Un Contrato Para Amar

John Spencer decide pedirle a Emiliano que convoque a una junta el martes a primera hora. Aún no se recupera del todo de las lesiones sufridas en el accidente.

Katherine falta a clases para estar presente en la reunión, ya están reunidos en la sala de juntas y esperan la llegada de John quien ingresa en una silla de ruedas.

Los presentes se levantan y lo saludan con amabilidad.

- Buenos días, les agradezco que estén aquí a pesar de la premura con la que fueron convocados.

- Supongo que estamos aquí para escuchar que vuelves a la presidencia de la compañía- dice Ramón Estévez.

- No, en realidad es lo opuesto. Les pedí que vinieran para informar que dejaré a cargo de la empresa de manera indefinida a mi yerno Emiliano Ferré. Mi recuperación llevará más tiempo del que había pensado y no quiero dedicarme exclusivamente a ello. Espero que sigan trabajando como hasta ahora y dando los mismos resultados.

Ramón y Antonio tienen una mueca de disgusto en el rostro y para nadie pasa desapercibido.

- Te agradezco la confianza John, Katherine está aprendiendo rápido y muy pronto podrá ocupar el lugar que le corresponde y tomar las riendas de la empresa.

- Sabía que eras el indicado para enseñarle y tomar el control mientras aprende. Sin nada más que agregar, terminamos la reunión.

Todos se marchan y se queda únicamente la familia. Rosalía ingresa y les informa que el detective a cargo de la investigación sobre el accidente de John los espera en su oficina.

- Gracias, Rosalía. Vamos enseguida.

Una vez ahí toman asiento para escuchar las novedades.

- Lamento informarles que esta investigación no está llegando a nada. Es un laberinto sin salida. Nuestros expertos en informática descubrieron que los videos de vigilancia fueron alterados y por ese motivo no tenemos la imagen de la persona que altero su vehículo. La investigación quedará abierta, pero siendo sinceros dudo que lleguemos a dar con el responsable. Le recomiendo que refuerce su seguridad y la de su familia. Es posible que el o los responsables no se den por vencidos hasta lograr su objetivo.

- Le agradezco, detective. Desde mi accidente hemos reforzado la seguridad y esperamos no tener más inconvenientes.

El detective se despide y se va.

- Alguien de la empresa es el responsable de esto- asegura Carlos- debemos ser cuidadosos.

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En la oficina de Ramón Estévez, padre e hijo no dejan de discutir.

- Te dije que estábamos acabados. Desde que Emiliano entró en la jugada nos quedamos sin oportunidad.

- Y yo te dije que conozco a alguien que está dispuesto a ayudarnos a deshacernos de nuestro problema.

- Pues quiero hablar con él. Necesito escuchar en que consiste su estrategia. No podemos volver a fallar.

- Me pidió que nos reunamos mañana por la noche en su Penthouse.

- Confirma nuestra asistencia.

Lo que ninguno de los dos sabe es que están a punto de asociarse con alguien muy peligroso.

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Las semanas transcurren en total calma. John presenta una considerable mejoría, ha dejado de usar la silla de ruedas.

Katherine y Emiliano viven en su burbuja de amor, ella continúa con sus clases en la Universidad y asistiendo cada tarde a la empresa.

Día con día se sienten más compenetrados, la diferencia de edad no ha significado un problema. Por el contrario, la madurez de Emiliano le aporta calma a Katherine y la juventud de ella le ha dado nuevos bríos a él.

Katherine ya terminó el.promer semestre y va a la mitad del segundo. Ha aprendido a cocinar y después del trabajo pasan mucho tiempo en su hogar.

Esta noche saldrán a divertirse, han invitado a Felipe y a Sonia y Javier. La relación con Teo no ha mejorado y se han distanciado mucho.

Kat elige un vestido corto, entallado de color dorado, zapatillas altas. Su cabello suelto lacio y un maquillaje más cargado para la noche, labios rojos.

Emiliano usa un pantalón gris, mocasines y una camisa blanca con los dos primeros botones sueltos. Su incipiente barba le da un look más varonil.

- Estoy pensando seriamente en no dejarte cruzar esa puerta- abraza a Kat por la espalda y recorre su cuello con la nariz aspirando su aroma.

- No, señor Ferré. No pienso quedarme en casa esta noche. Quiero bailar y beber algunas copas. Divertirme con mi apuesto esposo.

- Mmm, eso me gusta. Quizá después de unas copas accedas a volver a casa conmigo y te olvides de tu esposo.

- Quizá tengas suerte, vamos.

En el club se reúnen con sus amigos.

- Hola, chicos. Será una gran noche- dice Sonia y se saludan.

- Les presento a Felipe Santander, amigo de Emiliano.

- Mucho gusto, Felipe. Yo soy Sonia y mi novio Javier.

- Un gusto, chicos.

- Ordenamos algo de beber- propone Emiliano.

- Yo quiero tequila- pide Kat.

- Nosotros también- secunda Sonia.

- Yo prefiero whisky- dice Felipe.

Les llevan las bebidas y después de un rato Felipe ya tiene en la mira a su conquista y los demás se levantan a bailar.

Kat se está divirtiendo bastante, desde que se casaron no habían salido a bailar y es de las cosas que más disfruta hacer. Emiliano se deja llevar por el entusiasmo de su esposa y disfruta también de la música.

Los movimientos se tornan muy sensuales, Katherine lo está provocando abiertamente. Se coloca de espaldas a su esposo y roza su cuerpo contra el suyo. La toma con fuerza de la cadera para pegarla a su cuerpo y que sienta lo que está provocando en él.

En lugar de detenerse continúa con los sensuales movimientos.

- Sabes lo que sucederá si continúas moviéndote de esta manera, ¿verdad?- susurra en su oído y muerde ligeramente su cuello.

- Lo entiendo, perfectamente- dice mientras se gira y se apodera de los labios de su esposo en un beso atrevido y lleno de lujuria.

Emiliano le responde con la misma pasión y necesidad. Sus cuerpos exigen más y él la guía hasta el baño de damas. Al entrar traba la puerta.

La acorrala contra el lavabo; besa y mordisquea sus labios, recorre su cuerpo con ambas manos. La sube al mueble y mete una de sus piernas en medio de las de ella.

Katherine se ha perdido en las sensaciones que los besos y las caricias de Emiliano están provocando, entrelaza sus manos detrás de su cuello y se entrega por completo a los besos sublimes de su esposo.

Emiliano deja besos en su cuello y baja hasta su escote, Kat gime con timidez, no quiere que nadie los escuche. Se presiona contra el cuerpo de su sexy esposo.

Lo rodea con ambas piernas y él sube su vestido, acaricia con habilidad su centro, ella se retuerce de placer.

- Por favor, Emiliano. Hazlo ya- le suplica en un murmullo.

- ¿Qué quieres que haga, princesa? Dímelo.

- Hazme tuya, te necesito.

- A mi princesa lo que pida.

Hace a un lado sus bragas y se introduce en ella de una sola vez, con un movimiento fuerte y certero que la hace gritar.

- Me vuelves loco, Kat- dice contra sus labios- estas tan apretada- ella muerde su labio inferior y él aumenta la profundidad y la intensidad de sus movimientos.

Se dejan llevar por la pasión del momento y llegan juntos a la cima. Se quedan quietos por unos segundos, recuperando el aliento.

- Afuera debe de haber una larga fila esperando- menciona Kat- que vergüenza, ¿como vamos a salir de aquí?

- Tú tienes la culpa, sabías muy bien lo que estabas provocando.

- Sí, lo admito. Ahora ayúdame a bajar.

- Claro, princesa. Ven aquí- la deja en el suelo con cuidado y la toma de la mano.

Salen se ahí y Kat no se atreve a levantar la mirada, por suerte no hay nadie afuera.

Sus amigos se encuentran ya en la sala VIP y Felipe está acompañado de una hermosa chica de cabello rojo y piel muy blanca, parece una modelo.

- Chicos, les presento a Ciara O'Brien.

- Micho gusto, Ciara- saluda Kat.

- Ellos son mis amigos Emiliano y su esposa Katherine.

- El gusto es mío chicos.

- Ciara está de visita. Vive em Irlanda.

- Será un gusto mostrarte la ciudad- ofrece Sonia.

- Me encantaría, estaré aquí las próximas tres semanas.

- ¿Y a qué veniste a Madrid?- pregunta Kat.

- Soy modelo y vine a una sesión fotográfica para promocionar la nueva colección de un importante diseñador.

- Wow, debe de ser emocionante que tu trabajo implique viajar alrededor del mundo.

- Al principio lo es, Sonia. Después se vuelve tedioso y cansado. Sobre todo cuando no tenemos tiempo para conocer el país que vistamos o salir a divertirnos.

- Espero que este no sea el caso, guapa. Pretendo invitarte a cenar en próximos días.

- No declinaré una invitación tuya, guapo.

- A divertirnos entonces- dice Kat.

Las tres parejas bailan hasta el amanecer, se despiden y se van a sus respectivos hogares a descansar.