Que sucede cuando la vida es injusta con dos personas se aman, pero la tragedia los persigue. Esta es la historia de Katherine y Bastian, dos seres que se amaron desde el primer encuentro, pero que la muerte de un tercero entre los dos les impide amarse como ellos quisieran.
Los invito a leer mi nueva obra, llena de amor, pasión lujuria, pero tambien intrigas, muerte, dolor y perdida.está historia actualización, espero les guste
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CAPITULO 22
Narra Kate
Estoy a tan solo un día del viaje y el trabajo me tiene colapsada, pero eso no evita que este al pendiente de mi madre, quien se ve más feliz estos días que papá permanece a su lado.
Una llamada del trabajo me angustia pues mi secretaria me indica que hay un problema con un proveedor de neumáticos y es de vital importancia que alguien viaje al otro extremo del mundo para coordinar la situación
− ¿Kate, que sucede? – pregunta Marco al llegar a casa para entregarme algunos documentos
− Según el proveedor de neumáticos hay una inconsistencia con los acuerdos del contrato – le explico angustiada
− ¿Qué podemos hacer? – pregunta
− Hay que viajar allá – menciono sin saber que hacer
− Está bien, entiendo, entonces iré yo – se ofrece y le doy una mirada de agradecimiento – hablare con Bastián para que el viaje contigo mañana
− Noooo, no por favor, con lo de Kenia es mejor que se quede, yo soluciono sola – le explico pero sé que mi decisión no lo complace
Marco me entrega los documentos, me da un beso en mi frente y se va. Subo a mi habitación para terminar de empacar mis cosas, pero al pasar por el cuarto de Kenia escucho la palabra embarazo y me detengo detrás de su puerta, me quedo estupefacta por tal noticia
− ¿Cuántas semanas tienes? – le pregunta Sara a Kenia
− cinco semanas – le responde con un tono de angustia
− ¿se lo dirás a Bastián? – pregunta Sara
− No puedo, como se te ocurre, mis semanas de embarazo lo alertaran – responde histérica mientras yo me quedo sorprendida y sin entender
− ¿puedes decirle que es de el – le recomienda Sara
− y si un día se le da por acompañarme algún chequeo, a una ecografía o alguna cosa de esas que les hacen a las mujeres embarazadas, si se da cuenta de las semanas y saca cuentas ¿Qué? ¿crees que se quedara conmigo? No seas tonta no puedo quedarme con este bebe – dice ella sonando como una loca
− Entonces interrumpe el embarazo – le dice Sara
− No sé cómo hacerlo sin que nadie se dé cuenta, me da miedo que me descubran – responde Kenia con su voz entrecortada y luego rompe a llorar como siempre
− Yo tengo un amigo que nos puede ayudar – le dice Sara
Camino con sigilo para apartarme, llego a mi habitación y me siento desconcertada con lo que acabo de escuchar, esta hermana mía si la ha sacado del estadio con esta jugada, pero quien soy yo para inmiscuirme.
Llega la mañana y estoy lista esperando que Jorge me lleve al aeropuerto para tomar mi vuelo privado, subo al avión y me acomodo en un silla, tapo mis ojos y me dispongo a dormir, cuando el usual aroma varonil de la colonia de Bastián invade mis fosas nasales, me quito el vendaje de mis ojos y me sorprendo al verlo sentado a mi lado con una sonrisa de oreja a oreja
− ¿no creerías que Marco no me diría nada? – comenta
− Pues eso esperaba – respondo seca
− Somos un equipo Kate, tu marco y yo, somos el equipo que está dando todo por el éxito de la compañía – menciona con una sonrisa
− ¿y Kenia? ¿te dejo? – le pregunto molesta por verlo ser un guev0n y el ni enterado
− Kenia, nada, no tengo que pedir permiso, solo le informe de mi ausencia – menciona despreocupado
− Ok, quiero dormir – le respondo mientras vuelvo a cubrir mis ojos
Sin darme cuenta caigo en un profundo sueño hasta que su imagen y aquel beso comienzan hacer estragos en mi mente, siento que el calor me invade y mi respiración se descontrola, por lo que casi estoy gimoteando, despierto de mi realidad abruptamente y rápido descubro mis ojos y la sonrisa maliciosa de Bastián esta sobre mí.
− Algún sueño revelador – menciona con picardía, maldita sea será que cometí alguna imprudencia al dormir, pero verlo sin su saco y con la camisa remangada me hace tragar en seco
− No nada, solo una pesadilla – respondo cortante
− Entonces soy el dueño de tus pesadillas – habla con burla y siento que me congelo
− Es solo que tu presencia me desconcertó y era obvio que en mis sueños estuvieras presente por todo lo que vamos concretar en este viaje – me excuso por si su nombre salió de mi boca en medio de un sueño
− Ok – responde con una sonrisa de oreja a oreja
Pasan las horas de vuelo y como no tengo señal en mi celular decido re ojear una revista de modas como si realmente me interesada, pero lo que quiero es evitar cualquier tipo de conversación incomoda, hasta que el piloto nos anuncia el aterrizaje.
Bajamos y esperamos nuestro equipaje para luego tomar el auto que alquilamos con el conductor destinado, subimos sin dirigirnos la palabra, vamos por todo el camino esquivando miradas. Llegamos al hotel
− Katherine Rizz, tengo dos reservas – me anuncio en recepción
− Señorita Rizz, solo tenemos una reserva – dice la recepcionista
− Es imposible, yo reserve dos habitaciones desde hace 3 semanas – hablo en un tono autoritario y siento la mirada de Bastián sobre mi
− El día de ayer recibimos la cancelación de una de las habitaciones – me responde desconcertada la recepcionista
− ¡mierda! – despotrico al recordar que le pedí a mi secretaria que cancelara una de las reservaciones creyendo que viajaría sola
− ¿Tiene alguna habitación disponible? – pregunta Bastián en un tono pacificador viendo mi reacción
− Lo lamentamos señor, pero estamos copados, solo tenemos la habitación de la señorita Rizz ya que en la ciudad hay un gran evento y estamos full – responde la recepcionista
− ¡maldita sea! ¡qué mal servicio! – hablo furiosa
− No te molestes Kate, yo buscare otro hotel – menciona Bastián sereno
− No se lo recomiendo señor, como les mencione, hay un gran evento en la ciudad y no creo que encuentre alguna habitación disponible – habla nuevamente
− Ok – responde Bastián llevando sus dedos a su ceño fruncido en señal de estar pensando – ya lo tengo buscare rentar un departamento por los días que nos quedaremos
− No, no, no es necesario, podemos compartir la habitación…, digo, puedes dormir en el sofá…, normalmente en cada habitación hay un sofá inmenso – doy la solución más lógica
− ¿está segura? No te veo conforme con esa solución – dice el
− Si a ti no te incomoda dormir en un sofá, por mí no hay problema – respondo dubitativa
− Por mi está bien. Solo quiero que estés tranquila y no pienses que me propasa…– no lo dejo terminar de hablar para no hacer más incómoda la situación
− No hay lio, problema solucionado – digo casi en un grito para callar sus palabras y él sonríe gracioso por mi actitud
− Está bien señorita Rizz, esta es la llave de la habitación, estamos para servirle – dice cortésmente las recepcionista
Subimos en el ascensor con la misma incomodidad de antes, llegamos hasta el décimo piso y nos abrimos paso por el pasillo