Segunda parte de casualidad o destino, en donde se relata lo que paso con Carlos y Liz después de que supimos de ellos, relatando como el pasado puede volver afectándonos, no solo a nosotros, sino a nuestros seres más queridos, además de mostrar, como es obligación de los padres apoyar a sus hijos, para que no paguen los errores cometidos por estos.
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UN AÑO DE CELEBRACIONES
Después, de lo sucedido, Carlos Junior y Gienevive, deciden adelantar la boda, para que Carolina pudiera ser dama de honor, sin que la criticaran por una pancita de embarazada, a petición de esta misma, por lo que adelantan la boda civil y la ceremonia religiosa, el hacer esto no lo hace menos impresionante, ya que al ser la boda de su primer hijo Liz y Carlos ayudaron, a hacer la boda más grande de lo planeado.
El día de la boda llega y Gienevive luce un vestido tipo princesa blanco sin magas totalmente lleno de brillos, y Junior un traje azul marino, ambos novios son acompañados al altar, el primero en entrar es Carlos Junior, acompañado de Liz, al ritmo de la marcha nupcial Gienevive es entregada por Carlos.
La ceremonia transcurre sin mayor problema, hasta el final, donde los padres de Genevive, presumen fuera de la iglesia, de cómo prácticamente ellos, organizaron y pagaron la boda en su totalidad; al escuchar esto, Gienevive,
decide resolver todo de una vez por todas.
Gienevive:
Vaya papá, me sorprende que tengas el valor de presumir, cuando prácticamente, me abandonaste hace años y tuviste la osadía de exigirme que los mantuviera.
Leila:
Por favor, hija, no nos delates, si lo haces nos arruinarás.
Gienevive.
Se los advertí, los compañeros y jefe de mi “padre” me pueden, poner atención.
Los invitados de los padres de Gienevive, la rodean prestándole toda su atención, creyendo que alabara a su padre.
Gienevive:
Mi padre o mejor dicho, mi donante de esperma, no pago ni un solo centavo por esta hermosa boda, todo fue solventado, por mí, mi esposo, y por supuesto mis queridos suegros, y no solo quieren adjudicarse algo por lo que no pagaron, sino que me abandonaron, hace años y no solo me exigieron que mintiera por ellos si no que osaron hacerme la demanda de que los mantuviera el resto de sus vidas.
Al escuchar esto, todas las personas que fueron invitadas, por Martín y Leila, se van avergonzando a estos últimos.; mientras la policía llega, llevándoselos por violar la orden de restricción, después de este incidente, la pareja celebra, la liberación de Gienevive de unos padres narcisistas.
La fiesta continua, con mayor diversión, con comida, bebida hasta más no poder, llegando la hora de los rituales más esperados, el lanzamiento del ramo y de liga
Junior:
Listo amor, ya está detrás de ti, sé certera.
Gienevive:
Descuida, mi cielo, soy buena lanzadora.
Gienevive lanza el ramo y cae justamente en manos de Kenia, quien intercambia una mirada de complicidad con su concuña.
Llega el momento, de la liga y Junior se mete cuidadosamente bajo el vestido de su amada esposa, mientras sus padres lo ven, riendo misteriosamente.
Liz:
Digno hijo, tuyo amor, hasta las mismas artimañas.
Carlos:
Amor, no me delates.
La hora de la liga llega y tal como se esperaba, la atrapa Aldebaran, sin mayor problema.
La fiesta termina, y al igual que su padre antes que ellos, se dirigen a disfrutar una merecida luna de miel.
Las manecillas del reloj, no se detienen, en un abrir y cerrar de ojos, las graduaciones de Aldebaran y Kenia, dejan de ser un sueño para convertirse en una realidad, entregando a Liz y Carlos títulos en Administración de empresas y Derecho.
Kenia:
Suegros, gracias a ustedes he podido realizar este sueño que se veía imposible, ya que Luis nunca me dejaría en paz destruyendo cualquier oportunidad que tuviera, con tal de que siguiera manteniéndolo.
Liz:
No hay nada que agradecer, el esfuerzo fue totalmente tuyo y aunque tu padre resulto ser un patán, tu mamá y tu tía ayudaron mucho dentro de sus posibilidades trabajando incansablemente, día y noche para poder apoyarte.
Carlos:
No tienes que dar gracias, tu esfuerzo rindió frutos, yo solamente aporte un poco para el futuro de una brillante jovencita.
Aldebaran:
Papá, Mamá, ¿Puedo hablar con ustedes, por favor?
Carlos, y Liz:
Por supuesto.
Aldebaran:
Lo que les voy a decir no es ninguna sorpresa, pero al igual que mi hermano quiero abrir otra sucursal, de nuestro restaurante familiar, conozco los términos y los acepto.
Carlos:
Hijo mío, aunque no lo creas, me sorprendiste y no tengo motivos para rechazar tu petición, así que trato echo.
Liz:
Ok y dime ¿qué aras como segunda carrera?
Aldebaran:
Estudiaré, una maestría en Pedagogía, quiero seguir los pasos de papá.
Liz:
Hay amor, digno hijo tuyo, de acuerdo Aldebaran trato echo.
Al decir esto, Aldebaran se llena de alegría sabiendo que solo le falta un paso más para que su felicidad sea completa.
La fiesta de graduación continua, y en un momento de la noche Aldebaran toma el micrófono.
Aldebaran:
Pueden prestarme su atención, por favor, quiero agradecer a mis padres, a mi hermano y cuñada, así como a mi hermana y bella novia, todo el apoyo que me han dado, al no dejarme rendir, al siempre impulsarme con su ejemplo y palabras de apoyo, para no desfallecer en el camino, ahora como todo un profesional, quiero dar un paso más y enfrente de todos mis seres queridos ¿Kenia, te casarías conmigo?
Al decir esas palabras, Aldebaran se arrodilla, frente a Kenia, con anillo de compromiso, esperado la respuesta de su amada, quien no cabe de la emoción y felicidad que le causa esta sorpresa inesperada.
Kenia:
Si mi amado, mil veces siii acepto.
Las palmas no se hacen esperar mientras, las lágrimas brotan de los rostros de Liz y Carlos, quienes ven a otro de sus retoños partir a una nueva vida.
Como hemos dicho antes, el tiempo es implacable y llega el momento de recibir a un nuevo miembro en la familia, todos decidieron esperar hasta el momento del parto de Carolina, para saber el sexo del bebe, el cual está por llegar.
Un 17 de octubre, a las 11 de la noche, Carolina empieza con contracciones, por lo que pide ayuda a su familia; Carlos y Liz se ponen de acuerdo y mientras Carlos, conduce como si fuera un piloto de Fórmula 1, Liz, trata de tranquilizar a Carolina en la parte de atrás, pero por casualidad o destino son interceptados por una patrulla, la cual les pide detenerse.
Oficial:
Cuál es la emergencia.
Carlos:
Mi hija va a dar a Luz, ya se le rompió la fuente.
Oficial:
Síganme los escoltaré y abriré pazo.
La sirena suena hasta llegar al hospital, donde Carolina es intervenida de emergencia, el tiempo pasa convirtiéndose en horas para Liz y Carlos, quien se preocupan por su hija y su nieta, rogando y rezando para que ambos estén bien.
Al cabo de poco más de 7 horas, una enfermera sale, felicitando a los nuevos abuelos.
Enfermera:
Familiares de Melina Cruz.
Carlos:
Somos nosotros, señorita, dígame, ¿cómo está mi hija y mi nieto?
Liz:
¿Están bien?
Enfermera:
Tranquilos, los tres están de maravilla.
Carlos y Liz:
¿Los tres?
Enfermera:
A si es son abuelos de un par de gemelos, niño y niña, nacidos justo a las 06:07 a:m con solo 30 segundos de diferencia, en un momento los subiremos a piso y podrán verlos.
Carlos:
Mi amor ya somos abuelos, y son dos a los que puedo malcriar a mi gusto.
Liz:
Si mi amor, somos abuelos, y no dudo que lo aras, traeré a mi nieta como una princesa.
Después de unas horas, llegan los demás miembros de la familia, emocionados al saber la noticia que son tíos de gemelos.
Aldebaran:
Un niño y una niña genial, seré el tío divertido, Junior te toca ser el gruñón.
Junior:
Ni lo sueñes, yo seré el tío divertido, tú tendrás que ser el estricto.
Carlos:
Cálmense chicos, su hermana está cansada, después arreglaremos eso.
Liz:
Niños antes que nada, hay que saber cómo les pondrá su hermana a los nuevos miembros de la familia.
Carolina:
Ya lo decidí mamá, a mi niño se llamará Carlos Aldebaran, en honor a los hombres que más amo y a mi niña Elizabeth Melina, para que continúe el legado de mi mamá, además de que quiero que lleve el nombre que mi amada madre eligió para mí.
Ante la sorpresa de todos los presentes, los nombres de los niños son registrados.
Después de este bello acontecimiento, la familia apoya y cuida de Carolina, quien a pesar de todo no para de estudiar y asiste a la universidad después de solo 2 semanas cubriéndose la cabeza.
La marcha del tiempo, es algo que no se puede detener y la ante penúltima fiesta del año llega, siendo las bodas de plata Carlos y Liz.
La fiesta es celebrada en el salón preferido de la familia, con Liz portando un hermoso vestido similar al original que llevo el día de su boda, siendo este nuevo, adaptado a la edad y en esta ocasión tanto sus nueras, su hija y nieta llevan vestidos coordinados.
Carlos, sus hijos y su nieto visten trajes azul marino, viéndose elegantes, la fiesta da inicio y durante un baile preparado la pareja baila en el centro de la pista una vez más y durante un segundo baile Liz baila con sus hijos y nieto, así como Carlos con sus nueras, su hija y por supuesto su nieta.
La fiesta casi llega a su fin, cuando en algún momento de la noche Carlos, se dirige a sus invitados.
Carlos:
Amigos, me permiten su atención por favor, este año han pasado cosas maravillosas, mis hijos varones, ahora son todos unos hombres y profesionistas, los cuales tienen ahora sus propias familias, mi hija nos ha regalado Liz y a mí, un par de hermosos nietos, y sin dudar ni un segundo sigue con sus estudios demostrando
que al igual que su madre es una mujer fuerte que no se da por vencida, mi amada Liz, gracias por estar conmigo tanto tempo y formar una hermosa familia juntos, no sé si todo lo que nos ha pasado es casualidad o destino, pero sí sé que todo pasa por alguna razón.
** FIN**
