estas tan apurada yo puedo llevarte –

-¿de verdad?, no quiero que dejes de hacer lo que tenias planeado por mi – había un brillo en la mirada de ella que el no pudo adivinar

-Vamos, no te preocupes por mi – él sonrió fascinado

Luego de unos cuantos minutos llegaron a la casa hogar, Cassandra le agradeció y él la acompañó a adentro para después sentarse en una banca en el salón donde ella daba sus clases.

Cassandra se cambio de ropa y se puso un leotardo negro y unas mallas color piel, a la vez que su cabello iba totalmente recogido, unos minutos después llegaron las niñas al salon todas vestidas de la misma manera.

Él solo tenia ojos para ella, le gustaba mirarla, le encantaba cada movimiento que ella hacía, le parecía que era tan elegante, delicada y natural, a la vez que estaba fascinado de como trataba a las niñas con tanto cariño, tenia su codo sobre una de sus piernas mientras observaba la clase de baile.

De pronto se dio cuenta de los sentimientos que ella estaba despertando en él, sentía una gran admiración hacia la chica y eso lo llenaba de miedo, ya que no entendía el porque de sus cambios de humor y su actitud en ocasiones tan esquiva.

Sentía como su corazón palpitaba con tanta fuerza que parecía que se le iba a salir, se imaginó teniéndola entre sus brazos y probando sus rosados labios, por lo que intentaría descifrar que es lo que ella sentía por él y si el sentimiento era reciproco, entonces lucharía por ella con su vida.