Ser Mucho Más

-Muchas gracias, por todo esto -le digo con sinceridad

-¿Me perdonas?

-No tengo nada que perdonarte, solo me has dicho la verdad, no es justo que yo te pregunte sobre tu vida si te he prohibido preguntar por la mía

-No tengo problema en que me conozcas sin que me permitas a mi conocerte -dice con sinceridad -¿Es tarde si respondo tus preguntas ahora?

-No tienes que hacerlo Odissan

-Pero quiero hacerlo

-Está bien, te escucharé en lo que me como las galletas y el chocolate que preparaste

-Está bien

Nos vamos a sentar en las escaleras y le presto toda mi atención, ya que es lo mínimo que puedo hacer por él.

-La relación que tengo con mis padres es bastante buena en realidad, trabajo de lunes a sábado en los negocios que tiene mi padre, a mi madre la veo de vez en cuando y es muy consentidora, una mujer muy cálida que siempre trata bien a las personas, incluso cuando no se lo merecen

Asiento con una sonrisa y no lo interrumpo, quiero que me cuente tanto como él quiera.

-La relación con mi hermana es algo un poco más compleja, siempre ha creído que por ser mujer no debe de trabajar o esforzarse por conseguir lo que quiere, solo basta levantar un dedo para que mis padres lo hagan inmediatamente, no es que me moleste que la consientan tanto, es solo que no sabe valorar las cosas, para ella todo es fácil y sin el más mínimo problema

-¿Y su futuro esposo está bien con eso?

-Supongo que sí, a él no lo conozco realmente mucho, es un hombre adicto al trabajo, incluso más que mi papá y yo, y créeme eso es difícil de superar -dice riendo -En fin, nos prometió que iba a cuidarla, a hacerla feliz y consentirla mucho

-Espero que pueda lograrlo -le digo sinceramente -Deseo que puedan ser muy felices

-Gracias Aysel

-No tienes nada que agradecer Odissan

Nos quedamos en silencio un momento y veo que se quita su chamarra para ponerla con cuidado sobre mis hombros.

-El viento es muy frío y no quiero provocarte alguna enfermedad

-No es necesario... -comienzo a quitármela, pero él me detiene al instante

-Por favor, no te la quites

-¿Y tú qué?

-Estoy bien, enserio

-Gracias por ser tan atento conmigo Odissan, de verdad lo valoro mucho, estos días han sido demasiado complicados para mi

-Puedo imaginarlo, lamento que hayas que tenido que vivir todo el drama de esos hombres, mi abuela nunca debió de involucrarse con gente de ese tipo

-¿Por qué tu papá parece odiar a la señora Tutu? Quiero decir, es su mamá y la forma en la que le habla o la mira...

-Esa es una historia bastante larga por contar... quizá después te la cuente con otra taza de chocolate -dice mientras mira la taza vacía que sostengo entre mis manos, aun conservando el calor de hace un momento

-De acuerdo -le digo con una sonrisa genuina y llena de tranquilidad, pero sobre todo sinceridad

-Dámela, voy a llevarla a la cocina, deberías entrar y descansar un rato, ya no tarda en amanecer

Ambos nos ponemos de pie y me acompaña hasta la puerta de mi recamara, antes de entrar lo miro y le sonrío.

-Algo que disfruto mucho es diseñar prendas de vestir, mi deseo siempre fue entrar a la carrera de corte y confección, pero por distintas cuestiones, solo logré entrar a unos cursos que duraban 6 meses, pero aprendí muchísimo y creo que soy buena haciéndolo

-Estoy convencido de que eres la mejor

-No, no es para tanto -le digo riendo -Solo es algo que me gusta hacer, pero solo eso

-Gracias por compartirlo conmigo Aysel

-Gracias por escucharme Odissan, por contarme sobre tu familia y por todo lo que hiciste esta noche

-No tienes nada que agradecer

-Pasa linda noche

-Tú también, trata de descansar

-Trataré

Entro a la habitación y siento una calidez que cubre mi corazón, por primera vez desde que mi mundo se puso de cabeza por la infidelidad de Radel, me siento ilusionada, en paz. Siento que es un peligro total seguir acercándome a Odissan, porque a quien engaño, es demasiado lindo y atento.

Ahora entiendo porque Azai está enamorado de él.

No quiero decir que yo este enamorada, pero todas las atenciones que tuvo hoy conmigo me derritieron el corazón.

Un poco más tranquila me acuesto a dormir y me permito descansar, alejando todos los malos pensamientos y sentimientos, permitiéndole a mi corazón que sienta esa sensación bonita.

***

Las semanas pasaron, Odissan visitaba con frecuencia a la señora Tutu y solía quedarse a cenar para convivir un poco más de tiempo. Además, Azai se había recuperado por fin de sus lesiones, las cuales le habían desfigurado por completo el rostro, por lo menos la hinchazón ya había cedido, su labio se había recuperado del corte y solo quedaban unos cuantos hematomas sobre su mejilla y mandíbula.

El cocinero nunca volvió a aparecer por la posada y solamente nosotros tres estábamos viviendo en ese lugar tan grande. Pero con la fama que había tomado la pensión, los huéspedes salían casi huyendo al escuchar los rumores de los alrededores.

La señora Tutu cada vez se deprimía más, porque no sabía qué hacer para volver a tener la confianza del resto de las personas, sé que se culpaba por todo lo que había pasado y probablemente varias noches en vela eran su penitencia, porque las grandes ojeras debajo de sus ojos la delataban.

-Buenas tardes Aysel -dice Azai mientras entra a la cocina y me ve preparando un pastel de chocolate para la seora Tutu

-Hola Azai, ¿Cómo sigues?

-Mejor, recuperando mi belleza cada día con paso seguro

-Eso es bueno

-¿Pastel de chocolate?

-Escuché que es el favorito de la seora Tutu

-Lo es y por mucho, dime, quieres quitarme el puesto del inquilino favorito ¿No es así?

-Me acabas de descubrir, estoy confiada ¿sabes?, nadie puede resistirse a mis postres

-Eso no es gracioso Aysel

-Lo es -le digo riendo

-Jamás lograras ganarte su corazón, me pertenece a mí y a mí me quiere como a su nieto

Sonrío y lo tranquilizo

-Solo bromeo Azai, no quiero ganarte ese puesto, solo quiero que la señora Tutu cambie un poquito su actitud, la he visto muy deprimida todos estos días, sé que se está culpando constantemente por todo lo que pasó y sinceramente no sé como ayudarla

-Eres una persona muy linda Aysel y solo por eso te contaré algo

-¿Qué es?

-Toma -me tiende un papel con una dirección escrita en el -Cuando fui a mi revisión médica, vi que este lugar está solicitando empleadas de tu edad, deberías de darte una vuelta por allá

-¿Enserio? Muchísimas gracias Azai, te debo una

-Sí y te la cobraré cuando lo crea conveniente -me guiña un ojo y después de robarse betun de chocolate con el dedo sale corriendo de la cocina como si de un niño se tratara