Leon Frits, segundo hijo del mafioso más reconocido, al menos en el llamado “bajo mundo”, su padre muere en un atentado, por lo que para reclamar la herencia deberá casarse, en un rango de al menos un año tener un hijo.
Tatiana es una joven que ha vivido en la miseria, pero no siempre fue así, su padre era un empresario reconocido hasta que fue estafado, su madre se suicidó tras caer en la pobreza, a pesar de ser una mujer físicamente hábil, está no posee una buena base económica.
¿Qué hará al recibir ayuda de Leon? La pregunta correcta sería ¿Aceptará la ayuda de aquel hombre y se atará a él a través de un contrato?.
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Capítulo 21
En la casa había un profundo silencio, Leon estaba enojado y Tatiana estaba encerrada, Leon camino como alma que lleva el diablo hasta su oficina y se encerró por horas, nadie se atrevió a hablarle para cenar, en cambio, intentaron llevarle de comer a Tatiana en vano, pues, esta no respondía, pero si se podían escuchar sus sollozos.
Las sirvientas no pudieron evitar sentir pena por aquella Tatiana, era joven y terca, además de que debía tratar con Leon, de ambos hermanos, Leon era el más problemático y con una personalidad poco tolerable, a sus ojos, Tatiana no merecía sufrir junto a Leon, pero ellos no conocían las razones que esta tenía para soportar a Leon.
En el interior de la habitación Tatiana seguía llorando, no quería salir de la habitación, prefería dormir sola en esa habitación que tener que verle la cara a Leon y compartir cama con él, cada vez que se cruzaba con él terminaban peleando y ella no quería eso, simplemente quería descansar un poco de todo.
Leon salió de su oficina casi a las ocho de la noche, su rostro tenía un moretón, este se veía mal e hinchado, para ser exactos su ojo izquierdo estaba morado e hinchado y todos sabían cuál era la causa de tal golpe, sin embargo, se mantuvieron en silencio.
Leon fue hasta la cocina y. Una empleada se acercó a este de forma rápida.
—¿Necesita algo señor? –Preguntó una sirvienta de forma amable– puedo ayudarlo rápidamente.
—¿Tatiana no ha comido?.
La sirvienta bajo su cabeza evitando la mirada de Leon a toda costa.
—No… la joven no ha salido de una de las habitaciones vacías en todo este tiempo, intentamos convencerla de salir y comer, sin embargo, ella no nos prestó atención ni mucho menos quiso salir.
—No insistan más, en cualquier momento el hambre le ganará y saldrá por sí misma.
—Sí señor.
—Ya deben largarse a descansar.
La sirvienta asintió y casi de forma instantánea todos se fueron, Leon miró a su alrededor y tras checar que no había nadie a su alrededor fue hasta la cocina, al estar allí busco comida, por suerte estaba tibia.
Tras sujetar un plato se le vino a la mente el recuerdo de Tatiana rompiendo un plato en su cabeza, por más enojado que estuviera él se lo busco y sabía el historial de Tatiana, por lo que tal reacción no era de extrañar, aunque Leon debía admitir que recayó rápido en la realidad como para no devolver el golpe.
Leon se encaminó hasta la habitación en donde estaba Tatiana, al principio vio todas las puertas, ya que era poco probable que supiera en cuál estaba Tatiana en específico, por lo que simplemente optó por intentar abrir las puertas, Tatiana debía estar en la única habitación que tuviera seguro.
Cuando encontró la habitación no logró escuchar nada por lo que decidió tocar la puerta, sin embargo, tampoco obtuvo respuesta, siguió tocando de forma más constante hasta que al fin obtuvo una respuesta de parte de Tatiana.
—¡Déjenme en paz! –Grito Tatiana enojada, sin embargo, su voz se escuchaba entrecortada y débil– no pienso salir…
Leon apretó un poco el plato en sus manos, debía admitirlo, se dejó llevar, estaba cansado de la actitud de Tatiana, pero se atrevió a levantarme la mano, ¿Acaso su crianza no le enseñó a respetar a una mujer? Por más rabia que sintiera sobrepasó los límites de la decencia.
—Soy Leon… –Dijo este con un tono bajo y calmado– no está bien que dejes de comer, no te obligaré a dormir conmigo, solo debes comer y ya…
—No quiero, puedo pasar mucho tiempo sin comer…
—Tatiana, no te diré nada más –Leon estaba un poco inquieto– Sabes… sé que me equivoque… no debí hacer algo así, es solo que estaba muy enojado y simplemente actúe, la próxima vez que haga algo así prometo que dejaré que me mates a golpes…
Leon esperó es silencio una respuesta, pero no hubo algo así, se quedó parado frente a la puerta por un largo rato más y cuando iba a irse, la puerta se abrió dejando ver a Tatiana, aunque el rostro de esta estaba limpio, su nariz estaba roja y sus ojos estaban un poco hinchados.
Tatiana miró el plato en manos de Leon, luego miró a Leon con recelo sin dejar de sujetar la puerta, ya que todavía no estaba segura de salir de la habitación.
—Esto es para ti –Dijo Leon con suma calma, no quería que Tatiana desconfiara de sus acciones– tengo muy en claro que mi actitud es horrible, pero es algo que no puedo controlar, lo único por lo que pido perdón es por mis actos inconscientes y salvajes.
–No permitiré que vuelvas a siquiera pensar en ponerme un dedo encima y si por alguna razón siento que estás siendo agresivo te aseguro que la próxima vez no será un simple plato, sino una silla o algo peor, no pararé de golpearte hasta que el objeto con el que te golpeé quede destrozado.
Leon sonrió y le entrego el plato a Tatiana, debía reconocer que había sido infantil al intentar lastimar a Tatiana o imponerse ante ella, mucho más al notar que ella simplemente era una niña terca y sumamente agresiva, pero esa agresividad le sirvió de mucho.
—Lo tienes permitido, es una vergüenza para mi decir que es la primera vez que me atrevo a poner un dedo sobre una mujer y lo más lamentable es que hayas sido tú.
—Bueno –Dijo Tatiana un poco desconfiada– ¿Qué propones? Debemos estar juntos al menos por dos años y yo no pienso tolerar tu estúpida personalidad.
—No lo sé –Dijo Leon de forma honesta– ni siquiera me llevó bien con Lothar, pero mi promesa sería intentar llevarme mejor contigo, me molesta tu personalidad, pero, debo admitir que yo fui el que acudió a ti, por lo que es ridículo que te reclame y te exija cambiar tu forma de ser.
—Ya nos estamos entendiendo, si ese será el trato, prometo controla un poco el veneno de mis palabras.
Leon asintió y se movió un poco para que Tatiana saliera de la habitación, ambos caminaron hasta la cocina, Tatiana comenzó a comer y Leon cocino para él, pues, no deseaba comer lo que ya estaba hecho.
—¿Puedo dormir sola, verdad?.
—Claro que sí, por lo menos mientras estemos aquí. Lamento haberte impedido dormir, pero para que quede claro sufro de insomnio, en algunas noches admito haber estado con alguna que otra empleada, pero como tú dijiste, la mayor parte solamente salgo de la habitación o me siento en el escritorio de la habitación a adelantar trabajo.
–No sabía que sufriera de insomnio.
—¿No lo sospechaste? Duermo muy poco, ni siquiera puedo tomar siestas en el día.
—Ya veo.
Leon y Tatiana comieron juntos, por primera vez Leon se abrió a Tatiana y tuvieron una conversación decente, aunque no eran del todo abiertos al otro era un avance, para como se llevaban antes, una sana interacción les permitió despreciar un poco menos al otro.
Aunque Tatiana todavía sentía un poco de rencor por la bofetada, pero estaba un poco feliz de haberse desquitado, en su vida volvería a tener la oportunidad de darle una buena paliza a Leon, por lo que al menos viviría con el recuerdo de los buenos golpes que le dio a Leon.
Pero a mi parecer podrías mejorar la .
Te ha faltado desarrollando mas la historia y asi como los personajes.
Además de que haces saltos muy bruscos tanto de tiempo transcurrido en la historia, como de escenario y situación que se estába desarrollando entre un capitulo y otro.