La Apuesta De Angel

La luz del amanecer, cálida se asomaba por la ventana, iluminando la oficina de Leo. Él, ajeno a lo que estaba a punto de explotar en sus manos, se sentó en su escritorio, listo para comenzar el día. Pero allí estaba, esperándolo: un diario de tapa rosado: - "Que es esto" -penso.

Lo tomó con precaución, como si algo dentro suyo le dijera" no lo leas".

Reconoció la letra de Ángel en la portada. Un escalofrío le recorrió toda su espalda. Abrió el diario con manos firmes, sintiendo que el corazón le latía a mil por segundos.

"La apuesta de Ángel…" leyó, y el mundo a su alrededor comenzó a desmoronarse. Las palabras, como agujas con veneno, se deslizaban por las páginas, revelando una verdad cruel e irreal que no quería creer, aceptar.

A medida que avanzaba en la lectura, su sonrisa se congelaba, sus ojos se llenaban de dolor, de tristeza , de irá.

Descubrió la apuesta, la manipulación, el terrible juego, del cual era él "su protagonista principal". Cada palabra era un golpe, cada frase una puñalada a su corazón, a su alma. La sangre le hervía en las venas, la respiración se le entrecortaba. No podía creer lo que estaba leyendo.

¿Ángel, la chica de la que se había enamorado perdidamente, era capaz de semejante manipulación,de planear todo eso,de tantas mentiras y de fingir todo lo que vivieron juntos?

Releyó una y otra vez los pasajes más dolorosos, buscando una explicación, una justificación. Pero solo encontró frialdad, cálculo, una total falta de empatía. Había sido un simple peón en su juego, un juguete para su diversión. La humillación, la rabia, el desengaño… una tormenta de emociones lo sacudía con violencia.

"Y escribía que él merecía todo eso porque era un soberbio , un arrogante, uno mujeriego que se creía el mejor y que todas caían a sus pies, que ella le iba a enseñar a él lo que era la humillación, y caer al vacío"

Un grito silencioso se ahogó en su garganta. Se levantó de la silla, tambaleándose, sintiendo que el suelo se movía bajo sus pies. Necesitaba aire, necesitaba escapar de esa pesadilla. Pero no podía. Las palabras del diario lo mantenían enloquecido, atrapado en una línea calculada de mentiras y traición.

Con un rugido de furia, tiró con todo lo que había sobre su escritorio: papeles, libros, fotografías… todo voló por los aires, estrellándose contra las paredes. El ruido se sintió en toda la oficina, un reflejo de la tormenta que se desataba en su interior.

"Los besos de ella, los abrazos juntos, las sonrisas, las caricias entre ellos ,el cuerpo de ella lo había sentido temblar en sus brazos, su piel que él sentía reaccionar cuándo él la tocaba, ¿ ella había fingido todo eso?" No podía soportar tanto dolor, tanta falsedad.

Cerró los puños con fuerza, sintiendo que las uñas se clavaban en la palma de sus manos. La rabia lo consumía, lo impulsaba a destruir. Sin pensarlo, descargó toda su furia contra la pared, propinándole un puñetazo con todas sus fuerzas.

Un dolor agudo le recorrió la mano. Sintió que los huesos se quebraban, la sangre brotaba a borbotones. Pero el dolor físico era insignificante comparado con el dolor que sentía en el alma.

Se desplomó contra la pared, con la respiración agitada, el cuerpo le temblaba. Las lágrimas corrían por su rostro, mezclándose con la sangre que manaba de su mano herida.

¿Cómo había podido ser tan estúpido? ¿Cómo había podido caer en su trampa? ¿Y quién había dejado ese diario allí? ¿Acaso… ella misma lo había planeado todo? ¿Había planeado esta última humillación, este golpe final a su corazón destrozado?

había huido Ángel para que él no la busque y pueda vengarse.

La idea de la realidad lo invadió por completo. Si era así, Ángel era aún más perversa de lo que imaginaba. Había jugado con sus sentimientos, lo había manipulado hasta el final, luego, para darle el toque final a su apuesta, le había hecho llegar este diario así él se enteraba todo y poder romperle el corazón definitivamente.

"La caída de Leo" había escrito.

"La verdad de la manera más dolorosa posible" lo había planeado todo".

Un escalofrío aún más intenso le recorrió el cuerpo. Sintió que estaba rodeado nuevamente de sombras, de fuerzas oscuras que lo atrapaban. Había sido víctima de una apuesta, sí, se rio de forma irónica.

¡"Que estúpido"! Se repitió mil veces enojado con el mismo.

Para Leo, el mundo se había convertido en un lugar frío, oscuro y peligroso nuevamente, donde la confianza era un lujo que ya no podía permitirse.

La verdad, como un veneno, se había extendido por todo su ser, apagando la luz que Ángel había representado en su vida. Pero esa luz, ahora lo sabía, era una farsa, una ilusión creada para manipularlo, para convertirlo en un simple juguete. Su lado oscuro, ese que creía haber dominado, resurgió con mas fuerza que antes, tomando el control de su destino.

Y para empeorar todo esto Enzo, su mejor amigo, también había sido víctima de este juego.

Celeste, la chica de rostro angelical, había sido cómplice de Ángel, ayudándola en todas estas farsas.

Su ángel… que ahora veía como un demonio.

La decepción, el dolor, la rabia… una mezcla que lo llevó a tomar una decisión: nunca más volvería a amar a nadie. Se dedicaría por completo al trabajo, a los negocios familiares, y las mujeres serían solo un medio para satisfacer sus necesidades físicas, una simple descarga.

El ruido y el grito de Leo, asusto a Enzo, quien entró corriendo de la preocupación.

-¿Qué te pasa, amigo? -preguntó.

Leo, con los ojos llenos de ira, le mostró el diario. Enzo lo tomó con curiosidad y se sentó en el sillón, .

A medida que avanzaba en la lectura, su rostro se desfiguraba, sus manos apretaban fuerte el diario de la bronca y dolor. Al llegar al final, las lágrimas corrían por sus mejillas.

-Celeste… también estuvo metida en esto… -murmuró, con la voz llena de dolor- No lo puedo creer… con esa carita… Y yo, qué imbécil, qué idiota… Cómo caí en esto…

El mismo odio, la misma irá , decepción, dolor comenzó a arder en su interior. Había sido engañado, manipulado, usado .Y no estaba dispuesto a perdonarlo.

Leo le dijo, con la mirada fría y decidida:

-Prepara todo, Enzo. Mañana regresamos a Italia. Me iré a hacer cargo de los negocios de mi familia…. Por mi parte, no me interesa ni dónde esté ella… Está muerta para mí.

Enzo asintió, con la misma determinación en los ojos.

-Para mí también. Hablaré con mi padre. Vuelvo al trabajo y aceptaré el compromiso que él quiera.

Informaron a Drago sobre su partida al día siguiente para volver a su país. Él, preocupado, preguntó el motivo, pero Leo y Enzo se negaron a contarle la verdad.

-Iré con ustedes -les dijo Drago, con la mirada seria.

Leo no puso excusas ni trabas. Sabía que necesitaba de Drago a su lado, su apoyo incondicional para ordenar definitivamente sus negocios en Italia.

-Estamos listos, preparados para regresar -respondieron, con frialdad.

Drago insistió, preguntando por las chicas que estaban buscando.

-No nos interesan más -respondió Leo, con la voz sin sentimientos-. Se terminó. No queremos hablar de eso.

Enzo asintió a lo que decia Leo.

Drago comprendió que algo terrible había sucedido, pero no insistió. Sabía que, con el tiempo, le contarían la verdad.

Al amanecer del día siguiente, Leo, Enzo y Drago partieron hacia Italia,

Él se despidió de Cata y de su hijo Apolo, se iba por unos días.

Drago : ¡Vuelvo pronto, los extrañare!

Dejaban atrás un pasado doloroso, una ilusión rota.

El trabajo y pasarla bien serían sus únicos compañeros. El amor, la confianza… todo eso había muerto en México, en las páginas de un diario maldito.