Ella es acusa injustamente por un delito que no cometió y al darse cuenta que el ser que aseguraron que ella asesino esta vivo, hará lo que sea para vengarse y hacerlo pagar por todo lo que ella tuvo que vivir.
Y en el camino hacia su objetivo encontrará a un fuerte aliado que sin darse cuenta los dos caerán rendidos ante las garras del amor.
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¿Lista?.
Zazil.
Tener tan cerca a mi hijo y sentir su calor sigue siendo demasiado irreal para mi, por segundos llegue a pensar y creer que todo lo tendría completamente perdido, pero mi Esperenza y mi Fe muriron al ultimo gracias a ellos, a Ellen y Elian.
Que a pesar de que ellos son parte de una mafia por no decir que Elián es el líder y Ellen es su hermana y quizás su segunda al mando, pero sean lo que sean y se dediquen a lo que se dediquen, aun así tienen un gran corazón.
Porque me brindaron su ayuda sin aun saber lo que me pasaba, y en las horribles circunstancias en las que la vida hizo que nos encontraramos, aun asi el me brindo su mano y se que jamas la soltara por todo lo que ha hecho en tan muy poco tiempo...
Al abrir mis ojos, lo primero que visualice fue a mi hijo junto a mi, era tan hermoso, sus largas pestañas y sus labios tan pequeños y carnosos, tenerlo así de cerca pude darme cuenta de que tiene mucho parecido a mi y de las cuales una simple fotografía jamás podría mostrarme.
Bese su mejilla hasta dejar un pequeño beso en su frente, me levante con cuidado para no despertarlo, rodee su pequeño cuerpo con un sin fin de almohadas, para evitar que pasara algun accidente.
Me fui directo a darme una ducha rapida, al salir me cambie con lo que me habia dejado Elian la noche anterior, estaba por terminar de atar los cordones de las botas cuando un ligero toque se escucho.
- ¿puedo pasar Zazil?- me levante del pequeño sofá y fui a abrir la puerta- perdon por venir a esta hora, pero Elián dijo que hoy iniciarias con tu entrenamiento.
- si, anoche me dijo y tambien me comento que tu lo cuidarias, Ell, ¿estas segura?, quizas tengas asuntos mas importantes que hacer. -- se escucho una carcajada sorda hasta negar.
-- jamas vuelvas a decir que me obligan, yo estoy mas que feliz de cuidar a este caballerito-- sonrei soltando un profundo suspiro hasta que asentí.
Camino hasta sentarse en la orilla de la cama y acaricio con delicadeza el cabello de Ramsés -- Ellen solo olvida lo que dije -- ella asintió, se levantó hasta abrazarme tan fuerte que me hizo sentirme tan bien.
-- ve tranquila, estaremos bien, anda que a Elián no le gusta la impuntualidad -- asentí acercándome a mi bebe dándole un par de besos, abrace de nuevo a Ellen y caminé hacia la puerta -- cuídate y que este día sea extraordinario.
Asenti nuevamente y sali de la habitacion caminando hacia las escaleras donde ya estaba Elian esperandome con su ropa igual a la mia.
-- ¿lista? -- no respondí porque no sabía que me deparaba este día, sonrió mostrando una bella sonrisa, tomo mi mano y solo bajamos -- tranquila, yo te cuidaré.
Al decirme esas simples palabras, hacían que mi ser se sintiera tranquilo, protegido, calido y demasiado feliz.
Salimos de casa y estaban tres camionetas, pensando que abordaríamos alguna, pero no, solo me guio hasta una motocicleta de pista color negro, al acercarnos soltó mi mano, agarro uno de los cascos y giro para colocármelo.
Donde al verlo de cerca note que era muy guapo, sonrió al ver que lo veía fujamente -- ¿alguna vez te has subido a una? -- negué ante su pregunta.
-- no, jamás, pero sé andar en bicicleta y creo que es algo parecido, ¿no?.
Solo negó con una enorme sonrisa dibujada en sus labios, se puso su casco, el subió y extendió su mano para que hiciera lo mismo.
Al estar tras de el jalo mis manos e hizo que lo abrazara fuertemente, abrí mis ojos de total sorpresa, pero no dije nada, encendió el motor que en verdad rugía y solo acelero hasta avanzar.
No se cuanto estuvimos en carretera, pero fue el tiempo ideal para ver el hermoso amanecer, llegamos a una finca igual de bonita que su casa.
Estaciono y me ayudo a bajar, tomo de nuevo mi mano y fuimos a la parte trasera donde estaba casi desertico, a lo lejos había mesas llenas de botellas e imágenes colgadas en palos.
-- bienvenida a mi lugar favorito, el campo de tiro -- asentí mientras caminaba tras de el -- ¿estas lista por aprender?.
-- lista y a la vez nerviosa, todo esto es nuevo para mi, pero todo esto es sacrificio para cumplir mi objetivo -- volvio a sonrei mientras uno de los hombres le entrego una maleta enorme y la puso sobre una mesa.
-- eso me agrada Zazil, así que iniciemos -- me acerque a el y abrió esa maleta donde por primera vez pude ver y conocer diferentes modelos de armas.
Yo la única que conocí fue un revolver que tenía mi padre por herencia de mi abuelo, pero esa arma jamás sirvió.
Elián me dio un arma pequeña de la cual el nombre no recuerdo, estaba pesada a pesar de su tamaño, hizo que apuntara al frente, mis manos estaban un poco temblorosas.
Hasta que accione el gatillo con un poco de temor, pero Elián fue muy rapido, el evito que por la fuerza de la misma arma me golpeara en el rostro.
Volví a intentar, pero en esta ocasión el estaba tras mío, poso sus manos en las mias y volvi a accionar el arma.
Estuvimos así por varias horas hasta que por fin pude sostener el arma sin ayuda de él.
-- creo que estarás lista mucho antes de lo esperado -- solo asentí sin entenderle bien a que se refería -- bueno sigamos preciosa.
Me sorprendí por como me había llamado, pero nuevamente no dije nada, seguí en la lección de las armas, mi puntería era un completo asco, tanto que en el último tiro hice berrinche como una niña pequeña.
Mientras Elián solo me observaba con una sonrisa en sus labios -- esto no es para burlarse, pero tú no me entenderías, tú sabes disparar hasta con los ojos cerrados -- él asintió aun sonriendo -- ¡ya no puedo mas!.
Grite con demasiado enojo por mi frustración de no poderle dar ni a una mugrosa botella -- ¡ey!, tranquila, se que lo lograras, hoy en día sé disparar tal cual me dices, pero en un tiempo estuve en la misma situación que tú, solo se perseverante.
Asenti ante sus palabras y nuevamente apunte hacia esas botellas y dispare, pero nuevamente no le di a ni una, gire a verlo y solo negue, camine hacia la mesa y deje el arma más que decepcionada.
Al caminar para irme de ese lugar, nunca me di cuenta que había un pequeño hoyo en el suelo, me trastabille y estaba a punto de caer cuando unos brazos fuertes y demasiado cálidos me sostuvieron.
Él solo me veía, su mirada era tan penetrante que me sentía tan desvalida ante él, no se que rayos sucedía conmigo, era el tiempo muy corto en que lo trataba y mi mente últimamente pensaba cosas que no están bien.
El jamás se fijaria en algien como yo, estoy mal por confundir su amabilidad con algo que jamás sucedera.
Y después de que mi mente divagara, un carraspeo hizo que reaccionara, y era Elián frente a mi con la maleta sobre su hombro.
-- es todo por ahora, vayamos a casa para que el medico te revise el tobillo -- solo asenti y camine a la par de el.
Subimos de nuevo a la motocicleta y nos fuimos, al salir de la finca solo volteaba o veia los espejos, nego y sin avisar aumento la velocidad dejando muy atrás a las camionetas que nos seguían, el camino era diferente al principal que habiamos recorrido.
Y al pasar dos curvas disminuyo conciderablemente la velocidad y su mano toco las mías dandoles un ligero apreton.
Entramos a una terraceria hasta llegar a un portón, abrieron y avanzo muy poco hasta que estaciono y me di cuenta que era la casa, salieron varios hombres del interior de la casa.
Él se bajó y al quitarse el casco lo estrello en el piso con demasiada furia -- en este momento quiero saber, ¿quiénes eran?, y ¿donde carajos estaban ustedes?.
Solo asentian y del interior salio un hombre alto quien le entrego una tablet -- ya los tengo localizados patron, y son gente de Ciro.
Al escuhar ese nombre solo se me erizo la piel de solo recordar, me quede parada viendo a Elian darles ordenes a los hombres, giro a verme y extendio su mano para que la tomara.
-- el doctor esta esperándonos -- asentí y caminé junto a él para entrar.
Pero al atravezar esas puertas fuimos recibidos por Ellen quien traia en brazos a Ramsés, quien al verme estiro sus pequeños bracitos, lo abrace con fuerza hasta llenarlo de besos.
Despues de su tierna risa por lo que le hacia, vio a Elian quien no tardo en llamarlo -- pa, pá.
-- hola campeón -- lo cargo, tomo nuevamente mi mano y nos llevó al despacho.
Bajo la mirada de Ellen quien solo sonreía, entramos y ya estaba el médico ahí, me senté en el sofá y sin decir ni una palabra el comenzó a revisar mi tobillo.
-- señor Makris, la señora esta bien, solo le dejare en esta receta analgesicos si llega a sentir alguna molestia por la torsedura.
Asentimos y solo salió el médico, me iba a levantar cuando el se acercó entregándome a Ramsés -- aunque el médico dijera que estás bien, quiero que descanses.
Volvi a asentir y al levantarme no di ni un paso cuando sus brazos nos alsaron -- Elian, no es necesario, puedo caminar.
-- es muy necesario preciosa -- y nuevamente me sorprendi.
Subió las escaleras hasta mi habitación, me dejo en la cama y me dio un beso en la mejilla -- descansa, Ellen estará al pendiente de ustedes -- asentí más que atónita -- adiós campeón cuida a mamá mientras no estoy.
-- si, si -- contesto Ramsés, beso su frente y solo salió de la habitación.
Quedandome mas que sorprendida por todo lo que a sucedido en este dia tan loco y lleno de mucha adrenalina.