LAZOS DE SANGRE

Arturo, Sira y Federico se preguntaban mientras estaban reunidos, si la conducta de Asela, podía cambiar si ella volviera a tener la oportunidad de ser madre nuevamente, pensaron en la oportunidad de adoptar un pequeño, pero pensando que podría ser contraproducente para ella, decidieron que aprovecharían los óvulos congelados para realizar una fecundación in vitro, para que fuera un hijo de ellos, usando los óvulos congelados.

Federico lo consulto con la terapeuta de Asela y después de platicar con ella en las siguientes dos sesiones y hacerle ver la posibilidad de tener otro hijo y que no se confundiera pensando que era Cristian, ella se emocionó al pensar en tener esa oportunidad nuevamente, aunque le daba mucho miedo volver a pasar por lo mismo. Así que trabajarían con ella en sus miedos mientras se daba la llegada del pequeño nuevo integrante.

Federico le hizo saber a Arturo y Sira que no quería que la persona que gestara a su hijo tuviera contacto con él o Asela, ya que no quería que después la persona los buscará y creyera tener derechos sobre el bebé. Por lo cual Sira y Arturo se comprometieron a encargarse de todo y ser los que dieran la cara, a los médicos les hicieron firmar un acta de confidencialidad en cuanto al asunto y para que no difundieran quienes serían los padres del bebé.

Poco después de que aceptaran que se hiciera todo de esa manera, Sira y Arturo empezarían a entrevistar y contactar a las candidatas, tenían especificaciones de que fuera una persona que mostrará ser buena persona, de buenos principios para que, lo que el bebé recibiera durante su gestación no fuera a afectar la personalidad del niño o niña. Ya llevaban visto como diez personas, pero ninguna los convencía, sentían que eran muy frívolas, insensibles, antisociales o no muy agraciadas, y aunque solo lo gestarían, por si fuera transmitido algo al bebé, preferían una persona que cumpliera con todo aquello que Asela y Federico habían escrito en una lista.

Cuando Sira recibió la llamada de la enfermera indicándole que había una nueva candidata, tomo los datos y la citó junto a Arturo en una cafetería cerca de la empresa de Asela, donde ambos trabajaban y por lo mismo se les hacía fácil moverse juntos en el momento que les fuera requerido, Maya llegó de acuerdo con las instrucciones que recibió, iba vestida de manera sencilla, ya que desde que salió de la casa de sus padres, dejó de usar el tipo de ropa que usaba mientras vivía con ellos, pero si quería encajar en el ambiente donde ahora pertenecía al renunciar a su posición social, debería vestir y actuar como uno de ellos, no como una niña mimada de papi, aunque en realidad ella nunca lo fue. Si fue un poco consentida, berrinchuda, pero nunca vio a los demás por debajo de su hombro.

Al llegar busco con la mirada si reconocía a las personas que la esperaban, por lo que mando un mensaje, Sira al darse cuenta de que era la chica que estaba en la entrada, pidió a un mesero que la llevará con ellos, Maya al llegar los saludo y se sentó, dejando que el mesero le ayudará a colocar la silla.

Buenas tardes, señorita Zurita dijo Arturo, detallándola, era una mujer muy hermosa a pesar de verse humilde en su vestimenta, pero al tomar asiento notó que actuaba mostrando buenos modales.

Buenas tardes, ¿Maya… verdad?, dijo Sira confirmando el nombre.

Mucho gusto, así es soy Maya Cas... Maya Zurita – dijo rectificando al dar el apellido materno – me dijeron que ustedes buscan una persona para gestar su hijo y yo estoy dispuesta a hacerlo.

Podemos comer algo y al terminar platicamos,  ¿te parece?, dijo Sira.

Sí, como ustedes indiquen, dijo Maya.

La mesera se acercó con las cartas a petición de Arturo, pidieron sus alimentos y al llegar empezaron a comer, Arturo y Sira no le quitaban la vista a la chica analizando cada detalle de su comportamiento, tenía buena postura, buenos modales al comer, sino fuera por su ropa, estaban seguros de que era una chica rica o de buena posición social, pero era imposible si estaba necesitando hacer algo como eso, debía ser por necesidad de dinero.

Bien, ya que hemos terminado platiquemos, dijo Sira.

Adelante, dijo Maya tomando una postura derecha.

¿Por qué aceptar tener el hijo de otros?, tienes claro que una vez firmando para iniciar el proceso estarás confirmando tu decisión de renunciar a un niño que crecerá en tu vientre.

Lo… lo tengo claro, dijo Maya suspirando.

¿Qué te hizo tomar la decisión de postularte?, preguntó Arturo viéndola a los ojos.

Una persona que quiero mucho, que es como mi segunda madre, necesita un trasplante de riñón, ya está la persona compatible, pero por más que hemos pedido préstamos, hipotecaron su casa, pusimos todos nuestros ahorros y no logramos completar el pago, por eso decidí ir a vender mi sangre, pero como hace poco done, no me permitieron volver a hacerlo, entonces me comentaron de esta opción y aquí estoy.

Por lo que entendí, es alguien que quieres mucho, pero no es tu familia, ¿por qué sacrificarse así por alguien que ni lleva tu sangre?, ¿qué a lo mejor ni te agradezco cuando este sana?

Ella me abrió las puertas de su casa cuando me quede en la calle, me alimento, me dio el amor de madre, así como toda su familia, es lo menos que puedo hacer para retribuir lo que hicieron en su momento por mí… mientras viví con ellos.

Entiendo, por lo que sabes, una vez que hayas sido sometida al procedimiento y se compruebe que todo resulto bien y el bebé este en tu vientre, serás llevada a un departamento, donde habrá una persona encargada de cuidarte y ver por tus necesidades, una vez que nazca, no lo verás, lo entregarán de inmediato a sus nuevos padres y tú deberás desaparecer.

¿Cómo?, ¿no serán ustedes los padres?, dijo Maya dudosa.

No, nosotros somos los intermediarios, sus padres son personas que prefieren mantenerse en el anonimato ante ti, para que no haya problemas en un futuro de que quieras regresar a exigir, ver o recuperar el bebé.

Pero, no temen que por medio de ustedes los busque, aclaró, tengo claro los puntos expuestos, por lo que no lo haré, pero me parece que ese detalle no lo contemplaron, solo puedo asegurarles que estoy dispuesta a hacer ese sacrificio por Zulema, si ella no lo necesitará tanto nunca lo hubiera siquiera pensado.

Me gustas chica, ¿puedo saber a qué te dedicas?, dijo Sira.

Estoy estudiando diseño, me gustaría ser diseñadora de ropa o joyería en un futuro no muy lejano.

¿En qué universidad estudias?

En la metropolitana.

Pero esa es muy cara, ahí solo va gente de dinero, ¿cómo es que puedes pagar una mensualidad ahí?, dijo Arturo curioso, pensando que incluso les mentía y el bebé era para pagar sus estudios.

Gracias a un conocido de mi madre, que nos ayudó a conseguir una beca, pudimos mi amiga y yo, la hija de Zulema, la persona que van a operar, ingresar con una beca al 100%, solo debemos juntar para la inscripción que es cada semestre, por eso es  que hemos logrado estudiar en esa institución.

Tuvieron mucha suerte entonces, ¿en qué hospital está la mamá de tu amiga?, dijo Sira.

No somos de aquí, venimos de otro país, estamos aquí temporalmente, solo venimos por estudios, Zulema está en el hospital de alta especialidad LAS AMÉRICAS SIGLO XXI en la ciudad de XXXXXXX.

Disculpa la sinceridad, pero que haces en este país, tan lejos de casa y estudiando en una carrera de una universidad tan cara, no sé, algo no me cuadra en tu historia.

Entiendo y así como ustedes no desean que yo sepa el verdadero paradero del hijo que llevaré en mi vientre, no creo que sea necesario que deban conocer más a detalle de mi vida, con que corroboren que estoy sana y soy apta para llevarlo, creo que es suficiente.

Necesitamos asegurarnos de que eres honesta y no huiras con el niño cuando nazca o este por nacer, necesitamos asegurarnos de que tu historia es real.

Solo puedo decirle que tienen mi palabra de que no haré eso y les entregaré al bebé, así como espero poder recibir a cambio el anticipo pactado en el acuerdo al inicio, ya que en estos días operaran a la madre de mi amiga, si me creen o no es su problema, si deciden que sea yo, esperaré su llamada, sino muchas gracias, buscaré otras opciones, disculpen por quitarles su valioso tiempo, dijo levantándose para salir del lugar, no quería que supieran quién era realmente y porque estaba ahí, que tal y de casualidad lo conocían a Franco y le decían dónde estaba.