Mi Cruel Destino

Los Ferrer empezaron a mover sus piezas, ellos querían destruir a Lucia, según ellos ella fue la culpable de la muerte de su adorada Adele, estaban tan lejos de la verdad.

— Debemos quitarle a esa pxxxx lo que más le duele. El grito de Maria resonó en toda la habitación.

— Será difícil llegar al niño, lo tienen muy bien protegido. — Respondió Ignacio golpeando el escritorio de su oficina.

— Pero ella y Mauricio han seguido con su vida, que tal si Mauricio cree que ella le es infiel, conociendo sus ataques de celos seguramente le quitará al niño y la echara a la calle como basura, una vez esté desprotegida podremos atacarla. — Explico María

En el rostro de la mujer solo había odio hacia su hija, el que viera en el corazón de María quedaría horrorizado al ver que una madre guardase tanto resentimiento hacia su hija, que culpa tenía Lucia de sus errores, que culpa tenía Lucia de que Laureano nunca la quisiera, en realidad María siempre había amado a Laureano y cuando al fin logro acostarse con él, el hombre la repudio y le dijo que él jamás dejaría a su esposa y menos por una mujer tan ordinaria como ella y cuando Maria supo que estaba embarazada, odio aún más a Laureano, ya que Ignacio se enteró de su aventura con otro hombre y desde ese día también la repudio, su matrimonio solo era en apariencia porque al estar solos en la habitación Ignacio obligaba a María a degradarse de las mil formas posibles y está aguanto tal trato solo por mantener una posición de respeto, al nacer Lucia María la rechazo dejándola en manos de las sirvientas, y así pasaron los años y mientras Adele crecía como una princesa malcriada y mal educada, Lucia crecía como la hija de la servidumbre, ella era educada y aún y cuando Maria la maltrataba Lucia siempre mantenía una sonrisa.

Al pasar los años Lucia fue creciendo y a pesar de ser criada como sirvienta su delicadeza, sus facciones, toda ella emanaba un aire de realeza, su belleza era inigualable y aunque tenía mucho parecido con Adele, no había dudas de que Lucia era hija de nobles.

Ante los ojos de Ignacio la muchacha era toda una provocación, Maria vio en los ojos de Ignacio la lujuria que su hija despertaba, además él empezó a tratarla de manera diferente y no permitía que la maltrataran mientras él estuviera en casa, estás acciones hicieron que el odio de María por su hija creciera aún más.

Cuando Adele le dijo que estaba saliendo con Mauricio Lombardi María vio la oportunidad de vengarse de alguna manera de Laureano así que obligó a su hija a dejar a Mauricio, realmente Adele lo amaba, pero Maria nunca permitiría esa relación, así que obligó a Adele a casarse con Alejandro García, un hombre sin escrúpulos que terminó haciendo la vida de su hija un infierno, Maria termino culpando a Lucia de nuevo por el destino de su hija, pues según ella si Lucia no hubiera existido nadie se hubiera dado cuenta de su relación con Laureano y Mauricio y Adele hubieran podido estar juntos.

Y la cereza del pastel fue el día que en la rueda de prensa Mauricio estaba al lado de Lucia y la trataba con tanta delicadeza, con tanto amor, mientras que su pobre hija solo recibía golpes y humillaciones, definitivamente María estaba mal de la cabeza y siempre quiso ver en su hija Lucia un medio para espiar sus culpas.

Las cartas estaban sobre la mesa, el juego había empezado y ahora, Lucia tenía que luchar para poder salvar a su familia y mantener el amor de Mauricio.

Tres meses después el día de la boda llegó, Mauricio estaba en la iglesia esperando por Lucia, mientras Lucía estaba saliendo de la mansión para encontrarse con el amor de su vida, la limusina la estaba esperando para ir al encuentro de su amado, ella no se dio cuenta, pero el chófer no era el de siempre, cuando ella se dio cuenta ya era muy tarde pues el auto se había puesto en marcha, la muchacha guardo la calma he hizo como si nada estuviera pasando, después de haber avanzado unas cuantas cuadras, Lucia pregunto a través del espejo retrovisor.

— Quien te envío?. El chófer abrió los ojos por la sorpresa de ser descubierto.

— Solo cumplo órdenes. — Dijo el sujeto sin dejar de mirar el camino.

— Cuál es la orden?. — Pregunto de nuevo a la chica.

— Debo matarte, pero antes me puedo divertir contigo. — Dijo el hombre fumando un cigarrillo.

— Muy bien, pero entonces nos divertiremos los dos. — Dijo Lucia cerrando la ventanilla que separa al chófer de los pasajeros.

Lucia sabía que no tenía tiempo, le envío un mensaje a Mauricio diciéndole que la habían secuestrado, ella vio fuera del auto y se dio cuenta de que la estaban llevando a un lugar lejano, así que se quitó la larga falda, quedando solo en su ropa interior, ella llevaba una bolsa de mano donde había guardado algunas cosas para la noche de bodas y encontró en esta una sudadera, agradeció a Ana su ingenuidad.

Horas antes.

— Ana necesitó ropa cómoda para el viaje, por favor en este bolso mete algo cómodo y lo dejas en la limusina.

Fin del recuerdo.

El auto se detuvo y una vez se abrió la puerta aquel sujeto saco a Lucia de la parte trasera de la limusina, la llevo hasta una vieja casa donde empezó a atacarla, Lucia sabía que no podía contra la fuerza de este sujeto, así que lo dejo pensar que se saldría con la suya, cuando el sujeto se descuidó Lucia le dio una fuerte patada en la entre pierna, dejándolo en el suelo revolcándose del dolor.

— Pobre imbécil, ahora me dirás quién te envío. — Dijo Lucia mientras agarraba el arma que este co? Volvióevaba encima.

— Eres una pxxxx mxxxxxx, me las pagarás ya verás.— Grito el hombre.

— Aja si, pero ahora dime quién te envío?— volvió a preguntar Lucia perdiendo la paciencia, disparando a la pierna del hombre.

Este grito del dolor, pero no dijo quien lo había mandado, en un descuido de Lucia el tipo se le fue encima y en el suelo forcejeron por el arma la cual se disparó hiriendo a uno de los dos.