Un Villano Para La Protagonista

La sala del palacio, un vasto espacio adornado con candelabros de cristal que brillaban como estrellas en la noche, era el escenario habitual de los juegos de cartas de la aristocracia. Este lugar, que alguna vez fue un refugio de risas y celebraciones, ahora se sentía pesado, por el príncipe. En el centro de la habitación, un cuadro familiar enmarcado en oro brillaba con la luz tenue, mostrando la imagen del príncipe Murphy, su padre el rey y su madre, la reina fallecida. La imagen congelada en el tiempo parecía observarlo, como si los ojos de la reina, llenos de amor y esperanza, lo juzgaran por lo que se había convertido.

Murphy, sentado a la mesa de poker, rodeado de nobles que compartían su afición por las cartas y las apuestas, se encontró sumido en la frustración. Cada ficha que se movía frente a él era un recordatorio de su reciente fracaso. La idea de que Everest, un hombre que no pertenecía a su mundo aristocrático, lo hubiera engañado con tanta facilidad lo atormentaba. Los murmullos de sus compañeros resonaban en la sala, pero su mente estaba atrapada en un ciclo de pensamientos oscuros.

— alteza. ¿Qué piensas hacer con tu futura esposa? —preguntó uno de sus amigos, el tono de su voz cargado de expectativa— se acerca la fecha y creemos que lograrás lo que prometiste. Después de todo, apostamos grande por usted.

Murphy, con una sonrisa torcida, respondió.

— ah, cierto. Bueno, solo será una esposa de adorno que me servirá muy bien en la cama, aunque no quiera, la obligaré.

Las risas llenaron el aire, una risa superficial que resonaba como ecos vacíos en la sala. El príncipe disfrutaba de la idea de tener a Arlette bajo su dominio, de convertirla en un símbolo de su poder, a pesar de que en el fondo sabía que su relación estaba construida sobre una base de manipulación y egoísmo. Pero esa era la naturaleza del juego, y él estaba dispuesto a jugarlo, sin importar el costo.

Mientras la conversación continuaba, la mesa de la habitación se movió de manera inexplicable. Un silencio momentáneo llenó el espacio mientras todos los presentes intercambiaban miradas de desconcierto. Murphy, sin embargo, desechó la inquietud.

— no es nada —dijo con desdén.

Con una actitud arrogante, continuó hablando de sus planes y de la inminente llegada del emperador, que prometía una alianza con aquellos a quienes consideraba "perros sarnosos". La despreocupación en su tono contrastaba con la creciente sombra que parecía llenar la habitación.

— también aceptaré a esos perros sarnosos como parte de nuestro reino. Será una alianza que quiere su emperador. Ese emperador vendrá dentro de unos meses.

Pero, en ese instante, un ruido sordo resonó en la sala. El cuadro familiar, que colgaba con orgullo en la pared, se desprendió y cayó de forma misteriosa sobre la mesa de poker. Un estruendo que hizo que el príncipe se sobresaltara y sus compañeros se levantaran de sus asientos, asustados, abandonando la partida sin terminar.

— Solo estaba mal enganchado el cuadro... Imbéciles.

Murphy, con un aire de desdén, se quedó solo en la habitación. La soledad lo envolvía, y la frustración se convirtió en un peso en su pecho. Mientras se preparaba para salir, un sonido áspero emergió de la penumbra, un gruñido que cortó el aire como un cuchillo.

Tenso como un pan tieso, Murphy se dio la vuelta lentamente, su corazón latiendo con fuerza. En la esquina de la sala, unos ojos rubí brillaban con una intensidad sobrenatural. La rabia y el odio que le dirigían eran palpables. De la sombra, una figura se materializó; un lobo, o más bien, un licántropo, que se alzó en dos patas de manera sobrenatural de pelaje negro como ébano. Su presencia era abrumadora, y el príncipe sintió como si la habitación se encogiera a su alrededor.

— Eres... Eres... Un...

— Un perro sarnoso... No. Delante de mí está ese perro —respondió la criatura, su voz resonando como un trueno.

Murphy, asustado, cayó de espaldas y comenzó a arrastrarse hacia atrás, el terror invadiéndolo mientras el licántropo se acercaba.

— S-se lo diré a mi padre... Esto es traición —balbuceó, su voz temblorosa, incapaz de esconder el miedo que lo consumía.

— yo no formo parte de esa alianza. De nada te servirá hablar. Pero si fuiste parte de lo que me quitaron. Gracias a ti, lo perdí todo —replicó el licántropo, su mirada llena de un odio profundo que hizo que el príncipe sintiera un escalofrío recorrer su espalda.

— Y-yo no hice nada... —protestó Murphy, su voz casi un susurro.

— el aceite de luna. Fue creado en este reino y tú se lo entregaste a él... Gracias a eso, había perdido mi capacidad de transformarme... —la voz del licántropo se volvió más intensa, cada palabra cargada de dolor y resentimiento.

— ¡Eres tú... El emperador cree que estás muerto! —exclamó Murphy, la incredulidad en su voz.

— lo estaba. Pero reviví por mi diosa. Ahora busco venganza y que me devuelvan todo lo que me han quitado.

El príncipe, sintiendo que el suelo se deslizaba bajo sus pies, intentó negociar, su mente llena de desesperación.

— P-podemos negociarlo...

— nada —respondió el licántropo con frialdad, su mirada fija en Murphy como si pudiera ver a través de él.

— T-tengo a una prometida, es muy hermosa, puede ser tuya. Solo déjame ir —imploró el príncipe.

— Arlette muy pronto será mi esposa. Para eso necesito que te mueras —declaró el licántropo, su tono cargado de una determinación letal.

Murphy sintió como si el aire se le escapara. El peso de sus acciones, de sus decisiones, lo aplastaba. Aplastando su cuello en un agarre de manera brutal, dolorosa y asfixiante. Su pómulos rosados se tornaron azules igualmente que sus labios. Donde la bestia mostró su verdadera naturaleza.

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A la mañana siguiente, una sirvienta cansada de las mismas fiestas nocturnas del príncipe, entra a la sala para arreglar el desorden que siempre dejan. Al entrar, el horror la invadió. Sus ojos se asomaron al cuerpo que se balanceaba de un lado a otro colgado de una soga cerca de un muro que era de fácil alcance. Gritó y se llevó a sus labios una exclamación fuerte.

— ¡El príncipe se suicidó!

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Mis hermosas lectoras, habrá maratón, lo único que necesito saber si es que quieren con solo su me gusta o su comentario. Será de 3-4 capitulo hoy. 😉