Lilian amó con sinceridad al emperador Dmitri y él también dijo amarla, por eso a ella no le importo ser solo una concubina, pero después de que este se casara con su prometida, comenzó a ignorarla, el emperador se dejó manipular por la madre emperatriz al punto de condenar a la familia de Lillian e incluso ella fue ejecutada de manera injusta, pero para sorpresa de Lillian, ella regresó a su pasado, cuando apenas era una niña y ahora, tenía la oportunidad de cambiar su cruel destino y el de su familia.
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Capitulo 2
Narradora
Lillian estaba en su habitación cuando de pronto su nana la fue a buscar por qué había llegado una carta y al parecer involucraba a toda la familia
Así que ella cerró su libro y lo dejo en la cama, luego salió junto a su nana de la habitación al llegar a la sala ya todos estaban reunidos su madre que estaba sentada junto a su padre en uno de los muebles le dijo que se sentará con ella
Alexander: Como todos saben yo estaba esperando que me llegará una carta del imperio de Nastia y el día de hoy me acaba de llegar
Charlie: ¿Y que es lo que dice esa carta?
Alexander: Bueno esa carta dice que aprobaron mi solicitud para entrar en el ejército y que el día de mañana debo partir hacia Nastia
El marqués al escuchar eso se levantó y le dio un abrazo a su hijo, él estaba feliz de que por fin su hijo pueda cumplir su sueños
Charlie: ¿Qué?, ¿cómo que te tienes que ir mañana?
Alexander: Bueno eso es lo que dice en la carta
Charlie: ¿Pero como te vas a ir? sin enseñarme todo lo que sabes
Alexander: Lo siento pequeño ogro pero este siempre ha sido mi sueño y no pienso dejar pasar esta oportunidad
Daiana: Si te vas no podrás estar presente para el nacimiento de tu hermano
Alexander se acercó a su madre y le dio un beso en la frente
Alexander: Eso lo sé pero sabes muy bien que siempre ha sido mi sueño pertenecer al ejército de Nastia, además ustedes pueden viajar
Lillian después de haber escuchado se le vino ese mismo recuerdo a la mente pero esa vez ella le hizo un berrinche a su hermano y el por amor a ella no se fue y eso era algo que a ella le mortificaba así que se levantó del sofá y se acercó a su hermano para luego darle un abrazo bien fuerte
Lillian: Se que este siempre ha sido tu sueño y ni yo ni nadie de lo que están aquí presentes te impedirá cumplirla ¿cierto familia?
Su madre y su hermana todavía estaban un poco reacias pero si ese era el sueño de Alexander ellas no serían las culpables de que él no lo pueda realizar así que dijeron que si
Diógenes: De mi parte sabes que tienes todo mi apoyo
Alexander: Bueno familia esté no es un momento de tristeza si no de felicidad así que a celebrar
Ese día la familia estuvo más unida que nunca, ya que era el último día que Alexander estaría en esa casa
Cuando llegó la noche Alexander estaba en su habitación preparando sus cosas hasta que escucho que alguien tocaba la puerta así que dio la orden de pasar
Lillian: Veo que ya estás empacando
Alexander: Mmm si mañana es el viaje así que quiero que todo esté listo
Lillian se acercó a la cama y comenzó a ayudar a Alexander
Alexander: No es necesario que hagas eso mi pequeña monstrua se que a ti también te duele que me vaya
Lillian: Si me duele pero me dolería más que tú te quedarás aquí, quiero lo mejor para ti Alex y eso solo está en Nastia
Alexander: ¿Desde cuando mi pequeña es tan madura?
Lillian: Desde hoy que se que mi hermano mayor se va y no te digo esto para que te sientas mal y te quedes te lo digo para que sepas que aprendí a no aferrarme
Alexander: Te quiero mucho mi pequeña
Lillian: Y yo a ti ahora déjame ayudarte
Alexander: Claro
Mientras Lillian y Alexander arreglaban las cosas de él, Charlie estaba en su habitación llorando por qué su hermano al otro día se iría de la casa y ella no sabía si lo volvería a ver de nuevo su padre que iba pasando por enfrente de su habitación la escucho así que abrió la puerta y asomo su cabeza
Diógenes: ¿Puedo pasar?
Charlie al ver a su padre se limpio las lágrimas enseguida y le dijo que pasará
Diógenes: ¿Por que lloras mi princesa?
Charlie: Yo no estaba llorando es que se me metió una basura en el ojo por eso es que tengo los ojos llorosos
Diógenes: Sabes que te conozco tan bien que se cuando mientes ¿así que dime por que lloras?
Charlie: Bueno esta bien te diré, yo estaba llorando por qué Alexander se va
Diógenes al ver que su hija iba a volver a llorar se acercó a ella y le dio un abrazo
Diógenes: Se que te duele mucho la partida de tu hermano, pero tienes que entender que este siempre ha sido su sueño
Charlie: ¿Pero quién me entiende a mi?
Diógenes: Yo te entiendo princesa, pero no puedo poner tus deseos por encima de los sueños de Alexander porque no mejor vas a la habitación de tu hermano y te despides de él como debe ser
Charlie: Okay, pero conste que lo hago porque tú me lo pediste no porque yo quiero
Diógenes: Como tú quieras, pero ve
Diógenes se levantó de la cama de Charlie y le dio un beso en la frente luego salió de la habitación, y Charlie después de pensarlo por un momento se paró y fue al baño primero antes de ir a ver a su hermano
Después de haberse lavado la cara fue a la habitación de su hermano y toco la puerta dos veces hasta que esté le dio el pase, ahí ella le dio un abrazo a Alexander y le dijo que lo extrañara demasiado él esa noche también le dijo que la iba a extrañar demasiado
Después de eso ambos bajaron a cenar y aunque había mucha tristeza en el aire esa noche ninguno de ellos soltaron una lágrima después de que cenaran en familia cada quien se fue a su habitación a dormir
Lillian estaba sentada en su cama mientras que su nana le buscaba un camisón para dormir
Lillian: ¿Nana tú crees que estoy haciendo lo correcto al dejar ir a mi hermano?
Mérida: Si ese es el sueño del joven Alexander entonces usted está haciendo lo correcto
Lillian: ¿Nana por qué nunca te casaste o tuviste un hijo?
Mérida: ¿Y ahora a que viene esa pregunta?
Lillian: Es por qué siempre has estado con nosotros
Mérida: Es hora de dormir así que deja de estar haciendo preguntas
Lillian: Eso no es justo nunca me respondiste la pregunta
Mérida: Si no le digo es porque usted todavía es una niña para comprender los problemas de los adultos
Lillian: Puede que sea una niña, pero entiendo muy bien las cosas
Mérida: Lo encontré
Lillian: ¿Que encontraste?
Mérida: El camisón que usarás
Mérida se acercó a Lillian y le ayudo a quitarse el vestido y luego la ayudó a colocarse el camisón
Lillian iba a seguir preguntando, pero decidió callarse porque sabía que su nana no le diría más nada así que se acomodó en la cama y luego se despidió de su nana