Desde Que Llegaste, Mi Vida Cambiaste

La noche paso y el sol le daba la bienvenida a todo ser viviente que estaba dispuesto a vivir un día más de vida, los cantos y sonidos empezaban a escucharse en toda la ciudad, pasos apresurados y otros no tanto.

Para unos sus días no eran como siempre, su cabeza no solo pensaban en todos los pendientes y papeles que tenía que firmar, ahora tres personas se adueñaron de sus pensamientos y corazón y una más de su cuerpo entero.

Al gran edificio se detuvieron tres camionetas, bajando ese hombre tan imponente con su traje negro, ese hombre que empezaba a manejar la mente de Andrómeda, mientras todos los demás corrían a sus puestos, ambas mujeres se quedaban en silencio tomando su café, ignorando totalmente a quien hacia presencia en ese momento, Arturo caminaba detrás de él, conteniéndose en reír de su amigo.

_Buenos días, señoritas._

Hablo Matteo serio viendo sobre todo a Andrómeda.

_¡Buenos días, señor!._

Respondieron ambas al unísono y serias.

_Feliz día, señoritas._

Arturo salido con una sonrisa, para ambas responder igual de feliz que él, dejando a Matteo molesto, imagino que ya Andrómeda se le había pasado, lo molesta, pero no, su rabia seguía igual y eso no iba a cambiar muy fácil, tal vez tomara eso de excusa.

_Emma, no debes hacer eso._

_Es fácil hermano._

Emma se fue rodando por el barandal de las escaleras, llegando abajo con éxito, feliz aplaudía para ella misma, mientras Manuel bajo muy asustado.

_No lo vuelvas hacer o le diré a mamá._

Amenazó el niño, aunque su hermana no le puso cuidado, su nana ya los esperaba en la sala con todas sus cosas, subieron a la camioneta y se fueron directo a su colegio, con mucha emoción.

Matteo se aseguraba de que siempre estuvieran bien, por esa razón les puso un par de hombres que los cuidarán las 

_¿Me mando a llamar, señor?_

Hablo Andrómeda en un tono seco, con una postura de empleada, eso el incómodo a Matteo, quien no podía concentrarse en su trabajo, ya que Andrómeda seguía molesta con él, decidida a dejar su relación con él a un lado, mantener la comunicación entre empleada a jefe, ella sabía en qué terminaba ese tipo de relación y para conservar tu empleo y su bienestar, lo mejor era olvidar lo que había pasado, aunque para Matteo no era una opción que él quisiera aceptar.

_Andro, sigues molesta? ¿No me perdonarás?_

_No señor, no he estado molesta, solo he decidido que es mejor tener una relación de jefe y empleada, por el bien de mi trabajo y su empresa._

_ No lo acepto, no es lo que quieres y lo sabemos._

Matteo se acercó a ella quedando lo suficientemente cerca para ver su mirada decia todo lo contrario, su respiración decía más que eso, deseaba tenerlo en ese momento, pero se resistía a él, su cercanía era cada vez más, hasta tocar sus labios, pero justo antes de poder moverlos, la puerta fue tocada, Matteo regreso a su puesto y dio el pasé.

_Perdon que interrumpa._

Hablo una mujer cabello negro, ojos marrones y cuerpo de diosa gracias a su cirujano.

_Antonia, que bueno verte, no interrumpes nada..._

Hablo Matteo emocionado de verla.

_Yo me retiro señor, feliz día._

Salio Andrómeda después de sonreír a ambos, hasta que salió afuera y volteo los ojos, era obvio que eran más que amigos, para ella era mejor solución así dejaba de ilusionarse con el.

_Que pasa Andro._

_Estoy pensando en renunciar aquí, sabes que esto es serio, debo estar bien mentalmente y ese hombre no me traerá nada bueno, además, así les voy quitando poco a poco la ilusión a mis hijos de que el sea su padre, es algo muy imposible para nosotros._

Roberta suspiro profundo, dándole solo el 50% de razón, sentía que ella se apresuraba a todo.

_¿Que hiciste?..._

Arturo borró la sonrisa que tenía, al ver esa mujer, pero lo supo disimular.

_Como has estado arturo._

Saludo la mujer con una sonrisa.

_Mejor que tú imposible._

La mujer beso ambas mejillas, mientras Arturo disimulaba su descontento.

_Estoy conversando con Matteo, tenemos un negocio muy importante y queremos invertir y que Matt también lo haga, no se van arrepentir._

_Como no, no perdemos en ver el proyecto._

Arturo era buen actor y muy bueno para descubrir las trampas.

_¿No cambias, acaso vas a desconfiar de mí? Jamás haría algo para dañar la imagen de matteo._

_No te sientas ofendida, es una manía que tengo, no puedo permitir que Matteo firme algo, sin leerlo primero, por algo recibo golpes de doña Matilde cuando reviso los de ella._

La mujer empezaba a molestarse, aunque lo sabía ocultar muy bien, pero Arturo no bajaba la guardia aunque matteo trataba de calmarlo, el sabía que algo tramaba esa mujer y no era nada bueno.

Finalizó el dia y ñ la mujer no salió de la oficina de Matteo y no paraba de coquetear con el, para Arturo el día fue demasiado estresado, ese día Arturo olvidó a su chica, solo para no dejarlo solo con ella, podía hacer cualquier cosa por llevarse a Matteo a la cama y sacar algún beneficio.

Matteo nunca la considero mala, ella había hecho muchos robos usando a otras personas y Arturo no pudo demostrar que era ella, así que quedo como si estuvo enamorado de ella y por despecho no la quiso cerca de Matteo.

_Invitame un trago._

_Con mucho gusto, a las ocho pasó por ti._

Hablo Matteo, para él, solo era una buena amiga de su hermano y él, hija de un amigo de sus padres, nunca le correspondió su amor y ella según lo había aceptado así, pero en realidad, eso no era verdad, su obsesión seguía y a un extremo.

_No me veas así, ya dejala es solo una amiga._

Hablo Matteo por la mirada de Arturo, quien solo suspiro y salió enojado, de saber que tenía que calarse a esa mujer hasta demostrarle a su amigo que no era buena mujer.