La Reina Del Hielo

Elaisa había decidido ir a ese lugar al día siguiente. Pero... ¿Donde? Goliat le había dicho que esa mujer se encontraba en la capital. En uno de los callejones prohibidos. Donde los mercenarios, sicarios y cualquier clase de monstruosidad humana se encontraba ahí. Él quería ir con ella pata guiarla ya que sabía una ruta que era más segura. No quería llevarlo de nuevo a esos lugares, pero ella me necesitaba una respuesta más precisa de su situación.

— Goliat... Espérame.

— estamos cerca...

El niño guiaba en un callejón completamente vacío. Si era necesario para proteger a Goliat, Elaisa no iba a dudar en usar su magia por él. Pero ningún peligro cruzó en su camino.

— llegamos...— tocando la puerta, este anuncia su llegada—... Yana... Señora Yana he vuelto... Por favor, déjenos pasar.

La puerta de abre. Y una voz habló al fondo de lo que se podía llamar casa. Era un tono senil pero femenina.

— estaba abierto. Lo estaba esperando a ambos.

Elaisa por supuesto que no tenía miedo, ella ya había vivido muchos que le hizo perder ese sentimiento. Sin embargo, Goliat temblaba un poco.

— ya la he conocido y aún así, ella lo deja causarme pavor.

— no te preocupes... Yo estoy aquí.

Al entrar, una había con poco mueble se podía apreciar. Una mesa en el medio y con ello, dos asientos, uno frente del otro. No obstante, una silla estaba ocupada por una anciana no más de 70 años.

— bienvenida. Su alteza.

— Vengo para saber mi futuro. He escuchado que usted puede adivinarlo.

— así es. Por eso preparé todo. Goliat, sienta allá...— señala a un mueble todo podrido por lo deteriorado que estaba.

— no. Él se quedará a mi lado.

— está bien. De todas formas es tu hijo ¿No? No te ha dado cuenta aún pero estaría dispuesta a dar tu vida por él.

Goliat veía el rostro de Elaisa. Él pensaba que ella negaría que sería su hijo aunque lo haya tratado con cariño.

— sí. Es mío ahora y lo cuidaré de cualquier peligro. No permitiré que nadie le haga algo.

Goliat veía cual felicidad sentía. Abrazando a la reina. Éste solloza entre su pecho. Elaisa acaricia suavemente su cabeza.

— bien. Su alteza, eso fue parte de su futuro... En algún momento tendrá que defender a lo que más quiere. Pero...— prendiendo una vela en la mesa, la señora se deja iluminar el rostro. Mostrando a una mujer con una apariencia más juvenil que la de antes. No solo eso, su voz cambió a una encantadora y melodioso tono—... La era de escondernos muy pronto terminará.

— lo sabía.

Aseguró Elaisa.

«podia sentir una magia desde que entre al callejón y mientras más me acercaba, más lo confirmaba. Esta mujer tiene magia»

— por favor, no me mire así. Usted también es una usuaria de magia. Yo me considero una vidente. Cambio de forma para protegerme de las personas ignorante ante lo desconocido. Sin embargo, este siempre será mi punto para las personas que necesiten ayuda... Yo suelo usar mi videncia para el buen camino, para cambiar su destino a uno más favorable. Y por ello, te esperaba desde hace tiempo.

— quiero ir al grano... ¿Que era lo que te refieres a que muy pronto la era de escondernos se acabará?

— lo entenderás pronto, si te lo digo, cambiará un poco las cosas. Pero has venido aquí por otro tema ¿No?... Quieres saber sobre tu supuesta infertilidad...

— ¿Supuesta?... Entonces no-...

— si lo estás...— sacando las cartas, le muestra tres en la mesa...— un demonio blanco con apariencia de ángel te envenenó para que no fueras capaz de tener descendencia y ella fuera capaz de darle hijos a su amante.

Entre cerrando los ojos, ella sabe muy bien de quien se trataba.

— Susana... Aún de muerta, no dejas de ser un dolor de cabeza.

— su alteza... Muchas cosas cambiarán pronto. Habrá un gran camino para usted y podrá conseguir su felicidad tan anhelada... Sin embargo — señala la carta del medio— tendrá que mantenerse fuerte para lo que viene, habrá conflicto en la nobleza que hará que usted saqué su magia para ponerle un freno a todo el caos.

Elaisa se preguntaba cómo sería ese futuro. Si en su pasado fue juzgada por usarla, ¿Esta vez será diferente?

— ya has roto el tiempo una vez... Pero ahora, tienes todos para cambiarlo realmente. Por lo que moriste esa vez, vivirás por hacerlo otra vez.

Se refiere a que si vuelve a usar su magia delante de lo demás, el futuro que le está diciendo se cumplirá. Que será feliz sin esconderse de su magia.

Elaisa veía las cartas. Faltaba una para terminar con su previsión del futuro.

— está carta... La última no muestra un futuro. Sino un pasado muy distante. Una pareja muy unida... Eras tú con tu esposo en el pasado. Vivían en un campo muy pacífico y se amaban... Juró amarte por la eternidad.

— eso... ¿Que tiene que ver con mi presente?

— el rey Fausto... Antes de conocerse, él te adoraba ¿No?... Sabía de tus gustos y como era tu verdadera forma de ser. Es porque él era tu pareja en tu vida pasada, y porque él recuerda esos momentos que vivieron juntos...

Tragando un poco de saliva, ella se reincorpora en la silla al escuchar tal revelación.

— yo-... Yo no puedo recodarlo...— dijo un poco desconcertada.

— por supuesto, es normal. No te sientas mal. Antes juraste que no amarías a más nadie luego de la traición que viviste. Pero ahora, sin admitirlo, amas a ese hombre... Harías muchas cosas por él que por otra persona.

«era cierto... Llegué a un punto donde los sentimientos que sentía por Fausto llegaron más lejos de los ej pude haber sentido por Andrés en poco tiempo. Él me transmitía paz cada vez que estaba a su lado, y no sabía cómo explicar esa sensación de haberlo conocido de toda la vida... Ahora entiendo el porqué"

— debo regresar...— expuso Elaisa a la vez que se levantaba, tomando a Goliat—... Me has hecho ver muchas cosas, Yana. Espero verte pronto...

Saliendo de ahí, Yana sonríe. Y habla para si misma.

— claro que nos veremos pronto. Yo como parte de tu nueva corte... Ah!... Se fue antes de poderle decir que... Bueno, no importa, muy pronto se dará cuenta, que el veneno de la infertilidad era temporal y que pronto se le pasará...