Reencarne Como El Omega Del Villano

...Un roce, un simple roce de labios...

Después de aquel roce Vlad, le sonrió, Yoloth estaba tan sorprendido que inevitablemente se le quedó mirando, un sonrojo apareció e hizo que sus pecas se resaltarán.

Tal vez estaba alucinando, pero por un instante sintió las mariposas en su estómago, las mismas que cuando estaba en su vida pasada escuchaba hablar, esas mariposas que tanto anhelaba sentir, sentir como revoloteaban en su estómago.

Ambos se quedaron mirándose y sosteniendo sus manos, el mundo parecía detenerse, solo existían ellos dos.

El príncipe llegó y al verlo sostenerse las manos solo empujó a Vlad y jalo a Yoloth dentro del salón.

Un simple roce de labios había movido su mundo por alguna razón, se sentía volar, sentía que ahora no todo sería color gris.

Estaba tan metido en sus pensamientos que inevitablemente el príncipe se enojó y lo regaño

—¿Quién te crees para besarte con él?—

—Ni siquiera ha sido un beso—

—Aun si no lo fue tienes prohibido volver a hablar con él—

—¿Disculpa?—

—Lo que has escuchado—

—Pues sigue soñando, porque no eres ni mi dueño ni nadie importante para mí como para ordenarme tal cosa—

—Mira bien idiota...—

Dijo para sostenerlo de las mejillas y apretarlas lastimando al chico

—Si yo digo que me lamas los pies lo harás, suficiente ya hiciste con tu existencia—

Después de la última palabra lo arrogo al suelo

Para mala suerte de Yoloth nadie había llegado aún al salón y nadie vio como el futuro rey lo había lastimado.

Aquello lo devolvió a la realidad, pero si esa era su realidad, él decidiría como sería, nadie ni nada le volvería a tratar de tal manera.

—¡Y tú escucha!, si me vuelves a tocar de esta manera yo me encargaré de hacerte la vida imposible cuando los casemos—

Tras aquello recogió al bebé del suelo y camino a su asiento, pues ya comenzaban a llegar los demás alumnos.

La clase continuo con su curso, como si nada, con la excepción de que al finalizar el profesor llamo al príncipe y su prometida.

—La siguiente clase, me temo que tendrán que darme al bebé—

—¿Qué?, No—

—No siento Yoloth, pero no se lo pueden quedar, el bebé es solo un muñeco—

—No, es mío, no me importa si es un muñeco—

Después de aquello salió corriendo del salón, sosteniendo a su "hijo", el cual no entendía nada.

Corrió hasta llegar a los jardines, donde se escondió y no entro a sus siguientes clases.

No importaba que tanto lo quisiera, no importaba que tanto lo hubiera cuidado, simplemente se lo arrebatarían, y eso era lo que más le dolía, que no podía quedárselo pues al final, tal y como lo dijo el profesor, era solo un muñeco.

Uno que no sentía emociones, no entendía nada, uno que tenía forma de bebé, que había cuidado desde el momento que lloro por primera vez, del que disfruto pasar el tiempo mientras no tenía amigos, la vida era dura para los omegas.

Primero entrega algo de ti para que te arrebaten todo...